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Crimen de Gabriela Villarroel: el tío confesó que la mató
Martes, 2 de agosto de 2016
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El hombre, un suboficial de la Prefectura Naval, admitió haber asesinado a la joven tras una discusión
Gabriela Daiana Villarroel, una joven de 18 años, fue hallada muerta y envuelta en bolsas de consorcio en una vivienda situada en Zelarrayán 5336, entre Fonrouge y Larraya, a cuatro cuadras de donde había sido vista por última vez, en el barrio porteño de Villa Lugano. La chica estaba desaparecida desde el viernes a la tarde y por el hecho detuvieron a su tío, un cabo de la Prefectura Naval.
Según dijeron fuentes de la investigación a Infobae, la joven salió de su casa y no regresó, por lo que su madre, al día siguiente, realizó la denuncia por desaparición. Finalmente, ayer hacia las 18, el uniformado se presentó en forma espontánea en la comisaría 48 y confesó haber matado a su sobrina política.
Tras la declaración del prefecto, a las 23 se allanó el domicilio de la calle Zelarrayán y encontraron el cadáver de Gabriela con aparentes signos de golpes y estrangulamiento. Según versiones de vecinos, la casa es alquilada por el sospechoso. El oficial prestaba servicio desde el 16 de febrero de 2016.
Según la confesión del prefecto -que debe ser ratificada ante la Justicia- la mató tras mantener una discusión con ella. En el escrito, difundido por el canal América 24, contó que había matado a la chica y que sabía dónde estaba el cuerpo. Lidia, una de las tías de Gabriela, confirmó que el acusado "se quebró en la comisaría y confesó" el hecho. "Nunca sospechamos de nadie de la familia", dijo la mujer.
Fuentes de la investigación revelaron a la agencia Télam que el viernes último, la joven de 18 años iba a un cyber del barrio junto a su hermana, pero dos cuadras antes, en la esquina de Somellera y avenida Larrazábal, dijo que iba a quedarse esperando a su novio de 20 años.
Sin embargo, el muchacho nunca se encontró con ella y le preguntó a la madre de ella si sabía algo de su hija, por lo que desde ese momento comenzó la búsqueda y un día después se radicó la denuncia. Los restos estaban envueltos en bolsas de consorcio y creen que el asesino iba a llevárselo en un auto para descartarlo.
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