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Armar el arbolito en familia, una tradición que une
Martes, 8 de diciembre de 2015
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Varias personas comentaron las costumbres más frecuentes en el día de la decoración navideña. Muchos no armarán pesebre.
Como cada 8 de diciembre, llegó la hora de armar el arbolito, poner las luces de colores, decorar el pesebre y conjugar, en el rincón más observado de la casa, todo aquello que representa a la Navidad. Es uno de los momentos más esperados por los más pequeños y en todos los hogares católicos se comparte la tradición. Sin embargo, no todas las familias tienen las mismas costumbres. También los precios de los productos condicionan la actividad. El Litoral realizó pequeñas entrevistas donde algunos ciudadanos comentaron sus prácticas en el diseño. Todos coinciden en que el armado del arbolito es el momento ideal para reunir a la familia, “Tendré que salir a comprar lo que me falta porque mis cuatro nietos esperan con ansias ayudarme con la decoración”, explicó Margarita Lencina. Los hermanos Farías, que disfrutaban de una tarde de feriado en la costanera también expresaron que la decoración navideña los une y uno de ellos dijo: “Siempre nos reunimos para armar el arbolito, igual los chicos comienzan alegres y después terminan luchando a ver quién es más rápido”, se ríe y agrega: “Pero es un momento ideal para estar todos juntos”. Si bien todos dicen que es una excusa para estar en familia, cada hogar tiene maneras, estilos y formas diversas para decorar el árbol. Algunos prefieren los arbolitos comprados, otros guardan el de años anteriores, algunos dicen que todos los años hay que agregarle alguna bolita de color o guirnalda nueva y están además los que deciden comprar un árbol de pino natural, para adornarlo. “Este año quiero hacer algo diferente, así que ya compramos un árbol natural y estamos elaborando adornos autóctonos para su diseño. No me gustan las cosas traídas de afuera, creo que es importante que en todo lo que realicemos incorporemos lo nuestro, lo regional”, explicó Liliana. “Yo lo armo siempre de un mismo tono, este año será dorado. Somos sólo cuatro en la familia así que siempre nos ponemos de acuerdo rápido, además siempre adornamos toda nuestra casa con luces, eso lo hacemos entre todos”, explicó Ada. Por otro lado, en cuanto a los gastos algunos describieron el costo del arbolito de este año superó los $1.000; otros en cambio reutilizan los artefactos de años anteriores y la suma no supera los $500. Al respecto, por ejemplo, Paola dijo: “Yo amo la navidad, gasté $1.000 en la renovación completa de mi arbolito, todos los años lo renuevo por completo”.
El pesebre, tradición no tan popular Entre los consultados muchos aseguraron que sus arbolitos no cuentan con pesebre. En este sentido, Margarita por ejemplo dijo: “Por una cuestión de costumbre no armo el pesebre, mis padres tampoco lo hacían”. Algo similar expresó Graciela pero añadió: “Nunca arme el pesebre, pero ahora tengo pensado armarlo por primera vez para que mis nietos entiendan el significado de la navidad”. Quienes contarán con un pesebre, por otra parte, están aquellos que lo arman con todas sus piezas; y están los que dejan el espacio reservado para la llegada del niño Jesús, “el niño Jesús hay que ponerlo el 25 de diciembre, esa es la tradición”. En definitiva, pese a las diferencias de precios, la inflación, los colores y las tradiciones todos rescatan que el momento de armar, el símbolo máximo de la Navidad, es una excusa más para mantener a la familia unida.
El dato
El 8 de diciembre de 1854, en su bula Ineffabilis Deus, Pío IX proclamó que María (madre de Dios) fue preservada del pecado original. De ahí el armado del árbol el 8 de diciembre, Día de la Virgen Inmaculada Concepción.
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