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Rousseff habló de democracia y advirtió: "Es un período crítico"
Martes, 3 de mayo de 2016
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En medio de la tormenta política, la mandataria fue parte de la ceremonia en el palacio de Planalto. "Hago una llamamiento a la paz", subrayó. La llama olímpica aterrizó este martes en Brasilia procedente de Ginebra, primera escala de un viaje por todo el país antes del inicio de los Juegos de Rio 2016 y quizá el último gran acto de Dilma Rousseff como presidente.
El avión, cuya llegada había sido inicialmente anunciada para las 06:30 locales (12:30 GMT), arribó con más de una hora de retraso. El presidente del Comité de Organización Rio 2016, Carlos Arthur Nuzman, descendió por la escalera portando una pequeña lámpara flameante.
"SABEMOS LAS DIFICULTADES POLÍTICAS QUE ATRAVIESA EL PAÍS. ES UN PERÍODO CRÍTICO, MUY DIFÍCIL EN NUESTRA HISTORIA", DIJO ROUSSEFF
En su discurso, la mandataria Dilma Rousseff dedicó unas palabras a la grave crisis política que afecta a su gobierno. Reconoció que atraviesa "un período crítico" y defendió la democracia: "Sabemos las dificultades políticas que atraviesa el país. Es un período crítico, muy difícil en nuestra historia. Tengan la certeza que el pueblo sabrá proteger su democracia".
Luego hizo un llamado a la paz y asumió que los brasileños están preparados para recibir los Juegos: "Dejemos que esta llama guíe toda humanidad. Estamos preparados para atender las elevadas expectativas durante los Juegos. Hago un llamamiento a la paz. La llama es un símbolo de la paz".
La presidente Dilma Rousseff encabezó la ceremonia de recibimiento de la llama olímpica Con rituales indígenas, a bordo de una canoa hawaiana, suspendida de un helicóptero, a pie o a caballo, la antorcha que regirá los primeros Juegos Olímpicos de América del Sur recorrerá 300 ciudades de Brasil transportada por 12.000 personas hasta llegar al mítico estadio Maracaná de Rio el 5 de agosto.
La llama fue recibida por Rousseff para prender la antorcha en el Palacio de Planalto, su centro de operaciones que deberá abandonar la semana próxima si el Senado la suspende para juzgarla por irregularidades en las cuentas públicas.
"ESTAMOS PREPARADOS PARA ATENDER LAS ELEVADAS EXPECTATIVAS DURANTE LOS JUEGOS"
Rousseff deberá esperar la sentencia final en la residencia presidencial, el Palacio de la Alvorada, por hasta 180 días, cobrando la mitad de su salario. Un capítulo que podría extender la agónica disputa de poder entre la mandataria y su vicepresidente Michel Temer, que ansía su puesto.
Si el Senado aprueba el juicio político, Rousseff será reemplazada por Temer, jefe de la mayor fuerza local, el centrista PMDB, que hasta marzo integró la coalición de gobierno y al que la presidente acusa de "traidor" y de líder de un "golpe parlamentario" en curso.
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