|
El tercer gobierno peronista, después de Carlos Menem y los Kirchner
Martes, 10 de diciembre de 2019
|
|
Desde el retorno a la democracia, de los 36 años que transcurrieron, 24 fueron gobernados por el peronismo, 8 por los radicales y 4 por Mauricio Macri.
La asunción de Alberto Fernández marcará el inicio del tercer gobierno peronista, luego del retorno de la democracia en 1983. Desde entonces, transcurrieron 36 años, de los cuales un poco más de 24 fueron gobernados por el peronismo, casi 8 por el radicalismo y los 4 restantes pertenece a un dirigente ni peronista ni radical: Mauricio Macri.
En nombre del Partido Justicialista, esos 24 años estuvieron caracterizados por dos gobiernos: uno que levantaba las banderas de la centro derecha como el de Carlos Menem, y otro las de la centroizquierda como el de Néstor y Cristina Kirchner. Ambos peronistas. Hubo un tercero, pero no por la voluntad popular sino por decisión de la Asamblea Legislativa que entronizó a Eduardo Duhalde tras la crisis del 2001.
El credo de Perón y Evita, se predicaba en función de tres banderas: soberanía política, independencia económica y justicia social.
“Todo va cambiando y el justicialismo tiene un ideario que quedó atrás. Lo único que le quedó de diferencial, es el trabajo. Pero la Argentina tiene un déficit dirigencial en entender esas cosas. Lo entendieron Perón, Frondizi y paremos de contar”, dice a Clarín el ex mandatario Eduardo Duhalde.
Un estudioso del justicialismo, el ex ministro del Interior menemista, Carlos Corach, solía asegurar que el peronismo no tenía ideología. O que en realidad, su ideología era el pragmatismo y que el cumplimiento de esas tres banderas podía hacerse por derecha o por izquierda. “El Peronismo va interpretando la realidad; cuando la realidad cambia, cambia el peronismo”, reflexionaba a menudo.
Quien hace un aporte en ese sentido es otro histórico dirigente del PJ, el ex diputado Humberto Roggero. “La sociedad no ha sido capaz de construir algo que supere al peronismo. El peronismo siempre tiene capacidad de reinvertarse y adaptarse a las nuevas realidades”.
Para muchos, Menem y Kirchner hicieron exactamente lo mismo que Perón, pero en distintas etapas históricas. Perón en la postguerra tomó el pensamiento dominante en esa época que era el keynessianismo con la sustitución de importaciones; en los ‘90 Menem tomó el pensamiento predominante de la época que era el Consenso de Washington; en el 2003 Kirchner agarró el viraje que se estaba produciendo en el mundo en torno a la mayor participación del Estado en la Economía. ¿Cuál es el rumbo que adoptará Alberto Fernández?
Está claro que las matrices y contextos de los anteriores gobiernos pejotistas y el del actual son distintos. “Menem asume en un momento de la profunda crisis argentina y el mundo estaba en la expansión de la globalización. Hoy el mundo esta navegando hacia el debilitamiento de la globalización, el proteccionismo, crisis en las grandes ciudades y un modelo de concentración importante, además del factor tecnológico”, suma Roggero.
Hay un desfasaje mundial entre los objetivos de los partidos políticos y los que enarbolan las nuevas generaciones. “El nuestro es un país presidencialista. Ya los partidos políticos están pasando a la historia, la rigidez de los partidos contrasta con la velocidad de los cambios”, objeta Duhalde.
El ex presidente remite a las protestas en Chile y en distintas partes del mundo y está convencido de que hay un denominador común. “Es una queja de las nuevas generaciones que nos dicen, no creemos más en los viejos dirigentes. No creen más en nosotros. Y encima tenemos la costumbre de discutir siempre sobre el pasado. No tenemos que mirar mas para atrás, miremos para adelante”, asegura Duhalde.
En la Argentina de los últimos años, apenas un poco más de 3,5 millones de personas están afiliadas al PJ, según la Cámara Nacional Electoral. El número contrasta con otra realidad. En las recientes elecciones presidenciales votaron más de 27 millones. Vale decir, no es sólo un problema del peronismo, los partidos políticos están en crisis.
¿Qué desafío enfrenta el gobierno de Alberto? No sólo el de lograr cambios rápidos, al menos en las expectativas. También encolumnar a la tropa propia, dentro de la cual convive un enclave del poder, que se llama Cristina Kirchner.
Para la dura etapa que viene, Duhalde propone lo que él hizo durante su gobierno de transición. Conformar una mesa del diálogo, que debe ser convocada por los empresarios, sindicalistas y otros sectores. La solución no es mágica, pero el ex caudillo del PJ bonaerense confía en los resultados. Recuerda que “a las primeras reuniones lo mandé a Eduardo Amadeo, para hablar con la gente del campo. Necesitábamos un aporte, establecer impuestos, lo que fueron las retenciones. Se paró un dirigente, creo que de la Sociedad Rural, y le dijo: ‘¡No te cago a trompadas porque están los pibes!’. Esa misma persona entendió y después volvió para proponer hacer un aporte. Por eso, hay que sentarse a hablar, establecer consensos, discutir y llegar a un acuerdo sobre un modelo de país”.
|
|
|