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Emboscaron a una joven, la acribillaron y ahora fueron condenados a perpetua
Miércoles, 24 de mayo de 2017
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 Menos de un año después del crimen, la justicia condenó a tres de los autores del hecho a la máxima pena. Cintia del Valle Alives tenía 23 años, era madre de tres chicos y fue asesinada el 16 de junio de 2016 tras recibir seis balazos –uno en la cabeza– en el barrio Villa Martínez, en la ciudad de Córdoba.
Se trató de Janet Eugenia "Pitu" Saba (29), su hermano, Pablo Damián "El gordo" Saba (32) y el novio de ella, Sebastián "Juanzon" Sosa, también de 32. Había un cuarto acusado, Carlos David "Poblete" Sánchez pero no llegó a juicio. Estaba acusado de ser el autor material del disparo fatal, pero se suicidó tiempo atrás.
La Cámara 4ª del Crimen de Córdoba, con jurados populares, condenó a los tres por el delito de homicidio calificado por concurso premeditado de dos o más personas. Es decir, se unieron y planificaron el crimen. Si bien las causas del asesinato nunca fueron esclarecidas, se supo que la relación entre la víctima y "Pitu" Saba era muy conflictiva. Viejas peleas, discusiones por cualquier tema o simple rivalidad en el barrio. El destino parecía ser inevitable.
Aquel 16 de junio los cuatro acusados fueron en motos para vengarse de la joven. La banda, de forma sincronizada, emboscó a la víctima frente a su casa de la calle Aviador Valenti al 1000. De acuerdo con los testigos, había una pistola, un revólver y una escopeta de caño recortado. Cintia, quien estaba con su novio, quiso correr pero recibió los balazos en pocos segundos. Fue llevada en un patrullero hasta el Hospital de Urgencias, donde finalmente murió. Los autores del crimen fueron detenidos a las pocas horas. Uno de ellos se resistió a los tiros, pero fue arrestado por la Policía.
Los detenidos ya contaban con graves antecedentes penales y ahora permanecerán presos, por lo menos, 35 años. Janet, madre de varios niños, cumplía en su casa una condena de 15 años por un "narcosecuestro" ocurrido en 2014. Gozaba de prisión domiciliaria, por su condición de mamá. Días antes del hecho, había mantenido una violenta pelea con Cintia, en la que una de ellas resultó herida.
La situación se tornó insostenible hasta que la noche del crimen, la joven de 29 años se reunió con su novio -que ya tiene un antecedente por homicidio-, su hermano (había salido de la cárcel tras una condena por robo) y otro cómplice. Los convenció de la vendetta, cargaron las armas y fueron en motos a matarla.
"El caso fue terrible, hubo mucha violencia, podrían haber habido más víctimas y se impuso una alta pena, porque es lo que la ley prevé. Fue una emboscada letal", expresó el fiscal Marcelo Hidalgo.
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