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La cifra de muertos sube a 136 y los infectados son más de 4.200
Lunes, 30 de marzo de 2020
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Jair Bolsonaro insiste en limitar el aislamiento, al afirmar que “la gente no tiene comida para llevar a su casa”. La cantidad de muertos en Brasil por el coronavirus asciende a 136, luego de registrarse 22 nuevos fallecimientos en las últimas 24 horas. Además, el país confirmó 353 nuevos casos, por lo que el total de contagios es de 4.256.
El nuevo balance se da en un contexto en el que Jair Bolsonaro desafió las orientaciones médicas y volvió a defender ayer al recorrer regiones pobres de Brasilia que las personas jóvenes y sanas vuelvan al trabajo, mientras se extienden los pedidos para que el presidente busque consenso con los gobernadores del país y enfrente coordinadamente una pandemia.
Bolsonaro dijo que estudia declarar esencial cualquier oficio legal que sirva para “llevarle la leche a los hijos”, asegurando que los pobres no pueden comprar más comida porque ya no tienen a quién vender productos ni servicios. El coronavirus ya mató a 136 personas en Brasil y hay más de 4.000 infectados.
El presidente visitó tres ciudades-dormitorio a unos 20 kilómetros de la región central de Brasilia, además del Hospital de las Fuerzas Armadas y una farmacia en un barrio de clase media, y dialogó con vendedores ambulantes, amas de casa y otros trabajadores humildes.
“Yo defiendo que usted trabaje, que todo el mundo trabaje. Lógico, quien tiene edad se queda en casa. A veces mucho remedio se convierte en veneno”, le dijo Bolsonaro a un vendedor de “espetinhos”, como se conoce a las carnes cortadas y asadas servidas en un pincho.
“Hay que trabajar. La muerte está ahí, si Dios quiere. Lo único que no se puede es parar”, le dijo el ambulante a Bolsonaro en una de las ciudades dormitorio que rodean a Brasilia.
En las modestas regiones de Ceilandia, Sobradinho y Taguatinga, Bolsonaro escuchó y expuso el drama de trabajadores –y de millones de brasileños- que dejaron de percibir ingresos debido a la cuarentena para combatir la propagación del virus.
Bolsonaro regresó luego a la residencia oficial, donde comentó lo que vio en esas regiones pobres. “Brasil no puede parar, si no, se convierte en una Venezuela, un terreno fértil para la violencia”, dijo el mandatario. “Conversé con informales, ambulantes, algunos pocos que están vendiendo alguna cosa. La gente dice que no tiene más lo que llevar para la casa. Nadie niega el problema del virus, pero tenemos el problema del desempleo también”, dijo Bolsonaro.
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