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El SMS que esconde una peligrosa trampa
Lunes, 18 de julio de 2016
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Se los identifica porque utilizan características mendocinas. Se cree que son presos que extorsionan desde las cárceles. Advierten sobre las nuevas modalidades
Ya no es ´La Llorona´ ni los mails tramposos que les permitían a los delincuentes robar datos personales de las víctimas. Esas metodologías ya quedaron viejas luego de que los usuarios fueron alertados sobre ignorar correo electrónico desconocido y con tentadores asuntos. Ahora, prefieren atacar por SMS o Whatsapp. Los últimos casos se registraron en Mendoza, donde decenas de personas recibieron mensajes de texto como: "Hola", "¿Te puedo llamar?" y "Agendá mi nuevo número". Al contestarles, comienza la pesadilla.
Los mismos llegan a las víctimas con una particularidad: todos tienen el prefijo numérico de la provincia de Mendoza por lo que se investiga si los mismos son enviados por presos de las cárceles de esa provincia. Las redes sociales desbordan de publicaciones alertando a la gente y recomendándoles no responder esos mensajes. En caso contrario, las víctimas pasarán a ser parte de la base de datos de los delincuentes que luego podrán extorsionarlos de la manera que quieran.
"Estamos ante estafadores. Lo primero que decimos desde la Policía, es que no respondan. Casi siempre son mensajes o llamados que realizan desde las cárceles presos, quienes tienen cómplices afuera. Son estafas virtuales", explicó a Clarín el comisario inspector Reynaldo Farías, jefe del Departamento de Delitos Económicos de la Policía de Córdoba.
"La verdad que cuando contesté ese mensaje creí que era de alguna amiga que había cambiado el número y me lo mandaba para que la agende. Sólo le contesté "¿quién sos?" Nada más. Luego, como no me respondió pensé que algo raro había", contó Elizabeth D. (33), una joven de Entre Ríos. Y agregó: "Ya bloqueé ese número, y cambié de número de celular. Ahora desconfío de todos".
Según expertos, a estos mensajes se los conocen como "la puerta de la estafa" porque son el gancho para atrapar a la gente y luego extorsionarla con secuestros virtuales o engañarla para sacarles dinero. A medida que avanza la tecnología, aumentan los riesgos de caer en manos de delincuentes que buscan confundir a la gente y obtener la mayor cantidad de información posible.
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