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Cristina pidió votar contra los candidatos de Macri para la Corte
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Viernes, 22 de abril de 2016
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La ex Presidente avivó la interna del bloque antes de volver a Santa Cruz. Les pidió que definan una estrategia parlamentaria y los instruyó sobre diversos temas. Abal Medina se fue con mala cara y sin hablar
El número era clave. "Vino más de la mitad del bloque. Y si le sumás los cinco legisladores que avisaron que no podían estar, superamos los dos tercios", destacaban desde La Cámpora. Del lado "no cristinista" pedían una lectura menos lineal: "No hay que verlo como una señal de debilitamiento de (Miguel) Pichetto, porque varios de los que vinimos lo apoyamos claramente".
La reunión de Cristina Kirchner con los senadores del PJ-FpV había sido catalogada de alto riesgo, por las potenciales deserciones que podían registrarse ante la convocatoria de la ex mandataria.
El examen pasó y lo concreto –más allá del análisis fino- es que el resultado final no hizo más que ratificar la división de la bancada: a la cita asistieron 22 legisladores, cinco se ausentaron con aviso y 12 prefirieron tomar distancia; entre ellos Miguel Pichetto, jefe de un bloque que ha perdido poder de fuego como oposición debido a las divergencias internas que lo aquejan.
Entre los presentes hubo siete senadores que votaron a favor del acuerdo con los holdouts, el día que la división del espacio quedó expuesta ante la opinión pública: si se toma como medida el posicionamiento en ese debate, los "disidentes" que ayer visitaron a Cristina Kirchner fueron: Inés Blas, Carlos Espínola, Liliana Fellner, Sandra Giménez, Juan Manuel Irrazábal, Sigrid Kunath, María Laura Leguizamón y María Riofrio.
Télam
Puertas adentro del Instituto Patria, el tema de la división interna quedó en evidencia: Juan Manuel Abal Medina planteó su desacuerdo con el modo en que se organizó la cumbre. ¿La razón? Consideró que la convocatoria tendría que haber sido informada primero que nadie a Pichetto, como sucedió en Diputados con Héctor Recalde; en este caso, Oscar Parrilli se encargó de llamar uno por uno a cada senador, salteando la autoridad del jefe de bloque.
Zanjado ese tema, en una de sus primeras intervenciones, Cristina Kirchner jugó fuerte al preguntar si de ahora en más el bloque será coherente con la defensa de los sectores populares. "Unidad sí, pero, ¿para qué?", preguntó, antes de instar a los legisladores a "definir una estrategia parlamentaria" que ayude a quienes sufren las políticas económicas del macrismo; por ejemplo, unificando los proyectos de ley para frenar los despidos.
Esto envalentonó a los más afines al kirchnerismo, que se ilusionaron con un debate interno más horizontal. Claro que eso chocará de frente con la postura de quienes respaldan a Pichetto, cuya conducción no fue cuestionada porque –asumen- en este contexto, "la unidad es intocable".
La ex Presidente taconeó sobre la grieta interna con una consulta urticante: cuestionó (sin dar nombres) el apoyo que algunos senadores del PJ-FpV le dieron al acuerdo con los fondos buitre. Los aludidos expusieron los fundamentos de cada voto; la líder del FpV escuchó y luego manifestó que, de todos modos, no compartía el posicionamiento final.
Télam
En ese contexto, que además de la queja de Abal Medina incluyó un fuerte cruce entre Cristina y la senadora sanjuanina Marina Riofrío, "la jefa" del proyecto nacional y popular se permitió hacer un par de sugerencias de alto voltaje político, aunque aclaró que no pretendía imponer sus ideas.
Primero manifestó que ella no apoya los pliegos de Horacio Rosatti y Carlos Rosenkrantz, los dos candidatos a integrar la Corte Suprema que impulsa Mauricio Macri, porque vienen con "un pecado de origen" debido a que inicialmente aceptaron su designación por decreto.
Además señaló que vería con agrado que la Corte Suprema se ampliara a 7 o 9 miembros y que se dividiera en salas. Al respecto, la senadora Anabel Fernández Sagasti comentó que la ex mandataria se quejó de "la concentración de poder que hay en la Justicia" y sugirió que se impulse la "democratización a través de una ampliación y la división por salas especializadas".
La derrota electoral volvió a ser tema de debate: aunque en el encuentro con los diputados la ex Presidente se declaró "responsable de los que pasó en las últimas elecciones", esta vez tomó distancia y –sin mencionarlo- criticó a Daniel Scioli: "En la primera vuelta hubo un discurso un poco tenue, en el que parte de la sociedad no se vio reflejada. Debería haber sido más firme".
Mención especial merece el momento en que Cristina Kirchner hizo un repaso de la prensa gráfica y les mostró a todos los senadores la lista de las 100 personas más influyentes del mundo que publicó la revista Time; en la nómina fue incluido Macri, pero para describirlo eligieron a Paul Singer, quien lo definió como "el campeón de las reformas económicas".
Télam
"Qué se puede pensar de un Presidente que es elogiado por el titular de un fondo buitre...", dijo mientras exhibía la publicación. Luego mostró un ataque de la revista Veja a Dilma Rousseff y lo comparó con una de las tapas que Noticias le dedicó a ella: "Usan los mismos métodos", lamentó.
Antes de retornar a Santa Cruz -viajó ayer por la noche y sus allegados denuncian que Gendarmería le tiró gas pimienta a la custodia-, la ex Presidente le bajó línea al bloque de senadores del PJ-FpV, con la ventaja de que esta vez la mayoría respondía a su liderazgo.
Cristina Kirchner tuvo quórum porque la fue a ver más de la mitad del bloque (el 56% para ser más exactos), pero el diagnóstico final está condicionado por los intereses del interlocutor de turno: "muchos tenían dudas, pero este bloque lentamente se va a homogeneizar como oposición", auguró un senador k, ilusionado por la cantidad de legisladores que fueron a ver a "la jefa".
La salida intempestiva de Abal Medina no indicaba lo mismo: el legislador se fue sin hacer declaraciones y la expresión adusta de su rostro denotaba que ayer no hubo fumata blanca.
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