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El narco acusado de lavar más de tres millones en fichas de casino
Lunes, 5 de diciembre de 2016
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Claudio Alfredo Pérez cayó junto a su hermano menor y más de 15 miembros de su banda en Monte Grande Se lo acusa de vender cocaína de pésima calidad en bunkers a lo largo de Zona Sur y canjear las ganancias en casinos. Tenía más de 15 mil papeles con droga y autos de alta gama
Claudio Alfredo Pérez, alias "El Cabezón", acusado de ser el histórico jefe narco del barrio El Pantano –una zona de casas bajas en Monte Grande llamada así por su tendencia a inundarse- tenía la costumbre de visitar casinos a lo largo de la Zona Sur del Gran Buenos Aires. Sin embargo, a Pérez no le gustaba el juego precisamente.
Su modus operandi, según la Justicia, era bastante discreto: "El Cabezón" le daba algo de dinero a sus hombres para comprar fichas, jugaban algunas para disimular y devolvían el resto para recuperar efectivo. Pérez nunca les daba a sus hombres más de diez mil pesos; superar ese monto implicaba hacer una declaración jurada.
Así, Pérez convertía dinero negro en dinero blanco. Resultó ser, básicamente, mucho dinero: varios informes de la Unidad de Información Financiera revelaron que "El Cabezón" pasó más de tres millones de pesos por las salas de juego.
Sin embargo, Pérez no iba a cambiar fichas para siempre. El presunto capo fue detenido este fin de semana, en un operativo de 39 allanamientos realizado por la delegación Lomas de Zamora de la división Drogas Ilícitas de la Policía Bonaerense, que actuó bajo las directivas del Juzgado Federal Nº1 de Lomas de Zamora a cargo del doctor Patricio Santamarina y el secretario Augusto Peloso. Antes de ser arrestado, Pérez fue investigado durante más de un año, con más de 25 líneas intervenidas.
En su captura, en la que participó el grupo Halcón entre otros grupos tácticos, no solo le encontraron al capo una gran cantidad de tickets de casinos, una muy prolija contabilidad clandestina: su banda tenía más de 15 mil papeles de cocaína y 4 mil dosis de paco.
Armas secuestradas a la banda. Armas secuestradas a la banda. "El Cabezón" no cayó solo: su hermano menor Daniel también fue arrestado junto a 17 lugartenientes, transas y sicarios. La banda operaba a lo largo de la Zona Sur, con presencia en villas de Esteban Echeverría, Ezeiza y San Vicente. Solo en El Pantano, su barrio de origen y punto central, ocupaban 15 puntos de venta, de acuerdo a fuentes policiales.
Pérez no era un delincuente particularmente violento, pero se le atribuyen homicidios a varios miembros de la tercera línea de su banda, crímenes para marcar territorio. Su éxito financiero quizás se debía al precio de venta de cada gramo de cocaína: cien pesos, una ganga de cara a los precios de, por ejemplo, el mercado porteño. Pero, al parecer, la calidad no era su fuerte. "La droga que se les incautó es pésima, muy cortada", asegura una fuente cercana al expediente.
Se incautaron varias armas en el operativo: había escopetas y pistolas de varios calibres, junto a municiones Magtech, 34 teléfonos celulares y 130 mil pesos en efectivo. La banda usaba una remisería para hacer sus entregas narco, pero también tenía su propia flota de vehículos: cuatro motos de alta cilindrada y tres cuatriciclos. También se encontraron 20 autos, la mitad de alta gama, registrados a nombres de terceros pero con cédulas azules para varios de los detenidos. El Juzgado Federal Nº 1 de Lomas cree que la banda del barrio El Pantano lavaba su dinero en autos además de en el retorno de fichas en casinos. Lo cierto es que no es la primera vez que se lo detiene a Pérez: ya lo habían capturado en abril de 2013. El presunto capo salió libre poco tiempo después por una nulidad en el procedimiento.
Pasta base que tenía el grupo de Pérez. Pasta base que tenía el grupo de Pérez. El operativo de aquel entonces, bautizado como "Pantano Blanco" para la prensa por el Ministerio de Seguridad de Alejandro Casal, tuvo exactamente los mismos elementos: cocaína en bunkers a lo largo del Sur bonaerense con el barrio El Pantano como foco central y "El Cabezón" como principal jefe. Sin embargo, los autos fueron el factor deslumbrante. Según publicó La Nación, se encontraron 31 vehículos que valían en total cuatro millones de pesos, con marcas como Audi y Citröen. La banda podía facturar cerca de 35 mil pesos por día.
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