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La extraña trama detrás de la "denuncia" a la amiga de Nisman
Sábado, 29 de octubre de 2016
La modelo Florencia Cocucci fue supuestamente acusada de extorsiones y estafas por miles de dólares con situaciones de sexo y un reloj Cartier robado.
La “denuncia” no solo nunca fue presentada en la Justicia: su supuesto titular es un cartonero de una villa de Olivos

La modelo marplatense Florencia Cocucci saltó a la fama por sus fotos con el fallecido fiscal Alberto Nisman durante un viaje a Cancún. Cocucci siempre negó un involucramiento romántico o sexual con el ex jefe de la UFI AMIA, y declaró en la causa ante la fiscal Viviana Fein, sin aportar información de valor. Hoy, el problema para ella es un poco más extraño, de la mano de un escrito de seis páginas que llegó a manos de editores en varias redacciones periodísticas. El documento pretende ser una presentación judicial. Suena bastante serio, al menos en los supuestos crímenes que señala. Sin firma de recepción o membrete alguno, tampoco con una fecha adjunta, aunque es a simple vista luces reciente, se dirige al "señor juez o juzgado de instrucción de turno". El objetivo: acusar a Cocucci por el delito de "estafa, extorsión y robo".

En su acusación, el denunciante relató cómo conoció a la modelo marplatense hace "aproximadamente dos años", contó que tenían una relación de "visitas esporádicas" en "diferentes hoteles alojamiento de Capital Federal", y que ocurrió sin mayores sobresaltos hasta que el acusador notó "cambios en su comportamiento, como por ejemplo demandas económicas". El denunciante continuó: "Me solicitaba un intercambio dinerario por cada hora que yo la veía, cosa que yo acepté", con una frecuencia casi semanal en un hotel del microcentro porteño. A mediados de agosto último, Cocucci, según este relato, le habría pedido a este hombre "12 mil dólares" con el fin de "realizar una inversión en una casa de masajes terapéuticos, con la promesa de ponerme dentro de la sociedad", para luego dejar de atenderle el teléfono a su supuesto amante. Por cada encuentro sexual, el denunciante admitió abonar "cinco mil pesos".

(Nicolás Stulberg)
(Nicolás Stulberg)
El texto no se detiene ahí. El supuesto ex amante de Cocucci señala en la presentación que ella "vía redes sociales, estaba a la caza de personas de buen pasar económico". El broche de oro llega cuando la acusa de drogarlo en un hotel alojamiento de la calle Adolfo Alsina para robarle un reloj Cartier, y semanas después, le dijo a este hombre, en un café de Córdoba y 9 de Julio, que le diera 20 mil pesos para un aborto ya que "estaba embarazada". Hasta cita un supuesto textual de la modelo, con un apriete explícito: "Mirá, yo tengo mil tipos que me garché y si quiero te puedo mandar a agarrar". El denunciante pide medidas, con un evidente lenguaje jurídico que denota la mano de un letrado: allanamiento, detención, una pena de cumplimiento condicional y hasta una pericia de ADN sobre el presunto embarazo de Cocucci. Varios medios se hicieron eco de ese escrito. Es, a todas luces, falso.

A pesar de todo el esmero acusatorio, se ve que el denunciante y su abogado se olvidaron de presentarlo en mesa de entradas. En los sistemas de la Cámara Federal y de la Cámara del fuero de instrucción, al menos hasta la mañana de hoy, Cocucci no aparece como imputada en ninguna causa. Al comienzo de la misiva, el denunciante da su dirección, Rivadavia al 3455: no existe. Sin embargo, da un nombre, Sebastián Duarte, y un DNI.

El número de documento y el nombre coinciden, pero Duarte, de 35 años, está a simple vista lejos de ser un playboy con reloj Cartier que paga cinco mil pesos por sexo cada sábado. Su domicilio fiscal queda sobre la calle Rosetti en Olivos, en el corazón de la villa La Pana, un asentamiento de pocas manzanas junto a la calle Pelliza: Duarte, según sus vecinos y familiares, es changarín y cartonero.

El domicilio legal del supuesto denunciante en la villa La Pana de Olivos.
El domicilio legal del supuesto denunciante en la villa La Pana de Olivos.
Infobae visitó la casa sobre la calle Rosetti esta tarde. Allí vive Alejo, su ex suegro: "Tuvo dos nenas con mi hija, hace rato que no lo veo, pero anda por acá a unas cuadras", aseguró el hombre. "Sí, lo ubico, grandote, de pelo largo, anda con el carrito", afirmó otro vecino a unas pocas cuadras. Otros en el barrio La Pana miran extrañados al oír la historia que lo involucra con el caso Nisman y se ríen. Cómo terminó Duarte en la denuncia apócrifa es algo que queda por establecer. Es un giro al menos bizarro, o con una posible intencionalidad manifiesta.

Omar Saker se reconoce como el actual abogado de Cocucci: asegura que la denuncia "es falsa", que la modelo no le dio ninguna importancia y que está en Mar del Plata "trabajando con su marca de ropa". Saker también desmiente el supuesto embarazo. Pero, por otra parte, varias voces apuntan que la denuncia habría venido del entorno mismo de Cocucci.

Lo cierto es que, meses después de saltar a la fama tras la muerte de Nisman, la vida de Cocucci tomó rumbos llamativos. A fines del mes pasado denunció, por ejemplo, una extorsión y amenaza que aseguraba que se divulgaría un video hot si hacía público lo que supuestamente sabía sobre Nisman, lo que abrió una causa en la Fiscalía Federal N°3 a cargo del doctor Eduardo Taiano: la modelo faltó a la primera cita para declarar, para hacerlo tiempo después. También acusó por delitos similares a sus ex managers. Y a comienzos de septiembre, Cocucci presentó un hábeas corpus patrocinada por su abogado, que recayó en el Juzgado de Menores N°7, de turno en ese entonces, "por el riesgo de ver coartada su libertad ambulatoria", aseguró Saker.


     
 
 

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