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Bonadio no pudo notificar a Parrilli de su indagatoria
Martes, 27 de diciembre de 2016
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El último jefe de los espías del kirchnerismo tiene que declarar el viernes próximo
Oscar Isidro Parrilli fue un hombre de extrema confianza de Cristina Fernández de Kirchner. Fue el secretario general de la Presidencia hasta que en 2014 el gobierno kirchnerista descabezó la Secretaría de Inteligencia y echó a quien manejó el espionaje legal e ilegal durante una década: Antonio "Jaime" Stiuso.
Al frente de la ex SIDE, luego bautizada Agencia Federal de Inteligencia, (AFI), quedó Parrilli, quien fue hasta el final del mandato de Fernández de Kirchner el "Señor 5", apodo con el que se conoce al jefe de los espías argentinos.
Parrilli tiene que presentarse a indagatoria ante el juez Claudio Bonadio el último día hábil del año 2016. El viernes por la mañana debe estar en el cuarto piso del edificio de Comodoro Py para declarar como imputado en una causa en la que se investiga la licitación para imprimir un libro que nunca llegó a imprimirse.
Bonadio citó a varios ex funcionarios de la administración anterior a indagatoria por ese caso. Entre otros, tiene que declarar el jueves próximo Katya Daura, quien fuera presidente de la Casa de Moneda. Fue ese organismo estatal el que ganó la licitación para imprimir un libro laudatorio del kirchnerismo allá por 2013. Pero a Parrilli aún no se lo pudo notificar del llamado a indagatoria.
La Unidad del Bicentenario, que dependía de la secretaría a cargo de Parrilli, llamó a licitación. La ganó la Casa de Moneda pero el libro nunca se hizo. A pesar de ello –según determinaron las nuevas autoridades- hubo gastos en compra de papel y costos a pagar por el depósito del material adquirido.
Cuando el fiscal Carlos Rívolo le dio impulso a la investigación señaló que, "en apretada síntesis, las numerosas inconsistencias e irregularidades expuestas hasta aquí, permitirían concluir que todo el proceso licitatorio habría estado direccionado a que sea "Casa de Moneda" la oferente que lo ganara, recurriendo a terceros para poder cumplimentarla y trabajando a 'costo hundido' para poder presentar la oferta –evidentemente- más conveniente. Lo cierto es que Casa de Moneda cobró la suma de $800.000 por un trabajo que no realizó, no obstante lo cual Secretaría General de la Presidencia de la Nación no hizo reclamo alguno y, a la fecha, se debe afrontar el perjuicio generado por la existencia de una importante cantidad de papel que no sólo no fue registrado debidamente y no puede utilizarse para las funciones propias de Casa de Moneda, sino que además implica ocupar un gran espacio físico tanto en la sede de la entidad como en los depósitos de la firma Anselmo Morvillo que, actualmente, reclama una abultada deuda por su almacenaje durante todo este tiempo".
En noviembre pasado, el juez Bonadio llamó a indagatoria. Desde principios de diciembre han declarado los imputados que fueron citados. Pero con Parrilli hay un problema: las fuentes judiciales explicaron que cuando fueron a notificarlo a un domicilio de la calle Paraguay al 4000, allí dijeron no conocerlo. Ese era el domicilio que tenía en su legajo de la época en que trabajó en el gobierno anterior.
También se lo intentó notificar en el Instituto Patria, el "think tank" del cristinismo. Allí Parrilli es el presidente y Cristina Fernández de Kirchner la presidente honoraria. Hasta ayer por la tarde no lo habían hallado allí tampoco. Desde el juzgado le ordenaron a la policía que dejaran la notificación pegada en la puerta del Instituto Patria.
El viernes pasado, desde el juzgado de Bonadio se comunicaron con Parrilli a un teléfono celular que -comprobaron fehacientemente- le pertenece. Según explicaron fuentes judiciales, el ex funcionario atendió el llamado, y pidió que lo volvieran a llamar en 20 minutos porque "estaba manejando". Lo llamaron de nuevo pero nunca atendió. El celular estaba apagado. Le enviaron un mensaje de texto para notificarlo. Lo esperan para declarar el viernes próximo.
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