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Amenazas y hostigamientos de presos desde la cárcel
Sábado, 28 de octubre de 2023
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El avance de Internet y el desarrollo de las nuevas plataformas les dieron la posibilidad a algunos detenidos de seguir amenazando a sus víctimas. El reclamo de "Madres del Dolor".
El uso de celulares dentro de las cárceles se volvió cada vez más frecuente y los presos usan estos dispositivos para mantener diariamente un contacto virtual con su entorno.
Familiares de víctimas de esos reclusos exigen que no les permitan usar el teléfono porque muchos reciben amenazas y hostigamientos a través de las redes sociales. Otros simplemente no pueden soportar que el asesino de su hijo, hija, sobrina o nieto, esté subiendo videos "graciosos" a TikTok como si nada hubiera pasado.
La ley penal habla de encierro, pero no de aislamiento, y el avance de internet y el desarrollo de las nuevas plataformas habilitaron, casi sin que el sistema se diera cuenta, nuevos modos de tirar abajo el muro que separa el adentro del afuera. Pero, la pregunta es: ¿cuál es el límite?
"Terminé presa yo": el duro testimonio de una mujer que es amenazada por el asesino de su hermana
Juan Manuel Saucedo fue condenado en 2020 a la pena de prisión perpetua por el femicidio de su pareja, Jésica Olivera, a quien asesinó a puñaladas a la salida de un cumpleaños de 15 en la madrugada del 15 de abril de 2018 en Rosario.
El asesino está preso en la cárcel de Piñeiro, sin embargo, sigue atormentando a los familiares de la víctima desde su celda a través de un celular.
María Cristina Olivera es hermana de Jésica y contó a que desde que el hombre cayó detenido, vive amenazada: "Me hizo la vida imposible, fue capaz hasta de llamar día y noche a mi casa. Tuve que cambiar mi celular, ya no tengo teléfono fijo y me mudé. Hasta cambié la forma de manejarme por su culpa. Terminé presa yo de este asesino".
"Ella dejó tres niños huérfanos y yo por ellos muchas veces no puedo hacer nada. También mandó a tirotear mi casa y la de mi mamá. Hice denuncias, pero no sirven para nada. Ahora estoy bien, pero siempre muy asustada porque no sé cuando me va a volver a contactar", agregó.
"Qué lindo día para estar en cana": el insólito posteo de un detenido por intento de femicidio Joaquín Escalante es otro de los tantos que su presencia en redes incomoda a los familiares de víctimas. Está detenido en la Unidad N° 1 de Coronda, el lugar más grande de encierro de la provincia de Santa Fe, acusado por el intento de femicidio de su novia, a quien roció con nafta y prendió fuego en 2022.
El hombre, pese a estar tras las rejas, reconoce que no la pasa para nada mal y hasta incluso disfruta de su estadía en prisión. "La verdad, que lindo día para estar en cana", fue uno de los tantos posteos que hizo en Facebook.
El material gráfico fue puesto a disposición del fiscal de Coronda, Marcelo Nessier, quien además de investigarlo por violencia de género, abrió un nuevo legajo por una denuncia por presuntas amenazas desde la cárcel.
Una de las medidas adoptadas fue restringir el perfil del imputado en Facebook, pero también se ordenaron dos requisas en el pabellón 5, en el ala Norte. El personal policial secuestró dos celulares desde la celda que comparte con otro interno. Sin embargo, el recluso se las ingenió para obtener luego otro teléfono para seguir activo en redes.
La propia víctima del brutal ataque tuvo que declarar a través de una videoconferencia y dijo que sigue asustada: "Siempre viví con miedo, me amenazaba, me hostigaba, me humillaba. Él siempre fue muy violento conmigo, pero nunca pensé que iba a llegar a esto".
Organizaciones de derechos humanos aseguran que bajó el nivel de violencia en las cárceles
Roberto Cipriano, secretario de la Comisión Provincial por la Memoria (CPM), aseguró que el uso de celulares es "un derecho constitucional avalado por tratados internacionales a los que Argentina suscribe" y sostuvo que es una medida que ayudó a vincularse con familiares que están afuera, pero que además colaboró psicológicamente con los reclusos.
"El derecho de la persona a la comunicación al contacto con familiares está dentro del ordenamiento jurídico. Si bien no hay pandemia, entendemos que el sistema penitenciario es muy grande. Hay penales desparramados por toda la Provincia y muchas veces no hay lugares de detención cercanos a los familiares, algunos de ellos están lejos de su domicilio", expresó.
"Teniendo en cuenta que son familias pobres, de escasos recursos, de sectores bajos y el celular es el medio de contacto para aquellos que no puede viajar para visitarlos. Lo que hace el celular es garantizar el derecho a la comunicación", sumó.
El uso del teléfono está permitido solo en el sistema provincial, pero no abarca al Federal, y deben usarlo solo para comunicarse. No deberían tener redes sociales, o aplicaciones de citas.
Según informó Cipriano, para que un preso pueda tener un dispositivo debe llevarlo hasta la unidad penitenciaria un familiar o persona cercana. Ese celular es registrado posteriormente por el Servicio Penitenciario Bonaerense. "Hay todo un protocolo detrás que fue implementado durante la pandemia y trascendió en el tiempo. No cualquier dispositivo puede ingresar a la cárcel y todo está controlado por el SPB", sostuvo.
Consultado por los presos que delinquen aun estando en prisión, Cipriano contó que "hay un control muy riguroso con respecto a los dispositivos que entran a las unidades. Todos deben estar registrados, tanto el aparato como el IMEI. Hay muchos controles en los llamados y mensajes, haciendo que el delito sea rastreable. Nuestra información es que no se han incrementado denuncias por hechos cometidos por reclusos. Sin embargo, puede existir que se cometan delitos con teléfonos introducidos de manera ilegal, no registrados".
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