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Crece la tensión en España
Lunes, 16 de octubre de 2017
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El presidente catalán Pudigemont no respondió el pedido de aclaración de Madrid acerca de si declaró la independencia de Cataluña. El gobierno de Rajoy le dio un plazo de 72 horas antes de proceder a la intervención.
El presidente catalán Pudigemont pidió un plazo de dos meses para alcanzar una "solución acordada". El presidente catalán Pudigemont pidió un plazo de dos meses para alcanzar una "solución acordada".
El presidente catalán, Carles Puigdemont, insistió en presionar hasta último momento al gobierno español para alcanzar un diálogo independentista, pese a las amenazas de Madrid, al evitar aclarar si declaró la independencia como se le había solicitado, en cambio, en la misiva que mandó a la sede del Ejecutivo ofreció un nuevo plazo de negociación de dos meses para alcanzar una "solución acordada".
La respuesta desde Madrid fue otra negativa. "Tiene la oportunidad de decir que no debe revocarla porque no la ha declarado", aseguró la vicepresidenta del gobierno, Soraya Sáenz de Santamaría, quien recordó que el plazo final antes de que tomen medidas contra Cataluña vencerá el jueves.
"No resulta creíble para nadie que el señor Puigdemont haga un llamado al diálogo al gobierno cuando se lo ha negado a los grupos de la oposición en el parlamento catalán, y ha hecho una política de hechos consumados", descartó Sáenz de Santamaría los términos de diálogo propuestos por Puigdemont y lo retó: "Tiene una última gran oportunidad de dialogar. Nada le niega el diálogo, pero este tiene que hacerse dentro de la ley, con la máxima claridad, y en donde reside la soberanía, en el Congreso de los Diputados".
El gobierno de Mariano Rajoy exigió al presidente catalán que, de acuerdo con el artículo 155 de la Constitución, "ordene la revocación de dicha declaración de la independencia", pero Puigdemont en su misiva a la Moncloa mantuvo su ambigüedad, adjuntando su intervención del 10 de octubre en el parlamento regional, cuando dijo que asumía el mandato del pueblo catalán para declarar la independencia, pero al mismo tiempo pidió abrir una negociación con el Ejecutivo.
El titular de la Generalitat consideró su actitud como una "firme voluntad" de su gobierno "de encontrar la solución y no el enfrentamiento" y remarcó que el 80 por ciento de los catalanes están a favor de que se celebre un referéndum de autodeterminación . "Aceptar la realidad es el camino para resolver los problemas", lo convocó a Rajoy y solicitó un nuevo plazo de diálogo de dos meses.
La primera reacción por parte del gobierno español fue del ministro de Justicia, Rafael Catalá, quien aseguró que no considera "válida" la respuesta de Puigdemont, por falta de claridad. Luego, la vicepresidenta insistió en el pedido al presidente catalán: "Tiene la oportunidad de decir que no debe revocarla porque no la ha declarado".
"Está en sus manos evitar que se den los siguientes pasos", indicó Sáenz de Santamaría, quien no quiso adelantar ninguna de las medidas excepcionales que adoptaría el gobierno central al amparo del artículo 155 de la Constitución española, pero aclaró que, contrariamente a lo que dijo Puigdemont, no se "suspenderá la autonomía".
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