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Sobrepeso y baja estatura, un combo que aleja del éxito
Domingo, 13 de marzo de 2016
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Un estudio inglés explicó que "las personas que más cuidan su salud" tienen mayores posibilidades de triunfar. Las diferencias entre hombres y mujeres
Poder mantenerse fiel a una alimentación saludable requiere siempre de sacrificio y buena voluntad. Más esfuerzo se necesita aún cuando la meta está depositada en bajar de peso. Las tentaciones siempre están delante de los ojos y hay que tener la cabeza en paz y bien acomodada para lograr el objetivo que uno se proponga.
Hay quienes pueden desarrollar la dieta con un compromiso y sin consecuencias emocionales. El fin de la pérdida de kilos logra ser más fuerte que el sufrimiento por abandonar aquellas comidas prohibidas tan sabrosas.
La genética, según el estudio, determina el futuro laboral y social de las personas Una investigación de científicos estadounidenses y británicos dirigida por el profesor inglés Timothy Frayling (Universdad de Exeter en Reino Unido) aportó pruebas sólidas en donde se afirmó que el status económigo está asociado con una mejor salud y una vida más larga, siendo aquellas personas que más se cuidan las que más beneficios consiguen a lo largo de su carrera personal y laboral. En los países ricos más desarrollados, las personas más altas y esbeltas cuentan con mayores posibilidades de triunfar, existiendo una relación directa entre el físico y la condición social que aún no ha sido estudiada suficientemente.
Hasta el momento, según el estudio, las mujeres con sobrepeso de origen genético (especialmente las mujeres) se encuentran en una situación socioeconómica desfavorable; mientras que aquellos individuos que han nacido con mucha estatura (sobre todo los hombres) disfrutan de mejores oportunidades educativas, laborales y económicas. Para encontrar los vínculos entre peso, altura y posición social, el equipo de Frayling analizó en 119.000 británicos de 40 a 70 años las variantes genéticas que se sabe que influyen en la estatura y el índice de masa corporal (IMC). Esa información se halla en poder del UK Biobank, una base de datos biológicos de casi medio millón de adultos del Reino Unido.
Los investigadores compararon esa información con la estatura y peso actuales de los sujetos estudiados y con cinco parámetros de sus vidas: edad a la que completaron su educación, nivel educativo alcanzado, tipo de trabajo, ingresos anuales de la unidad familiar y el "Índice Townsend", una reconocida herramienta de medición de la pobreza. Los análisis se repitieron por separado en hombres y mujeres. Los datos fueron concluyentes: una menor estatura de origen genético aumenta las probabilidades de tener bajos niveles de educación, peores empleos y menos ingresos, sobre todo en el caso de los varones. Mientras que un IMC demasiado alto se relaciona con sueldos más bajos y mayor exclusión social en las mujeres.
¿Por qué sucede esto? Según los autores del trabajo, tiene que ver con la compleja interacción entre autoestima, el estigma social que todavía supone el ser bajito o gorda y la discriminación positiva a favor de los bien parecidos. Sin embargo, reconocen que se necesita más investigación para aclarar la relación entre rasgos físicos y estatus socioeconómico.
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