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El Gobierno y empresas pedirán a Trump beneficios para exportar más de 300 productos
Miércoles, 27 de septiembre de 2017
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Los EEUU le retiró los beneficios como castigo por los juicios contra la Argentina en el Ciadi. Cómo negocia Trump su política comercial
Enviada especial a Washington.− Volver a pertenecer a un club luego de una membresía revocada no es tarea fácil. Y menos cuando el que tiene que dar el visto bueno del otro lado son los Estados Unidos.
Junto con empresas del sector privado, el gobierno argentino pedirá este miércoles a la primera economía del mundo que más de 300 productos se exporten a ese país con el Sistema Generalizado de Preferencias, un régimen para pagar menos aranceles que en 2012 significó un ahorro de millones de dólares para la Argentina. El número no es relevante por sí mismo en términos económicos, pero sería un voto de confianza del gobierno de Donald Trump al de Mauricio Macri.
El sistema impulsa rebajas y hasta eliminación de aranceles para colocar ciertos productos en el mercado norteamericano por parte de países en desarrollo. Y hay que hacer un pedido formal para volver a la lista de países que la integran.
Hay una gran variedad de productos que la Argentina exporta a los Estados Unidos: algunos entran al sistema SGP y otros no. Bombones y caramelos, aceitunas preparadas, pastas rellenas, cueros o pieles enteras, equipamiento digital para control de vehículos ferroviarios y amplificadores eléctricos son algunos de los que entran en el listado que prepararon entre el Estado y los privados para presentar a los Estados Unidos.
La moción comenzará a las 10 de la mañana en el edificio del Representante de Comercio de los Estados Unidos (USTR, por sus siglas en inglés) en Washington, a través de una audiencia pública donde participarán tanto representantes del Gobierno como de empresas.
Miriam Chaves, quien desde la Cancillería está a cargo de la Dirección Nacional de Integración Económica Americana, expondrá durante media hora explicando por qué el país debe ser incluido nuevamente. Entran en juego productos como frutas de Tucumán, insumos petroleros, bienes de capital y óptima e insumos médicos, entre otros.
Luego será el turno del sector privado. En esta línea, participarán representantes de empresas como Molinos y Sancor, como así también la Cámara de Comercio de los Estados Unidos en la Argentina (Amcham), con Alejandro Díaz a cargo de la exposición de este organismo binacional que agrupa a más de 600 compañías.
En este caso, cada parte tendrá cinco minutos para exponer, luego de coordinar agendas en una reunión el día anterior en la Embajada argentina en Washington. El cierre serán 15 minutos de preguntas por parte del subcomité de la USTR, ya que en ese momento leyeron las presentaciones y escucharon a las partes.
Luego del pedido, el gobierno de Cambiemos prevé que tendrán una respuesta definitiva en un mes, y sabe que esa respuesta depende directamente de Trump: el USTR le remitirá directamente un informe con las conclusiones, y el presidente tendrá la palabra final.
Hacia atrás y hacia delante
¿Por qué la Argentina perdió la membresía en 2012? Fue la última vez que perteneció a ese grupo de "países en desarrollo" para tener este beneficio. Los EEUU, en ese entonces bajo el gobierno de Barack Obama, suspendió al país por falta de pago a empresas que ganaron juicios contra la Argentina en el Ciadi.
No fue una razón aislada. Hace cinco años, el contexto de cepo cambiario, trabas a las importaciones y la imposibilidad de girar dividendos al exterior fue un combo que generó un clima hostil para empujar estos beneficios a favor de la Argentina. Una vez que el gobierno de Macri arregló con el Ciadi, el proceso comenzó a avanzar con más fuerza.
Durante la audiencia pública, parte de las exposiciones deberán enfatizar que la Argentina es un "país en desarrollo", ya que el programa se activa para los países con hasta USD 12.475 de PBI per cápita. Como el país se encuentran en el límite, es un factor en el que deberá enfatizar.
El Gobierno confeccionó esta lista con más de 300 productos para presentar y delinear las prioridades, y según supo Infobae, incluso el biodiésel estaría en ese texto final. Pero no se esperan resultados concretos de esa gestión, luego de la suba de aranceles para la exportación de biodiésel argentino a los EEUU.
Con todo, el desafío simbólico no es menor. El lema de America First de Trump para priorizar a la fabricación y empleo de los EEUU no es un pensamiento aislado del presidente norteamericano: los grandes lobbistas norteamericanos que están a metros de la Casa Blanca saben que está en su génesis empresarial la necesidad de equilibrar la balanza comercial con el resto de los países del mundo.
No hay un tema particular con la Argentina, ya que hoy el país le vende a los EEUU menos de lo que le compra. Trump tiene superávit comercial con la Argentina y eso no lo desvela. Pero hay una filosofía que puede determinar cómo saldrá la negocioación.
Y es que Trump quiere siempre algo a cambio, lo que en el sector se denomina como trade off.
La otra vez fueron puercos por limones. A continuación, habrá que ver qué pasa con el biodiésel. Mientras tanto, el Gobierno espera una salida favorable para que los productos vuelvan a entrar a este sistema. El camino con el biodiésel es más largo. Todavía nadie le encontró una contraparte, es decir, cuál sería el beneficio que Trump obtiene a cambio de dar otro beneficio. Y la contraparte no puede faltar.
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