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Enérgica condena de Temer al asesinato de una concejal: "Es un atentado a la democracia"
Viernes, 16 de marzo de 2018
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El presidente brasileño ordenó que el ministro de Seguridad Pública acompañe las investigaciones. Para políticos y analistas, el crimen es un "mensaje mafioso".
El asesinato de la concejal carioca Marielle Franco, una joven socióloga y activista del movimiento negro y femenino, provocó una profunda convulsión no sólo en la sociedad sino también en el gobierno federal de Brasil. El presidente Michel Temer no dudó en calificar la ejecución de la bella muchacha como “un verdadero atentado al estado de derecho y un atentado a la democracia”. Calificó el hecho de “asesinato de una representante popular” que a su juicio “hacía trabajo (político) para preservar la paz y la tranquilidad de la ciudad de Río de Janeiro”.
La reacción presidencial se puede entender a la luz de cómo ocurrió el atentado contra la dirigente, que forma parte de los cuadros políticos del Partido Socialismo y Libertad (PSOL). No puede desligarse este caso de lo que ha venido ocurriendo en la capital carioca luego que el Ejército tomó cuenta de la seguridad. Esa intervención militar apunta, precisamente, a cercar no sólo a las bandas del narcotráfico sino, especialmente, a las banda parapoliciales conocidas como “milicias” que hicieron de las favelas un auténtico negocio.
La presencia de las Fuerzas Armadas, lejos de ser rechazada por los moradores de las comunidades, fue vista como una barrera contra los “abusos y la crueldad” ejercida por la policía militar (la del estado provincial) en sus incursiones por los morros.
En ese sentido, la “ejecución” de la joven Marielle fue un “mensaje mafioso” con varios destinatarios: el gobierno, las Fuerzas Armadas y, desde luego, a los que luchan por los derechos femeninos y raciales. Fue también una señal hacia la izquierda, a donde pertenecía la muchacha. No por acaso Temer convocó esta mañana a una reunión de emergencia para discutir el impacto de semejante asesinato. En ella se acordó que el ministro de Seguridad Pública Raúl Jungmann acompañe directamente desde Río las investigaciones del caso. “Queremos saber quiénes fueron en el menor plazo posible”, afirmó.
Lo terrible de este homicidio es que no fue producto de la casualidad. Se constituyó en una operación muy bien planificada según las evaluaciones de la policía civil y de la federal que investigan los hechos. Hace cuatro días Marielle había denunciado en las redes sociales las violaciones cometidas por la policía militar en la favela de Acarí. “Paren de matarnos” postó en un hashtag. “La vida en las favelas importan”.
El martes 13 volvió a insistir: “Basta de matar a nuestros jóvenes”. Fue después del asesinato de Matheus Melo, de 23 años, muerto a tiros luego de salir de un culto evangélico. “¿Cuántos jóvenes precisan morir antes que acabe esta guerra contra los pobres?”. Este miércoles por la noche, Marielle fue asesinada en un auto junto con el conductor, Anderson Pedro Gomes. El hombre, que había perdido su empleo, hacía changas con el vehículo. La joven dirigente salía de un encuentro donde acababa de decir: “Esta ciudad precisa ser cuidada, y sabemos que no se la cuida. Nuestros cuerpos, nuestro transitar, nuestra movilidad, está siempre amenazada”.
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