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Una mujer encontró a su madre después de 39 años desaparecida
Miércoles, 31 de agosto de 2016
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Se llama Rafaella Filipazzi. Las dictaduras del Plan Cóndor la habían secuestrado y confinado a prisión y torturas. Estuvo en pareja con un correntino. Su hija vive en esta capital y nunca dejó de buscarla, hasta conseguir que la semana pasada identificaran sus restos.
El Equipo Argentino de Antropología Forense (Eaaf) identificó a la militante desaparecida Rafaella Filipazzi, cuyos restos fueron hallados en Paraguay, donde permaneció en cautiverio en el marco del Plan Cóndor implementado por las dictaduras de la región en los años 70, según confirmaron fuentes judiciales. El fiscal federal de Corrientes, Flavio Ferrini, confirmó a Télam que fueron individualizados los restos de Filipazzi, quien fue militante política y detenida por fuerzas paraguayas en Uruguay entre el 25 y 26 de junio de 1977. La mujer, de nacionalidad italiana, llegó con su familia desde Europa huyendo de la Segunda Guerra Mundial cuando tenía un año y se asentaron en Bahía Blanca. Filipazzi, apodada “Giuliana”, residía en Buenos Aires, trabajaba en una farmacia y militaba en el socialismo, tuvo dos hijos con un correntino, que tras una ruptura en la pareja, vino a vivir con los chicos a Corrientes. Al verse perseguida por su militancia, la mujer viajó a Uruguay junto a su pareja en junio de 1977, cuando una comisión de la policía nacional de Paraguay los secuestró en el interior del hotel Hermitage de Montevideo, desde donde fue llevada al Centro de Investigaciones de esa fuerza en la capital paraguaya, Asunción. Luego fue alojada en la cárcel "El buen pastor" de Asunción, mientras que su pareja, un militante que trabajaba en el Congreso de la Nación llamado José Agustín Potenza, fue confinado al centro clandestino de detención "La emboscada" de esa capital. La búsqueda de Filipazzi se inició en 1984 con la denuncia por desaparición ante la Conadep que realizó su madre, Ida Zorzini, desde Bahía Blanca -donde residía- y fue profundizada en Corrientes por la hija de la militante, Ida Beatriz García, quien vive en esta capital provincial y tenía 12 años de edad cuando la secuestraron. En el expediente al que Télam tuvo acceso, consta el nombre de la militante en un acta de la dictadura paraguaya, encolumnado en una lista denominada "detenidos sin entrada", junto a otros detenidos por los regímenes de facto, incluso argentinos. Los restos óseos de la militante fueron identificados por el Eaaf en su laboratorio de Córdoba la semana pasada, tras ser contrastados con una muestra de sangre aportada por su hija al Banco Nacional de Datos Genéticos, luego del hallazgo logrado a través de exhumaciones en un predio del Escuadrón Especializado de la Policía Nacional de Paraguay, lindero a la cárcel de Tacumbú en Asunción. Las excavaciones en Paraguay se realizaron el 21 de marzo de 2013 y fueron posibles tras las declaraciones de víctimas paraguayas de la dictadura que afirmaron haber visto a Filipazzi en cautiverio y torturada. Se trata de testimoniales propiciadas desde 2004 mediante una colaboración de la Subsecretaría de Derechos Humanos de la provincia de Corrientes, durante la gestión de Pablo Vassel. Así fue que en 2006 la fiscalía federal a cargo de Ferrini inició una investigación preliminar, que en 2009 fue reservada en secretaría y pasó al Juzgado Federal de Corrientes atendido por Carlos Vicente Soto Dávila y donde, por videoconferencia, en 2010 se tomaron declaraciones a Lidia Cabrera y Sotero Franco, testigos considerados claves por ser ex detenidos durante la dictadura de Alfredo Stroessner en los mismos sitios que Filipazzi. Como primera medida el Eaaf comunicó la identificación a las partes, para su posterior entrega a la hija de Filipazzi, quien recibió la noticia del hallazgo en su lugar de trabajo. Vale señalar, que en el mismo estudio individualizaron al militante paraguayo Miguel Angel Soler.
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