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El Pepo: “Pedí perdón a la familia que le robé”
Viernes, 19 de mayo de 2017
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El cantante abrió su corazón ante sus compañeros y contó cómo rehizo su vida después de estar detenido seis años
El Pepo (42) abrió su corazón ante sus compañeros de Polémica en el Bar y llegó hasta los rincones más oscuros de su pasado: la lucha contra las adicciones, el robo que cometió y lo llevó a estar seis años en la cárcel y el posterior "volver a nacer". Su historia conmovió a toda la mesa del programa.
Rubén Castiñeiras, ex líder del grupo de cumbia Los Gedes, recordó que la necesidad de conseguir dinero rápido para consumir cocaína fue lo que lo llevó a robar una casa. "Cuando me dijeron que iba a estar encerrado seis años casi me muero. El día del juicio le pedí perdón a la familia (a la que le robó). Ellos me dijeron que me haga cargo de lo que hice. Mis viejos no me dijeron nada, sufrían".
"Ver a mi familia devastada me hizo arrepentir. Con la droga que consumía ni me acordaba de mi mamá y papá. No digo que nunca voy a reincidir en las drogas, lo que digo es 'hoy no voy a consumir ninguna sustancia'. Hay que ser consciente todos los días. Yo no tenía necesidades económicas en ese momento. Mi familia era laburadora y yo trabajaba como músico. El 80 por ciento de la gente que está en cana es por las adicciones. Muchos matan por la droga".
Sobre su condena en el penal de Ezeiza recordó que había grupos de música y mucha gente que acudía a diferentes talleres culturales pero "por culpa de una persona, que todos estábamos de acuerdo en que no merecía tener el privilegio de ir a los talleres, se pararon un montón de proyectos, muchos de los cuales me salvaron la vida a mí y a otros pibes".
Según su relato, en la cárcel se consumen más drogas que afuera porque "siempre hay un empleado infiel a su trabajo" que permite el ingreso de las sustancias. Además, contó que nunca convivió con un violador: "¿Por qué te pensás que siempre dicen que los violadores tienen buena conducta? Porque conviven entre violadores, y 'se hacen ortivas' trabajando con el penitenciario, diciendo qué hacen los demás. Viven mejor que nadie".
Una vez afuera de prisión, el hijo de su pareja y su trabajo fueron sus principales motores para seguir adelante: "El hijo que tengo es de la vida y lo quiero como propio. Todavía hablo con gente que estuvo detenida conmigo, algunos están afuera y se 'rescataron' y otros no. Decidí tomar la música como un laburo, una manera de divertirme sin estar saliendo a ninguna villa a comprar falopa".
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