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El primer ministro socialista António Costa se impuso, pero no logró la mayoría absoluta en el Parlamento
Lunes, 7 de octubre de 2019
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Aunque la formación mejoró su desempeño en relación a los últimos comicios, necesitará hacer alianzas para formar gobierno
El Partido Socialista (PS) de António Costa venció en las elecciones legislativas en Portugal con el 37,14% de los votos cuando el escrutinio se acercaba al 90%, lo que sería insuficiente para alcanzar la mayoría absoluta. Según las cifras publicadas por el Ministerio de Administración Interna, el PS mejora su resultado respecto al de cuatro años atrás, cuando consiguió el 32,31% de los votos, pero tendrá que volver a buscar apoyos para conseguir gobernar.
El líder de la oposición, el Partido Social Demócrata (PSD, de centroderecha), quedaría segundo con el 29,95% de los sufragios.
Por su parte, los actuales socios de Costa en el Parlamento, el Bloco de Esquerda y la coalición de comunistas y ecologistas (CDU), conseguirían el 8,86 y el 5,63 % de los apoyos. El democristiano CDS-PP obtendría el 4,51 % y el animalista PAN (Personas, Animales y Naturaleza) el 2,64 % de los sufragios.
Una de las incógnitas de estos resultados preliminares es el partido de ultraderecha Chega, que por ahora suma el 1,17% de los votos, por lo que hay posibilidades de que consiga entrar en el Parlamento con un diputado.
Las elecciones legislativas de Portugal se celebraron el domingo después de cuatro años de Gobierno socialista en minoría, apoyado por el Bloco de Esquerda, los comunistas y Los Verdes en el Parlamento. Costa consiguió ser investido primer ministro tras darle la vuelta a los resultados de unos comicios que había vencido la derecha.
Los siguientes pasos en la formación de Gobierno:
El holgado triunfo socialista es insuficiente para gobernar en solitario, lo que obliga al PS a buscar apoyos parlamentarios. El proceso puede estar concluido en menos de un mes, dependiendo de la agenda de Rebelo de Sousa y de la facilidad con la que los socialistas cierren pactos para garantizar la gobernabilidad.
El primero en actuar ahora será Rebelo de Sousa, que debe convocar a los líderes de los partidos para compartir impresiones sobre eventuales alianzas y tomar una decisión sobre a quién encargar un Gobierno, según establece la Constitución portuguesa.
Una vez escuchados los líderes políticos, el presidente nombrará formalmente a un primer ministro, a partir de lo cual empezará a correr el reloj.
En paralelo, los 230 diputados del Parlamento tomarán posesión con la primera reunión la Asamblea de la República, en la que también se procederá al nombramiento del presidente de la Cámara.
Tras el nombramiento, el primer ministro tiene un plazo máximo de diez días para conformar su gabinete y presentar ante la recién conformada Asamblea de la República su programa de Gobierno, que recoge las líneas maestras de actuación para la próxima legislatura.
Su Ejecutivo se confirmará -y entrará en funciones- siempre y cuando no se oponga la mayoría absoluta de la Cámara, es decir, 116 diputados.
Un entendimiento sencillo con la izquierda con la que ya se alió hace cuatro años, el marxista Bloco de Esquerda y la CDU, formada por el Partido Comunista Portugués y Los Verdes, permitiría a António Costa empezar a trabajar con su nuevo gabinete en menos de un mes, en el más optimista de los escenarios. Sin embargo, si los recelos persisten y las negociaciones se atascan, el calendario puede alargarse.
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