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El peligro de los "holdouts fantasma" preocupa al Gobierno
Lunes, 18 de abril de 2016
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El próximo viernes, si no ocurre ningún contratiempo, la Argentina estará en condiciones de pagar USD 11.500 millones a los holdouts que no ingresaron en los canjes de la deuda luego de colocar USD 15.000 millones en mercados internacionales. "Es lo que nos falta para salir definitivamente del default", ha manifestado recientemente el ministro de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay. Sin embargo todavía queda latente el peligro de los "holdouts fantasma".
El primer interrogante que se plantean los analistas del mercado financiero es si con este pago el Gobierno cancela el total de la deuda con los holdouts. La respuesta unánime es que no. Los datos del equipo económico indican que hasta ahora la Argentina tiene cerrados acuerdos por un total de USD 8500 millones frente a una estimación de deuda total sin reestructurar de 11.500 millones. Eso indica que quedarían fuera unos 3000 millones de dólares. En la jerga financiera, esos bonistas son conocidos como "fantasmas".
En el equipo económico calculan que hay unos USD 1.000 millones que nunca serán reclamados. Son bonos que forman parte de un remanente de titulares que en algunos casos fallecieron y en otros quizás perdieron sus títulos o ni siquiera saben que los tienen. De concretarse la estimación oficial, quedarán fuera del acuerdo USD 2.000 millones.
Sebastián Maril, editor de Inversor Global, informó en su cuenta de Twitter que hay bonistas minoristas que no aceptaron la propuesta argentina. Entre ellos está un grupo integrado por unos 13 inversores individuales que tienen reclamos por casi USD 1200 millones. Hay otro conjunto de bonistas argentinos con una demanda de acción colectiva por USD 450 millones y otras demandas que sumarÍan USD 2000 millones.
También hay reclamos de argentinos dentro de la Asociación de Damnificados por el Default y la Devaluación (Adap). Estos bonistas no acordaron pero podrían arreglar con el Gobierno después del 22 de abril porque todavía quedarían unos 180 días para cerrar los acuerdos y salir definitivamente del default de acuerdo con lo que sostienen fuentes cercanas al equipo económico.
El otro interrogante es si esos bonistas, en su gran mayoría inversores particulares que quedan afuera de los acuerdos, podrían seguir litigando contra la Argentina. La mayoría de los analistas presume que no, pero el peligro está latente.
"El borrador del prospecto de emisión de los títulos que la Argentina lanzará al mercado admite que no puede garantizar que no sigan apareciendo demandas de bonistas que no participen de la oferta actual. Además se aclara que en el caso de algún juicio, al tratarse de un país soberano que emite deuda, tiene muchos activos que no son embargables, como las reservas del Banco Central o propiedades que hacen a la herencia cultural del país", explicó el economista Diego Giacominni de la consultora Economía y Regiones.
El miércoles pasado la Cámara de Apelaciones del Segundo Circuito de Nueva York aseguró que "el levantamiento de las medidas cautelares no obliga a los bonistas individuales a aceptar el acuerdo propuesto". La Corte reconoce que no tiene el poder de forzar a los demandantes a aceptarlo y agregó: "Los bonistas individuales son libres de seguir negociando sin el stay y tomar cualquier paso, incluso litigar, para proteger sus intereses".
Por ahora no hay respuesta aunque el levantamiento de todas las medidas cautelares por parte de la Corte de Nueva York da el indicio que será difícil que los bonistas que no llegaron a algún tipo de acuerdo puedan seguir litigando contra la Argentina.
El gran problema que sufrió esta reestructuración es que en el default de 2001, los bonos no contenían una cláusula de acción colectiva que con un más de un 75% de la deuda reestructurada el resto de los acreedores tendrían que aceptar las condiciones de la reestructuración como si fuera una quiebra de una empresa. El otro problema fue cerrar el canje del 2005 y luego el del 2010 con la Ley Cerrojo. Con los canjes de deuda de 2005 y de 2010 la Argentina llegó al 93% de adhesión pero quienes no aceptaron la propuesta tuvieron derecho de ir a la corte y reclamar un resarcimiento. Ahora el mundo financiero tomó nota del caso argentino y desde ahora se incluye en los prospectos de sus bonos las denominadas "cláusulas de acción colectiva".
De un total de deuda elegible por 81.800 millones de dólares con el Canje I del 2005 se reestructuró deuda por un valor equivalente a 63 500 millones de dólares de valor nominal. Luego con el Canje II del 2010 de un total de USD 20.000 que quedaban se canjearon otros 12500 millones de dólares y quedaron afuera unos USD 6000 millones. Con esos canjes se ha normalizado el 93% de la deuda en default pero ese monto que quedó afuera se transformó en los casi 11.500 millones que se renegociaron ahora.
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