|
Vendía golosinas y tras morir descubrieron que era un pedófilo prófugo
Lunes, 12 de agosto de 2024
|
|
Un humilde anciano de Cipoletti, Río Negro, vivió impune hasta el final de sus días, y su verdadero pasado criminal solo salió a la luz después de su fallecimiento. La muerte de Alfredo Jorge Campanella, un humilde vendedor ambulante de golosinas conocido como “Leo” en Cipolletti, reveló un oscuro secreto oculto durante años. Campanella, de 69 años, falleció este sábado en el hospital local debido a una afección cardíaca. Sin embargo, tras su muerte, los vecinos descubrieron que su verdadera identidad era la de un prófugo de la Justicia, acusado de abusar sexualmente de menores en 2017.
Durante su vida en Río Negro, Campanella se hacía pasar por un jubilado de un banco de Mar del Plata que vendía golosinas en una transitada esquina de Cipolletti. Su apariencia modesta y actitud amable le ganaron la simpatía de los vecinos, quienes se ofrecían a ayudar al “abuelito de las golosinas” sin imaginar su verdadera identidad.
Campanella había sido detenido en 2017 bajo acusación de drogar y abusar sexualmente de dos niñas de 10 y 11 años en un hotel de La Plata. La investigación reveló que el hombre llevaba a las menores a lugares de entretenimiento antes de cometer los abusos, registrando a las niñas en hoteles y haciéndolas pasar por sus sobrinas. Durante un allanamiento en uno de estos alojamientos, las autoridades encontraron fotos y videos comprometedores en varias cámaras, que mostraban a las niñas sometidas a abusos sexuales.
A pesar de enfrentar una posible condena de hasta 50 años de prisión, Campanella logró escapar mientras estaba bajo arresto domiciliario debido a su edad. Durante años, vivió en Río Negro bajo una identidad falsa, evadiendo la justicia hasta su fallecimiento.
Fue solo después de su muerte que el Gabinete de Criminalística de Cipolletti utilizó el sistema Fibios para descifrar su verdadera identidad mediante el entrecruzamiento de huellas dactilares.
|
|
|
|
|