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La trama secreta de cómo Macri consiguió dominar el Congreso
Domingo, 14 de febrero de 2016
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Aunque todos miran a la economía, el hilo conductor de las decisiones del Gobierno puede verse en su relación con el Poder Legislativo. La ampliación de la mesa chica, el rol de los gremios y la relación con el peronismo
Cuenta la leyenda que una vez indagaron al canciller prusiano Otto von Bismarck sobre cómo había logrado aprobar una ley en la rigurosa Dieta Alemana del Káiser Guillermo. "Hay dos cosas en la vida que nunca deben preguntarse: de que está hecha una salchicha alemana y como se consigue mayoría parlamentaria" contestó.
La historia de cómo Mauricio Macri pudo hacer funcionar el Congreso cuando recién ha cumplido poco más de 60 días en el sillón de Balcarce comenzó al revés, la tarde del lunes 14 de diciembre, cuando decidió nombrar a dos jueces de la Corte Suprema por decreto. Un poco por pudor y otro por lo reciente de los acontecimientos, todavía no ha terminado de trascender el tsunami que en lo más alto del poder generó aquella decisión presidencial tanto en el Gobierno, como en el Congreso, en la oposición peronista y en el massismo.
La suerte de aquella iniciativa –archivada oficialmente desde la semana que pasó- marcó un cambio en el poder macrista. En todo sentido. Aunque la economía pareciera que marca el ritmo de las decisiones de la Casa Rosada, el hilo conductor de lo que ha sucedido en los últimos 45 días han sido las relaciones con los diputados y los senadores. Negociaciones en las que hubo interlocutores de todo tipo y pelaje. Algunos naturales y otros sorprendentes. Y ha explicado la razón de estado de semejante urgencia por mostrar un Congreso receptivo de las iniciativas del Presidente: es una condición sine qua non no escrita de los Estados Unidos y el poder financiero internacional para dar luz verde a la olvidada Argentina.
Por empezar, el obligado vínculo con el Congreso cambió hábitos y formas: la reunión que era más de amistad y consulta general en la quinta de Los Abrojos del Presidente en Los Polvorines, y que después fue convirtiéndose en el encuentro clave donde en la campaña se tomaban todas las decisiones, terminó siendo el ámbito ideal para que Macri decidiera armar su mesa chica a partir de enero.
EL HILO CONDUCTOR DE LAS DECISIONES DE LA CASA ROSADA HAN SIDO LAS RELACIONES CON EL CONGRESO A los habitués a esos encuentros de los sábados a media mañana asisten el dueño de casa, Marcos Peña, el empresario Nicolás Caputo, el ex intendente porteño y ex SOCMA Carlos Grosso y Jaime Durán Barba, el que a veces va a acompañado del zar de las encuestas –cuantitativas, pero sobre todo cualitativas- Santiago Neto. Fueron agregados luego nuevos invitados: Gabriel Michetti y Emilio Monzó, en representación del Congreso, y María Eugenia Vidal y Horacio Rodríguez Larreta por razones más que obvias.
No son socios "plenos", pero tienen más poder real que la mayor parte de los ministros: Daniel Angelici -presidente de Boca y "padre espiritual" de nada menos que los Jefes de la SIDE Gustavo Arribas y Silvia Majdalani-, los ministros de Seguridad Cristian Ritondo y Martin Ocampo, el titular de Justicia German Garavano -teléfono rojo de Macri con Comodoro Py , la AFA y el nosiglismo radical, por el dirigente Enrique Nosiglia- y el ministro del Interior Rogelio Frigerio -uno de los artífices de que el sindicalismo de "Los Gordos" colaborara decisivamente para romper el bloque del FpV en Diputados, a través del número dos de la SMATA, el juninense Oscar Romero, uno de los primeros legisladores en pegar el salto-. Frigerio además maneja nada menos que los recursos de la Obra Pública del Estado Nacional.
También están, como siempre, al lado del Presidente amigos personales como José Torello -flamante Jefe de Asesores y uno de los pocos que compartió el día del cumpleaños en Ascochinga- o el célebre Fabián "Pepín" Rodríguez Simón, autor intelectual del decreto de los jueces de la Corte.
Fuera del círculo más cercano, hay nombres a los que también se consulta, no en forma diaria pero cuya voz es escuchada. En esta categoría se encuentra Elisa Carrió, cada vez más cómoda en el rol de decir lo que el gobierno no puede decir públicamente. O el mismísimo Sergio Massa, clave para modificar el esquema original de transmisiones del fútbol que había diseñado Fernando de Andreis y Fernando Marín.
PARA EL “ALA POLÍTICA” DEL MACRISMO, CADA AVANCE ES FESTEJADO EN TÉRMINOS DE FUTURO Para el "ala política" del macrismo representada en Michetti, Monzó, Frigerio y Pinedo entre otros, cada avance es festejado en términos de futuro. Se presentan como el grupo que le soluciona problemas al Presidente y el que le da las buenas noticias representadas en el funcionamiento del Congreso y en las negociaciones con el sindicalismo. "Al revés de lo que pensábamos, parte del peronismo y los gremios están jugando mejor con nosotros que los empresarios. Quién lo hubiera dicho", analizan en el primer piso de la Casa Rosada.
Dicen también los abogados del diablo de la "primavera" con el mundo sindical que los $26.000 millones que el Estado Nacional liquidará de la deuda con las obras sociales, así como también la devolución del Renatre al sindicalista preferido del Presidente Gerónimo el "Momo" Venegas ayudan a pavimentar cualquier relación. Como en política nada es casual, debe recordarse que la presentación en sociedad del flamante Bloque Justicialista de Diputados no fue en un bar ni en una unidad básica, sino en el moderno y coqueto Sindicato de Taxistas.
LA RELACIÓN ENTRE EL JEFE DE GABINETE Y LA VICEPRESIDENTE SIGUE CON NUBARRONES
En el Senado la relación clave es entre Michetti y Miguel Ángel Pichetto. Fue el jefe del bloque kirchnerista el encargado de transmitirle a la vicepresidente el viernes 5 de febrero al mediodía que había número para convocar a sesiones extraordinarias y avanzar con los pliegos de los jueces de la Corte, militares y diplomáticos. Michetti llamó directamente al Presidente y allí decidieron, por fin, formalizar.
No debe llamar la atención que en la jugada no participara Marcos Peña. La relación entre el jefe de Gabinete y la vicepresidente sigue con nubarrones. Aunque lo nieguen, arrastran una herida no cicatrizada no solo de la interna por la Jefatura de Gobierno porteña, finalmente ganada por Rodríguez Larreta, sino por la preferencia de Macri por Michetti, en lugar de Peña, como su compañero de fórmula nacional. Hay quienes inclusive van más lejos y dicen que no por casualidad muchos de los que participaron en contra de la postulación del actual Jefe de Gabinete hoy no ocupan lugares clave cerca del Presidente. Hablando de la cercanía con Macri: Michetti estrena oficina cerca de la presidencial. El dato no sería más que protocolar de no ser por el hecho de que se trata de la primera vez en décadas que un vicepresidente tendrá oficinas que dan a la avenida Paseo Colón –donde se encuentra el área presidencial- en lugar de las habituales desde donde se mira la Plaza de Mayo (como la que Scioli supo tener durante tan solo los primeros 10 días de la presidencia de Néstor Kirchner).
Para el asesor, el modelo kirchnerista fue Para el asesor, el modelo kirchnerista fue "exitoso" en relación a los pobres, ya que "crecieron hasta el 40 por ciento" ¿Y Durán Barba? ¿Sigue teniendo la misma influencia de siempre? ¿Habla fluidamente con el Presidente? Las respuestas a los interrogantes son un rotundo sí. Macri y el ecuatoriano tienen comunicación diaria y se ven muchas mañanas de la semana. Durán Barba, Peña y su equipo técnico, sobre todo de redes sociales, son una pieza fundamental del mundo presidencial. Lejos de haber mermado, ha crecido en influencia. La "fotomanía" presidencial, el perro Balcarce, la omnipresencia de Antonia, las imágenes con chicos de la villa 31 o de Macri bailando el carnavalito en Jujuy son fruto de esa estrategia conducida exclusivamente por Durán Barba y Peña. En esto radica el poder y buena parte de la influencia del jefe de Gabinete. Algo que el ala política no debiera dejar de tener en cuenta, sobre todo en el universo cerebral de un presidente Ingeniero.
Al revés de lo que dice la ortodoxia y de la expectativa que hay sobre el discurso del Presidente en la apertura de sesiones del Congreso del 1º de marzo, Durán Barba no cree ni en relatar la herencia recibida ni en preocuparse mucho por el contenido.
La teoría del ecuatoriano es que la gente no es tonta, que se da cuenta por sí sola de la verdad, y que si la herencia no fuese mala, Macri nunca hubiera ganado. "Ganamos porque se votó la alternativa a Cristina, que es Mauricio", dice.
En realidad, y más allá del 1 de marzo, Durán Barba no cree mucho en los discursos. Un rápido repaso por las presentaciones públicas de Macri lo confirmará: en general son breves, cargadas de generalidades y más dedicadas a sortear el momento que a otra cosa. Las preocupaciones del ecuatoriano pasan por la economía. Lo tranquiliza que en sus encuestas diarias cuantitativas y en sus cualitativas un amplio 60% dice que hay darle tiempo al Presidente para llevar adelante sus medidas y que en dos meses no se puede cambiar nada.
Como siempre, en la cambiante Argentina, habrá que esperar, sabiendo que un día puede ser un siglo.
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