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Esquinenses usaron el servicio de balsas sobre el arroyo
Martes, 11 de julio de 2017
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Ayer se vivió a un ritmo diferente, tras el primer día hábil después de la ruptura del puente del arroyo Guazú. La gente recurrió a las balsas para el cruce. Uno de los primeros en vivir la experiencia fue el director de la Escuela Nº446 de Paraje Manantiales. “Tuve el privilegio de ser parte de la prueba piloto”, dijo con picardía el docente Raúl Mendoza (ver recuadro).
El Municipio, junto a Prefectura, diagramó cuatro viajes en el bote oficial. Por la mañana establecieron dos salidas, la primera a las 7 y la segunda a las 11. Por la tarde anunciaron una a las 14 y la otra las 16. A orillas del arroyo Guazú se formó un campamento, en el que están empleados municipales, junto a los agentes de la fuerza nacional. Allí, los pasajeros se acercan y explican el motivo del viaje, cuando les toca su turno suben a la lancha que recorre poco más de 90 metros. Este itinerario será el más ágil para los pobladores de Esquina, que necesiten llegar a Goya o Capital. Según el registro, en el turno de la mañana fueron trasladadas 60 personas y en el segundo turno usaron el servicio 17. Por la tarde, el servicio de lancha fue utilizado por más de 40 esquinenses que volvían de Goya.
Trabajo coordinado La Municipalidad acordó, con la fuerza nacional, abonar el combustible de la embarcación para garantizar el servicio a los pobladores. En ese sentido anticiparon, que irán viendo la demanda y la capacidad operativa para ajustar en lo económico. Según se acordó, una de las embarcaciones hará el control del río y la otra será la encargada de trasladar a los pasajeros. El clima será un aliado para los viajes. Prefectura informó que en caso de lluvia suspenderá el servicio para no arriesgar a la gente. “Estamos sujeto a lo que dispone la fuerza nacional”, enfatizó Armando Tognola de la Municipalidad de Esquina.
“Una gran travesía”, dijo uno de los primeros viajeros
Los docentes fueron los primeros pasajeros del servicio de lancha. Llegaron antes de las 7 de la mañana, aguardaron la señal y partieron a destino. Raúl Mendoza, director de la Escuela Nº446 de Paraje Manantiales, contó la experiencia que vivió junto a sus colegas. “Fuimos los primeros en tomar la embarcación. Cuando llegamos, debimos caminar por la oscuridad, alumbrando con celulares”, manifestó el docente. Al llegar a destino, debe caminar hasta una garita que se encuentra a la altura de la Escuela Nº320, donde espera el otro colectivo para continuar con el viaje. “Nos mojamos bastante pero fue una gran travesía”, aseguró Mendoza, quién junto a sus colegas reafirmaron su compromisos como docentes. Entre los primeros ocupantes de la lancha se encontraba un paciente oncológico que debía llegar a Goya. También fueron varios esquinenses, que ocuparon el servicio de los botes para regresar a sus hogares después de pasar el fin de semana en otro lugar. Hoy, serán cientos de pobladores que vivirán esta travesía.
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