Espínola cerca del PRO; Colombi cerca de Ríos

Jueves, 17 de diciembre de 2015

Decir que la política es el arte de lo posible suena a nimiedad comparado con lo que es capaz el pragmatismo de los políticos correntinos.

Muerto el rey, viva el rey. Así es la política, que repite sus métodos sin solución de mejora. Y con el pragmatismo como norte, hay referentes ultrakirchneristas que ya están pensando en los globos y macristas de la primera camionada angustiados por cierta indiferencia.

Decir que la política es el arte de lo posible suena a nimiedad comparado con lo que es capaz el pragmatismo de los políticos correntinos. Si no, que lo diga Camau Espínola, que según las malas lenguas, que abundan en estas praderas, estaría a punto de cruzar el Rubicón, que sería en estos tiempos lo mismo que abandonar el campo nacional y popular depredado del kirchnerismo para abrevar en las bateas de Cambiemos, seguramente a cambio de favores de distinto tipo.
Versiones que tal vez se desmientan inmediatamente desde lo discursivo, pero que habrá que sopesar en el tiempo, afirman que Carlos Mauricio “Camau” Espínola estaría negociando con el nuevo Gobierno nacional cierto nivel de acompañamiento en el Senado a cambio de que nada cambie y la administración mantenga en sus puestos a por lo menos tres funcionarios, amigos personales de Camau que están a cargo de organismos federales que funcionan en Corrientes y que tienen, en ese orden, manejo de partidas abultadas, de beneficios directos y contacto con la gente, materia prima indispensable para el desarrollo de la actividad proselitista y ciertamente clientelar.
Según dicen también, la oferta sería más grande y alcanzaría a proyectos futuros, más ligados a la realización política y no tanto a los intereses afectivos, como serían las motivaciones actuales del ex secretario de Deportes, que no quiere dejar sin trabajo a estos compinches.
Hay muchos referentes partidarios interesados en hacer saber este comportamiento, que habla de la hibridez política del ex intendente de Corrientes, que en virtud de lograr sus objetivos personalísimos es capaz de olvidarse en un santiamén de las bases del “modelo” defendido con enjundia hasta no hace más de un mes.
Algunos puristas de ocasión intentan advertir acerca de las consecuencias del arreglo de los operadores del macrismo, con la intención de que recapaciten en nombre de la prudencia, pues un paso en falso en esta materia podría incidir negativamente en la gente que además debe entender el propio peso de las medidas urgentes e impopulares que son presentadas como necesarias para sincerar la situación del país.
Pero hay también quien dice que todo esto obedece a movimiento incómodo del radicalismo local, que estaría un tanto molesto con el avance de estos acuerdos que, de ser reales, estarían priorizando a otros actores y pagando con indiferencia la entrega electoral de la que fueron protagonistas este año.
Pero como nada es casual en la cuadra del poder local, así como hay quienes argumentan en contra del enemigo declarado -que desde hace tiempo viene siendo el ex medallista olímpico-, hay también quienes ven segundas y terceras intenciones en el cambio abrupto de trato que el gobernador Ricardo Colombi dispensa por estas horas al intendente de Capital, Fabián Ríos, que en cuestión de días pasó de ser un extraño a uno de los políticos más requeridos de cantera local y a visitar con cierta asiduidad la esquina de Salta y Mayo. Curioso.