|
Femicida condenado a perpetua por mutilar y quemar a su pareja
Miércoles, 22 de julio de 2020
|
|
Se cerró un capítulo de un caso estremecedor ocurrido en la ciudad de Curuzú Cuatiá, donde una mujer fue asesinada, parcialmente mutilada y hasta quemada, durante un episodio ocurrido en 2017 y por el cual ayer fue sentenciado a cadena perpetua Walter Adrián Segundo Si bien el debate oral y público fue realizado por el Tribunal Oral Penal de Mercedes, que entiende en esa zona de la provincia, se llevó adelante de manera remota, debido a las medidas sanitarias implementadas en la lucha contra el coronavirus.
Es así que en las audiencias, se escucharon los testimonios y hasta la declaración del femicida, a través de teleconferencia. Este mismo método fue utilizado ayer, para el dictado del fallo cuyos fundamentos se conocerán el próximo martes.
Los testimonios, mayormente de vecinos, que se escucharon durante el juicio, confirmaron la acusación de la instrucción: que durante el 24 de diciembre de 2017 se produjo una pelea en la que Segundo ultimó a su esposa, quien era de origen brasileño.
Al otro día, el hombre se abocó a ocultar las pruebas de su crimen, intentado quemar el cadáver de la mujer en el patio de su casa.
Tras ello, dijo a todos que su esposa lo abandonó y que se había ido de la casa, lo que no convenció a las amigas de la mujer.
A pesar de las sospechas, la pista concreta de que ocurrió un femicidio se encontró al mes siguiente, cuando a orillas de un arroyo de Curuzú Cuatiá, cercano a Ruta Nacional Nº14, fue encontrado un cadáver con claros signos de haber sido quemado y parcialmente mutilado.
Por el avanzado estado de putrefacción, se debieron llevar adelante distintas pruebas de ADN para poder comprobar que se trataba de la mujer. Estos exámenes finalizaron durante los primeros días de abril de ese año, cuando se confirmó que se trataba de la mujer que estuvo en calidad de desaparecida durante enero de 2018.
Para lograr este resultado, debe destacarse, la tarea no fue fácil ya que se tuvo que pedir muestras de sangre de los familiares de la mujer, quienes se encuentran en Brasil. Una vez que se tuvo esto, tras cruzar los datos genéticos, se confirmó que se trataba de la mujer y se imputó a Segundo.
Con respecto al crimen, los testimonios de vecinos fueron contundentes. Por un lado, uno de los testigos indicó que luego de la noche del 24 de diciembre, vió que Segundo estaba realizando una gran fogata en su patio.
Otra persona, apuntó que durante la noche del homicidio, vió a Segundo que lloraba en la puerta de su casa. El testigo, quien era vecino de la pareja, recordó que le preguntó al hombre por la esposa y este le dijo que estaba durmiendo. Agregó que el día siguiente habían muchas moscas verdes y el martes 26 de diciembre, Segundo fue a su kiosco a comprar lavandina.
Otros testimonios indicaron que había violencia en la pareja.
“Se prostituía”, fue lo que declaró durante el juicio el femicida, para luego comentar que por esa razón había constantes peleas entre ellos dos.
Al respecto del delito se desligó del crimen y dijo que esa noche, la del 24 de diciembre, habían ido dos hombres a buscar a la mujer, lo que generó una nueva pelea. “Habíamos tomado demás, mi esposa me dio una pastilla y ella se fue. Durante la noche del 25 hice una fogata en mi casa y preparé un pedazo de cordero”, indicó durante su declaración.
A pesar de sostener su inocencia, las pruebas fueron contundentes y los jueces lo sentenciaron a cadena perpetua por unanimidad.
|
|
|