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El Papa y Macri cierran el año con un vínculo renovado
Lunes, 5 de diciembre de 2016
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En el Gobierno están entusiasmados por la mejoría en las relaciones con el líder de la Iglesia católica; esperan que la nueva etapa se refuerce con un próximo lanzamiento editorial en Buenos Aires
El Gobierno está más que satisfecho con la relación entre el papa Francisco y el Presidente de cara al fin de año. "Estamos en el mejor momento", aseguraron altas fuentes oficiales que están al tanto del vínculo diario con el Vaticano, con la cautela necesaria para no generar roces pero con una alta dosis de optimismo por haber sepultado las tensiones de los primeros meses del año.
Para la Casa Rosada, febrero ya quedó lejos. No por cuestiones de calendario, sino por aquel gesto adusto de Francisco después de la breve reunión con Macri, que tanto el Gobierno como el Vaticano trataron de dejar atrás después del encuentro familiar de octubre. "Más qué ruido, los mensajeros del Papa aturdieron", había dicho el jefe de Estado tras su reunión con Francisco en la tarde de Roma del sábado 15 de octubre, en alusión a los intermediarios que durante el año habían enlodado la relación entre la Santa Sede y la Casa Rosada, y después de recomponer con el Papa.
En las próximas semanas, la relación entre ambos dará un paso más para terminar de sellar la nueva etapa: será cuando el Vaticano inaugure la publicación del Observatorio Romano en Buenos Aires, una especie de agencia de noticias del Papa que tendrá su correlato en nuestro país y que en el seno del Gobierno recibieron como una señal de la distensión del vínculo. "Será fundamental para ordenar la comunicación y cortar con los mensajeros informales", se entusiasman en la Casa Rosada, aunque admiten que los intermediarios papales seguirán a la orden del día. "Francisco los va a seguir usando, está en su esencia", deslizan.
El papa Francisco se saluda afectuosamente con Gustavo Vera, uno de sus voceros informales El papa Francisco se saluda afectuosamente con Gustavo Vera, uno de sus voceros informales Marcelo Figueroa y Santiago Pont Lezica, al frente de la edición del Observatorio Romano local, trabajan a contrarreloj para que el primer número vea la luz antes de fin de año, tal vez para las fiestas, aunque los tiempos apremian. Primero se barajó dar el puntapié inicial el 17 de diciembre, día del cumpleaños de Francisco, pero se desechó la idea. Lo que sí estaría confirmado es que el primer número llevará en su portada un mensaje del Papa. Su contenido es aún un misterio. Desde el Gobierno, en tanto, se ultiman los pormenores de la casi segura comunicación telefónica que Macri mantendrá con Su Santidad para el cumpleaños, la primera charla directa de ambos desde la última reunión de octubre, en Roma.
El año pasado, el Gobierno había promocionado la llamada de Macri para la misma fecha como una señal de buena predisposición en la relación con Roma después de los ruidos por el saludo que el Papa nunca concretó con motivo de la asunción del ex jefe de Gobierno como presidente. Desde ese cortocircuito hasta el encuentro de octubre, el vínculo navegó por mares turbulentos: alcanzó su pico de máxima tensión luego de la audiencia de apenas poco más de 20 minutos de febrero, precedida por aquella foto en la que Su Santidad mostró su gesto más hosco.
Francisco arrastraba con el PRO, y en especial con Marcos Peña, una vieja rencilla por la decisión de Macri de no apelar en la Justicia la convalidación al matrimonio gay, cuya sugerencia del actual jefe de Gabinete fue clave para que el entonces jefe de Gobierno no moviera un dedo en la Justicia. "Lo más importante es que podamos vivir en libertad sin perjudicar los derechos de los otros. En este caso se permite a la gente que decida libremente. El mundo va en esta dirección, espero que sean felices", aseguró Macri a través de un video de 1 minuto y 45 segundos colgado en las redes sociales tras el fallo de la jueza Gabriela Seijas. Por esos días, Peña tuvo un respetuoso pero tenso intercambio epistolar con Jorge Bergoglio que volvió a repetirse en 2013 tras la visita del funcionario porteño a la Virgen del Cerro, en Salta, angustiado por sus problemas para ser padre por segunda vez, retratados en un libro por su mujer, la periodista Luciana Mantero. Para Peña, ese viaje a Salta fue esclarecedor.
Marcos Peña sonríe mientras presenta un informe de gestión en el Congreso Marcos Peña sonríe mientras presenta un informe de gestión en el Congreso Sin embargo, Francisco, confían tanto desde el Vaticano como en el entorno del jefe de Gabinete, recién le habría quitado la penitencia al jefe de Gabinete en estos meses, en medio del encuentro del Presidente en Roma en el que Peña se autoexcluyó. Es que, para esa reunión, la Santa Sede, pero en especial la Casa Rosada, trabajaron hasta en los detalles más mínimos para evitar replicar la imagen de febrero y sus posteriores consecuencias. Uno de esos detalles, además del contenido del cónclave, había sido el de desembarcar en Roma con una modesta comitiva presidencial. Tras la reunión, Peña fue el primero en enterarse de los pormenores: habló con el Presidente por teléfono en el corto trayecto que separa al Vaticano de la sede de la embajada argentina ante la Santa Sede, minutos antes de la conferencia de prensa en la que Macri ventiló algunos diálogos de la cumbre. "Fuerza y para adelante", fue el mensaje papal que el Gobierno festejó exultante. "Los medios no resaltaron la contundencia y el significado de esa frase", explican en el entorno del jefe de Gabinete.
El Gobierno había trabajado arduo para no dejar flancos abiertos. El otro detalle, que según cuentan ahora también podría haber perjudicado al jefe de Gabinete en su consideración en el Vaticano, fue Jaime Durán Barba, gurú comunicacional del Gobierno a quien el Papa vinculó siempre con Peña. De cara al encuentro de octubre, y después de vociferar durante la campaña presidencial que "el Papa no junta ni seis votos", el jefe de Gabinete le pidió al ecuatoriano un prudente silencio. Durán Barba cumplió, contra todos los pronósticos. "Es ingobernable", suele admitir Peña. Ahora, nadie se anima a analizar si los cortocircuitos recientes entre ambos es producto de un pedido papal o de ciertas desprolijidades por parte del ecuatoriano.
En las últimas semanas, Peña recibió invitaciones informales para participar de las tradicionales actividades organizadas por el Vaticano en Roma, bajo la tutela de Marcelo Sánchez Sorondo, canciller de la Pontificia Academia de las Ciencias de la Santa Sede, y fogoneadas por Gustavo Vera. Por ahora son solo sugerencias informales.
Gabriela Michetti, otra de las que cayó en desgracia por la convalidación del matrimonio homosexual, en noviembre del 2009, también salió de la penitencia vaticana por estos meses. Apuntalada por Víctor Manuel "Tucho" Fernández, rector de la UCA y principal vocero del Papa en nuestro país, la vicepresidente fue recibida por Francisco hace 15 días, de imprevisto, en medio de la investigación judicial que intenta conocer el origen del dinero que Michetti guardaba en su casa del barrio porteño de San Cristóbal.
El encuentro de Gabriela Michetti con el papa Francisco El encuentro de Gabriela Michetti con el papa Francisco Hablaron de la tala de bosques y de la venta de tierras en la Argentina, y de corrupción. Según le confió a su entorno y a un puñado de funcionarios, y sin que Francisco lo pidiera, la vicepresidente le dio su versión de la causa y abundó en que, para ella, es parte de una operación de la que aún no termina de dilucidar sus promotores. Y se quejó de Vera por la denuncia del legislador durante la campaña del año pasado en la que la vinculó con una red de trata de personas. El Papa, según la versión que contó luego Michetti a sus colaboradores, se mostró indignado y dijo que hablaría con Vera. Desde el Gobierno creen que la indignación papal fue solo para dejar tranquila a la vicepresidenta. Es que, a pesar de correr a los intermediarios que según Macri "aturdieron" la relación, en el Gobierno están convencidos de que el Papa no dejará de apelar a sus voceros informales como Vera. Lo cierto es que, tras la cumbre de octubre, los intermediarios bajaron su intensidad.
Para el Gobierno, sin embargo, no es lo más importante: Francisco le dijo a la vicepresidente, según su entorno, que había tomado nota de los proyectos de gestión que Macri le ofrendó durante su última reunión de octubre, y volvió a remarcar el trabajo de la gobernadora María Eugenia Vidal y de la ministra Carolina Stanley. Anteayer, le confirmó al presidente uruguayo, Tabaré Vázquez, en la reunión de poco más de cuarenta minutos que tuvieron en el Vaticano, que la visita a la región sobre la que aún no hay fecha comprenderá Chile, Uruguay y la Argentina.
Además de la vuelta de página en la vinculación con el Vaticano, la Casa Rosada termina el año con una aceitada relación con la Iglesia argentina. Tejió, en especial, un nexo fundamental con los obispos del Conurbano bonaerense, claves para la contención social, como publicó Infobae hace más de un mes. Varios de ellos se entrevistaron en los últimos meses con diversos funcionarios para interiorizarse sobre pormenores de la gestión.
Al Gobierno le preocupa tanto la vinculación con el Papa como la relación con la Iglesia local, que tiene algunos pasajes de zozobra con el Vaticano. Según los números que consumen en los principales despachos de la Casa Rosada, en especial en los de la Jefatura de Gabinete, el Papa mantiene alrededor de un 80% de imagen positiva que lo convierte en la figura mejor posicionada en los sondeos. Pero es, a la vez, el que menos impacto tiene en la percepción social. Es decir que no está vinculado a la realidad de la sociedad. Música para los oídos de Durán Barba.
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