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Una pareja envenenó los árboles de los vecinos para mejorar su vista al mar
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Miércoles, 19 de junio de 2024
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 La comunidad costera de Camden, Maine, está indignada por el acto de vandalismo ambiental que ha causado daños significativos a la flora local.
En la idílica comunidad costera de Camden, Maine (Estados Unidos), un acto de vandalismo arbóreo ha desencadenado una ola de indignación entre los residentes. Amelia Bond, antigua directora ejecutiva de la St. Louis Foundation, y su esposo, el arquitecto Arthur Bond III, fueron acusados de envenenar árboles en la propiedad de su vecina Lisa Gorman, esposa del fallecido presidente de L.L. Bean, con el fin de mejorar la vista desde su propiedad.
Según la agencia AP, el incidente comenzó en 2021 cuando Amelia Bond aplicó un herbicida cerca de los robles situados en la propiedad costera de Gorman. El químico utilizado fue Tebuthiuron, conocido por su capacidad para matar plantas y contaminar el suelo durante largos periodos. La sustancia se filtró en un parque cercano y en la única playa pública de la comunidad, exacerbando el daño ambiental.
El Tebuthiuron, el herbicida en cuestión, tiene una reputación siniestra. Fue el mismo químico utilizado en 2010 por un seguidor de fútbol universitario en Alabama para vengarse de la universidad rival Auburn, lo que llevó a la muerte de los icónicos robles de Toomer’s Corner y la encarcelación del responsable, Harvey Updyke.
Paul Hodgson, un residente local, expresó su frustración a AP: “Cualquiera lo suficientemente tonto como para envenenar árboles junto al océano debería ser procesado”.
La resonancia del caso ha sido tan fuerte que el fiscal general del estado ha iniciado una investigación. Según documentos oficiales, los Bond acordaron pagar más de USD 1,7 millones en multas y acuerdos, además de otros costos adicionales para pruebas medioambientales.
Tom Hedstrom, presidente de la Junta Selecta, dijo que los residentes están unidos en su indignación. “La riqueza y el poder no siempre van de la mano con la inteligencia, la educación y la moralidad”, agregó.
Vicki Doudera, representante del estado de Camden, planea abordar la multa máxima de USD 4.500 impuesta por la Junta de Control de Pesticidas de Maine, proponiendo una escala móvil que tenga en cuenta la magnitud del daño y la intención.
Para muchos en Camden, el comportamiento de los Bonds encaja con el estereotipo de los residentes adinerados de verano que actúan sin consideración hacia los residentes permanentes. No obstante, otros señalan que la comunidad también tiene residentes acomodados de todo el año que a menudo se encuentran violando las reglas, sin consecuencias visibles, debido a su acaudalada fortuna.
“Simplemente pagan la multa porque tienen dinero de sobra”, concluyó Hodgson.
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