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Rechazaron la prisión domiciliaria a uno de los condenados
Viernes, 18 de septiembre de 2020
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La Cámara Federal de Casación Penal negó este jueves el beneficio de la prisión domiciliaria a Cristian Carro Córdoba, uno de condenados por el secuestro del estudiante Cristian Schaerer, ocurrido en septiembre de 2003 en Corrientes.
Así lo resolvió la Sala IV de dicha Cámara, integrada por Hernán Borinsky, Javier Carbajo y Gustavo Hornos, al declarar “inadmisible” un recurso presentado por la defensa del condenado.
En 2009, Carro Córdoba, quien está alojado en un penal federal en la provincia de Buenos Aires, recibió una pena de 25 años de prisión por el secuestro de Cristian Schaerer.
Según fuentes judiciales, su defensa solicitó la prisión domiciliaria con el argumento de que padece asma crónica, que lo hace vulnerable a un cuadro agravado de coronavirus.
Sin embargo, los jueces indicaron que, además de que Carro Córdoba no es pasible de encuadrarse en ninguna de las causales legalmente establecidas para acceder a la prisión domiciliaria, tampoco presenta “alguna situación excepcional en su salud”.
De acuerdo con lo señalado en el fallo, “no cursaba -según los informes médicos recabados a ese entonces- ningún tipo de enfermedad infectocontagiosa que tenga síntomas coincidentes” con coronavirus.
La medida encomendó, además, que se “arbitren todos los medios necesarios para extremar las medidas de aislamiento, prevención e higiene que garantice el derecho a la salud dentro del establecimiento penitenciario”.
Cabe recordar que a principios de año concluyeron sin éxito las tareas de búsqueda del cuerpo del estudiante secuestrado en 2003 en Corrientes, en el arroyo Imboa de la localidad brasileña de Uruguayana, donde las autoridades judiciales habían llegado luego de la declaración de un testigo de identidad reservada, quien aseguró que los restos fueron depositados allí por los autores del hecho.
Sobre las tareas realizadas, el fiscal federal de Corrientes Flavio Ferrini destacó el “gran esfuerzo por parte del personal de Gendarmería Nacional, que trabajó en un terreno muy difícil” y remarcó que “se desarrolló en el arroyo el desagote de 25 metros de longitud mediante la construcción de dos diques, a cargo de una empresa contratada para tal fin”.
Una vez concluida la tarea de ingeniería hidráulica, los especialistas de Gendarmería delimitaron y buscaron en la zona marcada por un testigo brasileño de identidad reservada, que había declarado ante la Justicia que en ese sector se habían depositado los restos del joven correntino, secuestrado el 21 de septiembre de 2003 y por el cual se había pagado un rescate de 277.000 dólares. En total se drenaron casi 9.200.000 litros de agua.
Este mecanismo de búsqueda fue determinado tras el primer rastrillaje subacuático, en el que se logró buscar hasta en un metro de profundidad debajo del lecho. En consecuencia, se manejaba la hipótesis de que, por el paso del tiempo y la acumulación de sedimento, los restos estarían a una profundidad de entre un metro y medio y tres metros bajo tierra.
El joven fue secuestrado por una peligrosa banda liderada por Rodolfo “El Ruso” Lohrmann y Horacio “El Potrillo” Maidana, ambos detenidos en Portugal en 2016 y a la espera de su extradición a Argentina.
Schaerer, hijo del ex ministro de Salud de la provincia de Corrientes, Juan Pedro Schaerer, fue secuestrado en la puerta de su casa del barrio Las Tejas, a las 23:30 del 21 de septiembre de 2003. El pago del dinero de la recompensa al testigo oculto dependía de los resultados de la nueva búsqueda.
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