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Un niño lucha por su vida tras ser picado por un alacrán
Lunes, 16 de enero de 2017
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Tobías fue picado en el cuello mientras dormía y sufrió cuatro paros cardiorrespiratorios después de que el veneno llegara a su corazón. Tobías, un niño de apenas 5 años todavía lucha por su vida después de haber sido picado por un alacrán en su casa del pleno barrio porteño de Palermo Soho. El niño sufrió desde la picadura cuatro paros cardiorrespiratorios y todavía se encuentra en terapia intensiva en el Sanatorio Güemes.
El hecho ocurrió en la mañana del sábado 7 de enero en el hogar donde vive Tobías junto a sus padres, en las calles Costa Rica y Gurruchaga. El padre del chico, Gastón, relató los detalles del episodio a Infobae y destacó la importancia de haber actuado con rapidez.
"Estábamos durmiendo con el nene, que se había pasado a nuestra cama. Eran como las 9 de la mañana y de repente Tobías se despertó llorando porque algo le había picado. Prendimos la luz y dijo que algo le había picado en el cuello", le dijo Gastón a Infobae.
Y continuó: "Me puse a revisar las sábanas y de repente me encontré con un alacrán. Lo metí dentro de un frasco, agarramos a mi nene con mi mujer y nos fuimos directamente al Güemes".
Gastón explicó que durante el trayecto hacia el centro de salud, ya aparecieron los primeros síntomas: "Le agarraron náuseas, vómitos, mareo. Apareció todo de inmediato".
El padre del chico comentó que en un primer momento, el Güemes no disponía del antídoto para picaduras de alacranes, por lo que se marchó de manera inmediata al Hospital Posadas para conseguir el antibiótico necesario.
"Cuando volví, ya Tobías estaba muy mal. Le estaban agarrando convulsiones, se estaba descompensando. '¡Papá, me estoy quedando sin aire!', me decía", describió el hombre.
Durante el primer día, Tobías sufrió cuatro paros cardíacos. Los médicos del Güemes le comentaron que el veneno había llegado al corazón y que en determinada instancia ya no había mucho más que hacer. Se debía esperar que el corazón del niño, con ayuda mecánica, se mantuviera en funcionamiento.
"Le pusieron una máquina conectada al corazón para que le ayude a seguir bombeando. Pero, así y todo, en un momento me dijeron que no había mucho más por hacer, sólo esperar", explicó Gastón.
Después de nueve días de la picadura, Tobías permanece en la unidad de terapia intensiva del Sanatorio Güemes, pero ya no se encuentra en estado crítico. Aún se aguarda que su corazón pueda funcionar sin asistencia externa.
Además, el propio Gastón reconoció que el incidente afectó considerablemente el estado anímico de su hijo: "Está muy golpeado. No es el mismo, eso se puede ver. Cuando está con nosotros, está bien, pero cuando viene algún familiar a visitarlo, se calla y no dice ni una palabra. A nosotros nos dijo que tiene mucho miedo de volver a su casa y que lo vuelvan a picar", relató Gastón.
El padre de Tobías reclamó que nadie le ofreció una ayuda clara para salir adelante. "Esa zona es todo un problema con los alacranes. A mí me picó uno hace tres años y a mi esposa le pasó lo mismo hace tres meses, pero el que la picó no tenía veneno en su aguijón. Desde el Instituto Pasteur me dijeron que iban a venir a fumigar la casa, pero nadie vino todavía. Yo ya no sé qué hacer", explicó.
Gastón aclaró que el problema para la familia va a tardar en terminar, ya que siente que no pueden volver a ese hogar pero tampoco tiene los recursos económicos como para encontrar una nueva casa.
El caso de Tobías es el tercer caso grave que toma trascendencia en la Argentina. Durante la última semana, la provincia de Córdoba registró unas cuatro consultas diarias por picaduras de ese animal y en lo que va de 2017 ya murieron dos niñas: Isabella Orellano, de 4 años y oriunda de Villa María, e Isabella Sánchez Quevedo, de 7 años, quien fuera picada en Villa Carlos Paz.
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