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La economía de Venezuela estará peor que las de Cuba y Siria
Miércoles, 11 de enero de 2017
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Un análisis de Bloomberg News describe la situación bajo el gobierno de Nicolás Maduro y afirma que las naciones gobernadas por Bashar al Assad y Raúl Castro tienen mejores perspectivas
Cuba es un país que sufrió una crisis económica trágica, el Periodo Especial: a comienzos de la década de 1990 el producto interno bruto (PIB) cayó un 38%, cifra récord. Si a eso se suman las leyes de embargo del Congreso estadounidense, la recuperación ha sido difícil. La pobreza es de lo más democrático en la isla.
Siria lleva seis años de guerra civil que ha paralizado prácticamente el aparato productivo. Según las últimas cifras oficiales, de 2013, el desempleo había pasado de medio millón de personas a 2,5 millones; la pobreza del 10% al 43% y la extracción y venta de petróleo —su bien principal— de 22% a 5% de su PIB.
Y sin embargo, Cuba y Siria tienen perspectivas mejores que Venezuela, según The Economist
En sus proyecciones para el 2017, el semanario británico estimó que el PIB se contraerá en 7,3% en Venezuela, mientras que en Siria lo hará un 2,1%, y en Cuba crecerá un 1 por ciento por el crecimiento del sector privado, el turismo y las inversiones en negocios. Otro dato clave es la cantidad de personas a las que afecta esta crisis, que en 2016 llegó a niveles de desabastecimiento básico desesperantes: Venezuela tiene una población de 31,3 millones de personas; Siria, de 16,1 millones, y Cuba, de 11,2 millones.
"Es improbable que el presidente Nicolás Maduro llegue al final oficial de su mandato en 2018, pero la forma del fin de su gobierno, ordenada o violenta, se verá con claridad únicamente a medida que el descenso caótico del país se acelere en 2017", analizó la revista. "El consumo y las inversiones caen en picada mientras una economía dependiente de la generosidad del sector público lucha contra precios del petróleo muy por debajo de los costos de producción".
Según el último mapa de riesgos políticos que la compañía de seguros Aon elabora hace casi veinte años, para los inversores que quisieran emprender o mantener negocios en Venezuela, el riesgo es "el mismo que Siria", sintetizó el informe el diario español El Mundo
En la lista de "los países más problemáticos para las empresas, entre los que también están 'Estados fallidos' como Somalía, 'regímenes opacos' como Corea del Norte, o naciones con 'riesgo extremo de violencia' como Afganistán", se incluye la fallida revolución bolivariana: "Tienen el mismo nivel de inseguridad, inestabilidad e incertidumbre que el país que preside Maduro".
Un análisis de Bloomberg News, "La terrible economía de Venezuela empeoró en 2016", tomó una perspectiva histórica y descubrió que "en términos de fenómenos como la emigración masiva, el hambre, el abandono de las casas, esto sólo se puede comparar con la guerra de la independencia", dijo el especialista Tomás Straka.
Con él coincidió José Manuel Puente: "Mientras los economistas tratan de determinar las cifras [que Caracas dejó de brindar en febrero de 2016], sus historiadores luchan por encontrar paralelos a tal desplome. 'Uno podría decir que es una economía de tiempos de guerra', dijo Puente, del Instituto de Estudios Avanzados de Administración. 'Pero este año los números de Venezuela son peores que los de las economías en guerra'".
Las estanterías perpetuamente vacías provocan largas filas y, en ocasiones, ira y saqueos, para conseguir productos esenciales como pan, que por la falta de trigo se produce un 50% menos que el año anterior. Esa escasez se origina en la racionalización de dólares del gobierno, que los reserva para pagar deudas. "Maduro dijo la semana pasada que las importaciones cayeron a 17.800 millones el año pasado, lo cual es la mitad del nivel de 2015", agregó Bloomberg.
Ford Motors anunció que interrumpiría la producción en Venezuela y las cifras son ilustrativas: en noviembre de 2016 se vendió un total de 236 vehículos en el país, que antes tenía un promedio de 12.000 automóviles vendidos cada mes.
El Fondo Monetario Internacional estima que la contracción de 2016 fue del 10 por ciento; otras fuentes, privadas, hablan del 15% en realidad.
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