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6 claves del nuevo procesamiento a Boudou
Viernes, 2 de septiembre de 2016
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El juez Sergio Torres procesó al ex vicepresidente de la Nación por una compra de autos de alta gama para el ministerio de Economía en 2009
“La actividad probatoria desarrollada… es por demás concluyente en cuanto a que cada uno de los pasos administrativos que se fueron cumpliendo se encontraban especialmente diseñados para otorgarle legalidad aparente a un proceso impropio, que implicó la compra de bienes no esenciales para la actividad, con la premura que exigía el agotamiento del recurso dinerario de no utilizarse en el año calendario en el que estaba presupuestado, y abonando por ellos un monto superior al que pudiera haberse logrado por los canales pertinentes”. “Véase entonces el capricho denotado en autos, que no sólo implicó la adquisición de un lote de vehículos no esenciales para el Ministerio de Economía y Finanzas Públicas de la Nación y por un monto superior a la firma Guido Guidi SA por una vinculación que se presenta particular, sino que, además, se trataba de comprar un automotor para uso particular para el Licenciado Amado Boudou” . “… no puede sino ponerse el acento en que si bien el decreto prevé como procedimiento de selección a la de subasta pública, es ilógico que el Estado eluda la realización de un proceso de selección donde vencerá el que ofrezca el menor precio por aquello requerido (licitación o concurso), para participar de un procedimiento donde la puja propia del proceso conduce a que se imponga aquél que más pague por los bienes que se ofrecen (subasta) “. “En ese contexto, el dominio de los hechos viene dado en la medida en que sin el aval de Amado Boudou, quien resultaba la máxima autoridad del Ministerio de Economía y Finanzas Públicas, una adjudicación en los términos que se viene relatando nunca hubiera prosperado. Máxime si se tiene en cuenta, como se dijo, que implicó la participación activa de un funcionario de otro organismo del Estado, y que mediaba con el co-contratante un vínculo precedente”. “… puede afirmarse entonces, una vez más, que todo indica que la contratación obedeció a una decisión antojadiza de la autoridad máxima de esa cartera ministerial en comprar esos vehículos, de una firma amiga, al precio convenido finalmente, pues, sin su venia, la tramitación del expediente nunca hubiera peregrinado con la celeridad y las notorias falencias administrativas relatadas con anterioridad –que incluso alcanzaban a otro organismo del estado, cuyo titular era allegado-, abonando inclusive –remarco- un monto superior al establecido por el mercado automotor para ventas corporativas” . “ De este modo, a plena conciencia, se direccionaba un expediente que simulaba un proceso de adjudicación propio para esa clase de productos y por tales montos, pero que, en pretensión de serlo de manera solapada, encubría la compra directa a la firma Guido Guidi SA, afín al titular de la cartera ministerial; lo que más adelante dejaría ver la verdadera intención de todos los que intervinieran en su respectiva función “.
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