|
Afectados por la crecida no quieren dejar sus casas
Viernes, 8 de enero de 2016
|
|
Vecinos del Itatí comentaron que las donaciones no llegan a aquellos que decidieron quedarse en sus hogares porque por la noche hay saqueos. Son cerca de diez familias de una zona cercana a la capilla del barrio, quienes piden colchones, sábanas, alimentos y elementos de higiene.
Por la crecida del río Paraná unas ocho familias de una zona del barrio Itatí, a pocas cuadras de la capilla del lugar, permanecen en sus hogares por miedo a perder lo poco que les queda. En diálogo con El Litoral comentaron que “las donaciones no llegan a las personas que necesitan” y que ellos precisan colchones y sábanas. En varios hogares el agua empezó a bajar hace unas dos semanas pero luego la tormenta, horas antes de año nuevo, provocó otra subida y el agua llegó hasta más de un metro en algunas viviendas. Las familias relataron cómo conviven con el río en sus casas, con poca asistencia y sin trabajo. “Cerca de diez familias de esta zona estamos aún en nuestras casas porque tenemos miedo que nos roben. A la noche la misma gente del barrio recorre en canoas y saca cosas de las viviendas donde no hay nadie. Nosotros tenemos dos piezas que pudimos altear antes y ahí vivimos”, contó a El Litoral Isabel Benítez del barrio Itatí. Respecto de la asistencia, relató que “los camiones llegan pero quedan hasta donde pueden ingresar, como los caminos acá ya no existen o hay montañas de tierra porque están arreglando no llegan a algunas familias y muchas, que son las que más necesitan, no reciben nada”. “Hace más de un mes estamos viviendo con agua en nuestras casas, ahora nos llega a las rodillas. Hubo una semana entre las fiestas que bajó un poco y después de una fuerte tormenta volvió a subir. Tenemos dos piezas que alteamos y ahí alzamos todo, ahí también dormimos. En una de esas piezas duerme mi hijo con la mujer y mi hija con dos hijos, en la otra pieza duermo con mi marido y dos hijos”, dijo Isabel. En este hogar trabajan como malloneros y por el momento no tienen trabajo por la crecida del río. Por este motivo, piden que “la asistencia llegue a las personas que no dejaron sus casas”. “Nos ofrecieron un terreno para instalar una carpa pero no tenemos carpa, somos tres familias acá. Además, preferimos no dejar nuestras cosas. Algunas familias dejaron sus hogares pero los maridos a la noche vuelven porque hay gente que pasa en canoa y saca lo que puede. Nos acercó Cáritas repelentes y nos ayudó con comida. Necesitamos que vengan a esta zona”, sostuvo Isabel. Diferente es la situación de Margarita Encina pero que de igual manera necesita asistencia para su familia. Junto con otras personas vive momentáneamente en una pescadería en calle Chacabuco y Río Paraná. “El dueño de la pescadería nos dio una pieza a mi esposo y a mí, en otra pieza viven dos personas, en otra tres, en otra dos y en otra cinco vecinos. La mayoría de los que viven acá son malloneros y con el agua no se puede trabajar. Necesitamos colchones y sábanas, si es posible camas porque dormimos sólo en colchones en mal estado. También necesitamos medicamento para la tos y para la vista”, dijo Margarita a El Litoral. Además, contó que “las mujeres debemos salir a ayudar y hacer changas, limpiamos casas pero en otros barrios, porque en este barrio todos somos pobres”. Por otra parte, Susana Miño relató que su abuela, mamá y hermana junto a sus familias siguen viviendo en sus hogares afectadas por la crecida del río. “La semana pasada subió mucho más el agua, es muy feo no estar en sus propias casas, yo vengo a visitarlas, acá necesitan camas, colchones y sábanas”, mencionó. “No se puede cruzar para ir a las casas, el camino está cortado y tienen que pedir a los vecinos que le dejen pasar por sus terrenos para llegar a sus hogares. El agua llega a las rodillas”, contó a este medio Rita Verón, referente de género, quien acercó donaciones a los vecinos.
|
|
|
|
|