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"Evitamos una gran crisis económica, por eso también nos pongo 8"
Viernes, 9 de diciembre de 2016
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“El cambio no se negocia”, “no queremos más el rejunte del pasado”, “los relatos fueron manipulación y manoseo”, “el año próximo romperemos todos los récords en obra pública” son algunas de las definiciones que dio el jefe de Gabinete
— Usted fue legislador a los 26 años, secretario general del gobierno de la Ciudad de Buenos Aires y jefe de Gabinete a los 38 años. ¿Cómo es que a pesar de ser tan joven Mauricio Macri dijo que usted es uno de los padres fundadores del PRO?
— No sé quién es el padre o no, pero claramente quien ha liderado esto es Mauricio Macri. No siempre se le reconoce esa faceta central para construir y la generosidad para fomentar nuevos liderazgos. Creo que no hay ningún otro caso en las últimas décadas, tal vez hay que remontarse a Raúl Alfonsín, hace 30 años, para encontrar un dirigente tan generoso con las nuevas generaciones como Macri.
— Otra particularidad que usted tiene es que su familia política es del Partido Obrero. ¿Cómo son los cumpleaños y las fiestas de fin de año con los Montero?
— En realidad, no están militando partidariamente, tienen distintos pensamientos cada uno de ellos, algunos han militado y tienen ideas distintas. Pero nos vincula mucho el afecto, que es lo más importante. Hemos conversado mucho y creo que todos hemos aprendido unos de otros por esa convivencia en la diversidad.
— Ahora, ya para entrar en la evaluación del primer año de gestión, ¿cree que el Gobierno fue demasiado concesivo con algunas demandas?
— Me parece que el Gobierno ha logrado construir consensos en un país de minorías, en un país de mucha fragmentación y eso fue muy positivo. Hay un problema con la discusión sobre la cultura política en la Argentina. Los argentinos estamos acostumbrados a los gobiernos autoritarios, prepotentes y cualquier otra cosa es confundida como debilidad. Tenemos esa contradicción permanente. Nos gustaría vivir en una democracia más civilizada y, por el otro lado, querríamos un padre autoritario y que grite y someta a los demás. Nosotros creemos en la cultura del diálogo democrático. Creemos que en una democracia hay que dialogar, dialogar, dialogar. Terminar y volver a dialogar, dialogar, dialogar. Eso implica aceptar posturas del otro, trabajar para convencer lo de uno. Lo que no hay que hacer es ceder en la voluntad del cambio y en la dirección y los valores que hemos prometido. En eso no hemos cedido. El cambio no se negocia.
— Un ejemplo de este diálogo es el acuerdo con la mayoría de los movimientos sociales, los más importantes, para una emergencia social y la creación de un Consejo de la Economía Popular. ¿De verdad el Gobierno cree en la posibilidad de que los trabajadores informales pasan a la economía formal?
— Nosotros tomamos varios puntos ahí. Por un lado, en el plan productivo nacional que es la hoja de ruta en el que estamos construyendo un consenso hacia dónde ir en la economía argentina, un modelo propio argentino para generar millones de puestos de trabajo que es lo que nos va a sacar de la pobreza y llevar a la pobreza cero que hemos planteado. Ahí hay un capítulo de economía popular, claramente, porque hay un tercio de los argentinos que viven en situación de pobreza y que están vinculados muchas veces a estos circuitos más informales de nuestra economía, que hay que tomarlos en cuenta como parte de nuestra economía y que va a llevar un tiempo reconvertir. Este acuerdo es lo contrario de lo que muchas veces se ha planteado porque permite transparentar, tener un registro, generar políticas y no nuevos gastos, porque justamente lo que se planteó es reasignar los fondos para que sea más eficacia de esos fondos del Ministerio de Trabajo como del Ministerio de Desarrollo Social. Hay que estar muy tranquilos porque lo que estamos haciendo es llevar a todos los actores a una conversación en torno a la generación de empleo en sus distintas dimensiones. Se hizo un excelente trabajo tanto de parte de Carolina Stanley como de Jorge Triaca en esa interlocución.
— Usted habla ahora de un Plan Productivo Nacional, sin embargo, muchas veces se critica al Gobierno por no tener planes o, por lo menos, la gente no los conoce.
— Me parece que a veces hay que profundizar un poco las discusiones. El Plan Productivo Nacional lo hemos presentado públicamente muchísimos veces. Por eso digo que el valor de la verdad y la seriedad es muy importante. Se repiten esos slogans como que no hay plan y demás. Tenemos un plan escrito, lo hemos presentado, lo trabajamos en la Mesa del Diálogo por la Producción y el Trabajo, con sindicatos y cámaras empresariales, ahora armando mesas sectoriales de trabajo en cada uno de los sectores para mejorar la productividad y la competitividad. Pero lo hay en todas las áreas hay planes y acuerdos estructurales, desde el plan que tiene que ver con la revolución educativa, de la cobertura universal en salud, el plan contra el narcotráfico y la lucha contra las adicciones, el plan sobre política cultural, la lógica de volver a vincularse con el mundo. Son planes que están y se pueden ver. Estaría buenísimo que podamos discutir sobre esos temas, muchas veces se discute si tal dijo tal cosa, tal dijo tal chisme. Vamos a discutir los temas de verdad, porque la Argentina en este año de transición que ha ido saliendo de la emergencia, tiene que discutir los temas del desarrollo. Lo bueno es que en cada uno de los temas que se te ocurra hay un plan, hay un desarrollo, hay un equipo técnico que lo trabaja, hay un diálogo con los sectores sociales, creemos que esa es la base de la Argentina que viene.
— Tal vez entonces lo que no hay es un relato. Hay muchos sectores, incluso intelectuales que los respaldan, que piden un relato de parte del Gobierno.
— Creo que es una palabra que se ha usado mucho pero no sé si está claro qué significa. Nosotros creemos que nuestro mensaje fue de una extrema coherencia. Y sentimos que la sociedad sí lo entiende, porque cada vez que hablamos con la gente y miramos investigaciones, vemos que se entiende perfectamente lo que estamos proponiendo. La sociedad para desarrollarse tiene que ser protagonista, los protagonistas tienen que ser los argentinos, no los gobernantes de turno. De eso se trata el cambio cultural. Nosotros estamos sirviendo en un mandato que nos dieron los ciudadanos, nuestros jefes, para que durante un tiempo determinado podamos generar las condiciones para ayudar a que las cosas cambian. Todavía hay muchos sectores políticos que creen que el debate público es el Gobierno como un equipo que está en la cancha y el resto está en la tribuna y hay que analizar si ganaron son unos fenómenos y si perdieron hay que discutir al técnico. Nosotros creemos que somos los que arreglamos la cancha, pero los que juegan son los argentinos. Esto es juntos, no es un monólogo como los tantos que hemos tenido y que tanto daño le hicieron a nuestra cultura política. Los argentinos ya aprendieron que los relatos son mentiras en muchos casos, son muchos años de mentira, de manipulación, de manoseo, lo que hace falta es hacer las cosas, gobernar de otra manera y creo que esa forma de gobernar es valorada por la gente por su coherencia.
— ¿Y los empresarios valoran lo que está haciendo el Gobierno?
— Me parece que sí, en grandes rasgos sí. Estamos hablando de miles y miles de empresarios. ¿Cuántos son los que salen a hablar, o dan un off, o plantean alguna queja? Pero solamente repasando los diarios, en general las declaraciones fueron de apoyo, de que ahora hay una nueva etapa, anuncian inversiones todos los días, todos los días de este año hubo anuncios de inversiones. Sin embargo algunos dicen que no llegan las inversiones. ¿Por qué no leemos lo que está pasando? En sectores como la energía, un nivel de inversión que se planteó en energías renovables, energía térmica, un sector que estaba totalmente paralizado. Lo que está pasando con infraestructura vial, récord en noviembre de venta de asfalto de los últimos cinco años, pero es solo el comienzo. El año próximo vamos a romper todos los récords de la obra pública argentina. Entonces, lo que vemos es que hay sectores que están más complicados por la recesión, sobre todo los industriales que están vinculados con Brasil, que está viviendo una crisis inédita, nunca tuvo una recesión por tanto tiempo. Se trata del 40 por ciento de nuestras exportaciones. Pero estamos trabajando con ellos y estamos confiados en que requiere que todos pongan el hombre y sentimos que la gran mayoría lo está haciendo.
— ¿Sienten que el mundo está yendo para un lugar que no era el que tenían previsto? Lo digo por las elecciones en los Estados Unidos primero, y en Italia esta semana que pasó.
— Me parece que no. Primero, nosotros estamos absolutamente conscientes de que la Argentina necesita integrarse al mundo, todos estos años de aislamiento le hicieron mucho daño a la Argentina. La gran mentira de "vivir con lo nuestro" nos llevó a ser una de las economías más cerradas del planeta y eso explica en gran parte nuestra pobreza y nuestra desigualdad. Nosotros tenemos que lograr cambiar la cultura a una Argentina que esté orgullosa de lo que exporta, que esté pensando permanentemente en cómo generar más exportaciones, cómo generar más turismo, cómo generar más inversiones y eso tomarlo como un desafío nacional, algo que no se va a lograr con un gobierno. Lo segundo es que somos conscientes de lo que pasa porque conocemos el mundo. Este Presidente es el que más conoce el mundo de todos los presidentes que hubo desde 1983 hasta acá. No somos ingenuos. Sabemos que estamos viviendo uno de los momentos de mayor volatilidad. El siglo XXI será un siglo de gran volatilidad y hay que estar preparado para eso. No hay que ser ingenuos ni voluntaristas, y este Gobierno no lo ha sido. Además, tiene una de las cancilleres más prestigiosas y valorables de la historia argentina No hubo un canciller en nuestra historia que tenga diálogo directo con jefes de estado y cancilleres de todo el mundo como tenemos hoy. Muchas veces en la pequeña discusión de sacar una ventaja se la discute a Susana Malcorra, lo que me parece increíble. Después podemos discutir cada uno de los casos, pero somos conscientes y sabemos que va a venir más inestabilidad y más turbulencia, pero eso no necesariamente nos va a perjudicar. Argentina, al ser uno de los países más subinvertidos y más cerrados del mundo, tenemos todavía grandes posibilidades de crecer.
— ¿Cree que el peronismo es una fiera dispuesta a saltar cuando ve débil a un gobierno no peronista?
— Seguir hablando del peronismo como si fuera un cuerpo estático igual que hace 50 años creo que no representa la realidad del fenómeno. En la última elección la mayoría de los argentinos no convivió con Perón, nació después de que Perón se murió, lo que habla de un tiempo distinto. ¿Qué es el peronismo? ¿Es Insfran o es Urtubey? ¿Es Cristina o es Massa? ¿Son los intendentes del conurbano que están hace mucho tiempo o son los nuevos? ¿Son los que votaron la privatización de YPF o los que votaron la estatización? ¿Son los que proponían abrirse al mundo o los que se cerraron? Es un debate que tiene dar el propio peronismo, pero creo que no hay que pensar que se trata de un solo cuerpo. Nosotros no somos antiperonistas, no nos basamos en el conflicto con el peronismo, tenemos excelente relación con muchísimos dirigentes peronistas, tenemos visiones comunes con muchos dirigentes del peronismo.
— ¿Van a incorporar más peronistas?
— Eso dependerá del peronista que quiera plantearse si quiere ser parte del cambio o no. Nosotros nunca pedimos la ficha de afiliación o de qué partido viene o qué historia tiene. Nos interesa ver cuáles son sus valores y qué quiere aportar. Pienso el caso de Joaquín De la Torre que se acaba de sumar al equipo de María Eugenia Vidal, pienso en muchísimos dirigentes que están hace tiempo con nosotros como Cristian Ritondo y Diego Santilli, también el Momo Venegas. No es un tema por lo partidario, sino por los valores y el proyecto de cambio que querramos construir. Ahora nosotros somos Cambiemos, esa es nuestra identidad, y vamos a seguir fortaleciendo eso con enorme orgullo. El martes estuve en Córdoba lanzando la juventud de Cambiemos, viendo los jóvenes del partido del Momo, del radicalismo, del PRO, de la Coalición Cívica, todos trabajando juntos y con enorme ilusión y entusiasmo, algo que se repite en todo el país. Estamos enormemente orgullosos de eso porque somos el emergente de una sociedad harta, de una cultura política que le roba, lo engaña, que no le resuelve los problemas y quiere justamente un cambio de verdad, y eso es lo que creo que estamos haciendo.
— El Presidente le puso un 8 al primer año de gestión del Gobierno. ¿Como Jefe de Gabinete qué nota le pone a la gestión?
— Coincido con el Presidente, porque creo que la evaluación debe hacerse con los desafíos que teníamos hace un año, los que se han resuelto, empezando la gran crisis económica que hemos evitado. En cualquier otro momento de nuestra historia, un país sin reservas, sin tipo de cambio, sin crédito internacional porque estábamos en default, con todos los indicadores rotos porque no había estadísticas, sin generar empleo hace varios años, todo eso generaba una crisis estructural. Nosotros hemos logrado salir gracias a la construcción de confianza y un gran equipo económico como hemos tenido. Los desafíos políticos de gobernar en minoría después de 12 años de kirchnerismo, construir consensos, acuerdos, fortalecer el federalismo, fortalecer las instituciones. Los desafíos sociales de haber logrado fortalecer aún en ese contexto de dificultad fiscal la mayor inversión social que se haya hecho en los últimos tiempos, y haber realizado la reparación histórica a los jubilados. Y así sucesivamente. Podríamos hablar del vínculo con el mundo, la revolución educativa que se puso en marcha con grandes consensos, en obra pública donde se lanzó el plan más ambicioso de todos los tiempos en forma transparente y con costos más bajos que los que generaba la desidia y la corrupción en el gobierno anterior. No hay un solo rubro donde no se hayan iniciado reformas y no se hayan logrado avances y, sobre todo, restableciendo la esperanza de que sí se puede. Este país tiene salida, este país va a estar mejor, gracias a los argentinos y gracias a una política que cambia. No queremos más el rejunte del pasado que se reflejó en esa conferencia de prensa, queremos seguir apostando al cambio en la Argentina y lo vamos a ir logrando.
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