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Detectan la desaparición de varias lagunas en la ciudad
Miércoles, 24 de febrero de 2016
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Según un estudio del Conicet, en los últimos 60 años más de 90 lagunas desaparecieron o sufrieron modificaciones por el avance del hombre en la urbe. El documento explica que muchas casas se construyen durante períodos secos de los espejos de agua y durante las lluvias se registran graves inconvenientes.
En las últimas décadas la ciudad de Corrientes se fue expandiendo y creciendo de forma poco planificada y anárquica hacia el Sur y según un estudio del Consejo Nacional de Investigaciones Científicas y Técnicas (Conicet) Nordeste, el avance urbano fue en detrimento de numerosas lagunas que se extienden a lo largo y a lo ancho de la zona. Entre 1950 y 2012 desaparecieron unos 36 espejos de agua del total de 147 que hay en todo el departamento Capital; otras 51 lagunas sufrieron algunas modificaciones y actualmente hay unas 18 que están siendo modificadas por el avance del rubro inmobiliario. Los especialistas explican que las construcciones de viviendas sobre los espejos de agua se llevan a cabo en períodos secos (sin lluvias) cuando aparentemente desaparecen, pero los inconvenientes se registran cuando regresan las precipitaciones a las zonas “inundables” donde se encontraban las lagunas. Se trata de un estudio llevado a cabo por los investigadores del Conicet Ignacio Contreras, César Orfeo, Aldro Praira, Norma Meichtry y Elsie Ojeda, entre otros especialistas. Según detalla el estudio “El impacto ambiental del crecimiento espacial de la Ciudad de Corrientes sobre las lagunas periurbanas”, en el departamento Capital hay unas 147 lagunas aproximadamente de las cuales unas 36 desaparecieron entre 1950 y 2012 por el avance del negocio inmobiliario y la expansión urbanística sobre zonas deshabitadas. Además unos 51 espejos de agua fueron modificados para la construcción de viviendas o complejos habitacionales e inclusive entre 2002 y 2014 unas 18 lagunas sufrieron algún tipo de impacto. El informe explica que la falta de planificación en materia de expansión urbana, hace que la construcción y crecimiento de la ciudad se registre sobre las lagunas en períodos secos, es decir que en épocas donde se registran lluvias de menos de mil milímetros por lo que los espejos de agua desaparecen temporalmente, momento en el que se producen las modificaciones. Pero cuando se registran precipitaciones abundantes, el agua tiende a volver a los reservorios o depresiones, ocasionando graves inconvenientes a sus nuevos habitantes. Los impactos mayormente se producen por la construcción de calles y viviendas, el relleno parcial de las cubetas (depresión donde se acumula el agua) o la desaparición completa de la laguna. Precisamente la expansión de lugares llamados residenciales o zonas más costosas de la ciudad se llevan a cabo sobre las lagunas, generando condiciones propicias para los anegamientos e inundaciones de los habitantes una vez que vuelven los períodos de lluvias. Vale destacar que en los últimos 60 años la Capital creció al doble de su tamaño: en 1950 ocupaba una superficie aproximada de 17 kilómetros cuadrados y actualmente es de 33 kilómetros cuadrados, expandiéndose cada vez más. La expansión sin planificación sobre las zonas de lagunas generarán mayores anegamientos e inundaciones. Algunas de los barrios capitalinos caracterizados por emplazarse en depresiones son La Olla, Laguna Seca y algunas partes como las zonas residenciales de la vecina localidad de Santa Ana y lugares entre la Capital y Laguna Brava.
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