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La ONU pidió una tregua para ayudar a 1,5 millones de personas asediadas
Miércoles, 10 de agosto de 2016
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Los civiles castigados por los combates entre fuerzas del régimen y rebeldes viven sin suministro de agua ni electricidad y padecen la grave escasez de productos básicos. Las Naciones Unidas instaron a “un verdadero alto el fuego” o “pausas semanales de 48 horas”
La Organización de Naciones Unidas pidió un acceso humanitario inmediato para ayudar a 1,5 millones de habitantes de Alepo, mientras las fuerzas del régimen de Bashar al Assad y los rebeldes se preparan para una batalla decisiva por el control de la segunda ciudad de Siria.
Los civiles viven sin suministro de agua ni electricidad en una localidad donde los alimentos y productos básicos escasean y los precios se dispararon. Ante esta situación, el coordinador humanitario de la ONU para Siria, Yacub el Hillo, y el coordinador regional Kevin Kennedy pidieron una interrupción en los combates.
"La ONU está dispuesta a ayudar a la población civil de Alepo, una ciudad unida por el sufrimiento, pero necesita al menos un verdadero alto el fuego o pausas humanitarias semanales de 48 horas para tener acceso a las personas necesitadas y para reabastecer las reservas de alimentos y medicinas, que están a un nivel peligrosamente bajo", señalaron en un comunicado.
Bombardeos de las fuerzas del régimen de Bashar al Assad sobre zonas controladas por los rebeldes
Inicialmente, unas 300.000 personas habían quedado atrapadas y con el suministro de víveres interrumpido, en los barrios del este de la ciudad, controlados por distintos grupos rebeldes. Ello después de que las fuerzas gubernamentales cerraran a inicios de julio la única vía de acceso que quedaba abierta.
La situación cambió a finales de la semana pasada, cuando los grupos rebeldes consiguieron a su vez bloquear la principal ruta hacia el oeste de la ciudad, dominado por el Ejército y las milicias que lo apoyan. Se calcula que allí hay actualmente más de 1,2 millones de personas.
Según las Naciones Unidas, la población que se encuentra sitiada en el este y oeste de Alepo, más la que vive en su periferia, se eleva a 2 millones de personas "viven 'de facto' con el miedo de estar cercadas".
El vocero de la Oficina de Asuntos Humanitarios de la ONU, Jens Laerke, dijo en una conferencia de prensa en Ginebra que tras el cierre del camino hacia el oeste de Alepo se están registrando desplazamientos masivos de familias procedentes de esta área y que se manejan cifras que van entre 25.000 y 35.000 personas en los últimos dos a tres días.
Llegada de un convoy humanitario a la ciudad de Alepo
Las dos facciones consiguen enviar alimentos y otros productos hacia sus sectores, pero estas vías de suministro no son lo bastante seguras para los civiles. "Toda la ciudad está sin agua corriente desde hace cuatro días, los niños y las familias de Alepo se encuentran en una situación catastrófica", alertó por su parte el Fondo de la Naciones Unidas para la Infancia (Unicef).
"Los cortes de agua ocurren en plena canícula, lo que expone a los niños a riesgos graves de enfermedad", destacó Hanaa Singer, representante de Unicef en Siria. "El restablecimiento del agua corriente potable no puede esperar al final de los combates. La vida de los niños está en grave peligro", insistió.
El martes, los combates se producían cerca de Ramusa, que las fuerzas del régimen quieren recuperar como sea. "La batalla de Alepo es, sin duda, la más simbólica y la más estratégica de todas las de Siria", escribe Charles Lister, del Middle East Institute, en un análisis difundido en internet titulado "Alepo, la madre de todas las batallas".
Yaser Abdelrahim, un comandante rebelde, afirmó a la agencia de noticias AFP que se estaban preparando pero que "la gran batalla todavía no ha comenzado". "Esperamos más refuerzos e intentamos identificar los puntos débiles del enemigo", añadió.
El conflicto de Siria ha causado más de 290.000 muertos y millones de desplazados desde que se inició en 2011.
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