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Ocho claves esenciales para un baño saludable
Miércoles, 5 de abril de 2017
Qué pasos seguir para no debilitar la piel, perjudicar el cabello o aumentar la posibilidad de infecciones. Los consejos de los especialistas

Algunos prefieren tomar una ducha temprano porque aseguran que es un método infalible para despertarse. Otros optan por hacerlo durante la noche, para disfrutar de un momento de relajación, dejando atrás un día cargado de actividades intensas. Y están aquellos que no tienen un horario favorito, y se bañan para combatir el frío o para aliviar el calor del verano. Por cualquiera de esta u otras razones, ducharse es un acto necesario para higienizar el cuerpo todos los días.

Pero aunque sea una actividad por demás imprescindible, de no seguir una serie de hábitos trascendentes se puede transformar en una práctica insalubre. El exceso de higiene pareciera ser el punto que alerta a dermatólogos e investigadores. A continuación, los consejos de los mejores expertos para que la ducha sea perfecta y sana.

1- Una vez por día

No superar la cantidad recomendada es un factor muy determinante. Un estudio de la Universidad de San Diego en Estados Unidos reveló que el exceso de agua y jabón puede debilitar la piel y aumentar la posibilidad de infecciones, ya que destruye las barreras protectoras como son el manto ácido, hidro-lipídico y córneo.

En caso de ser dos veces al día, deben ser cortas, señaló la dermatóloga Jessica Krant, que además indicó que si no se lleva una vida muy activa, se puede reducir el número semanal. Además, no se debe quedar debajo del agua durante varios minutos seguidos. "Para pacientes con dermatitis atópica o piel muy seca, recomiendo mantener duchas de cinco minutos o menos", dijo a NBC News la dermatóloga Lauren Ploch.

2- Permanecer fresco

El agua caliente elimina los aceites naturales y daña la piel más rápidamente. Una ducha tibia o más fría es más productiva. "Algunas personas abogan por agua extremadamente fría para dinamizar la circulación", sostuvo Krant, que recomendó la temperatura con la que mejor se sienta cada uno, siempre que no sea de un temperatura elevada.

3- La frecuencia del lavado del cabello

Lavar el cuero cabelludo al menos dos veces por semana para evitar la acumulación de aceites que llevan a la descamación y enrojecimiento. "Lavar el pelo cada día no hace que se caiga más. Ni la frecuencia de lavado ni el uso de cosméticos capilares (gel, cera, tintura, entre otros productos) hace que el pelo se desprenda más", manifiestó Didac Barco, dermatólogo de Centro Médico de Barcelona. Si el objetivo es cuidar el pelo, exhibirlo con brillo y que esté presentable, al lavarlo todos los días se conseguirá el efecto contrario. Los componentes químicos del shampoo, en exceso, producen lo opuesto a lo que se busca.

4- Enfocarse en las áreas más difíciles

Hay cuatro puntos del cuerpo vitales para no descuidar y a los que se debe priorizar, sobretodo si se dispone de poco tiempo: los pies, los genitales, las axilas y las manos. Los brazos y piernas no siempre necesitan jabón.

5- Elegir el jabón correcto

"No es bueno abusar en algunas partes del cuerpo ya que pueden secar la piel. En las zonas más sensibles -genitales, pies, axilas y manos- sí es necesario un enjabonado correcto", dijo a Infobae la dermatóloga Silvia Misuriello (MN 74.587), quien recomendó "utilizar jabones neutros, de glicerina, con poco detergente o de aceites vegetales, ideales para que la piel no se irrite".

6- De arriba hacia abajo

Este es el modo correcto de enjabonarse. Para los propensos al acné, Ploch sugiere lavarse la cara, el pecho y la espalda después de acondicionar el cabello. "Para las personas con piel sensible, aconsejo champú, acondicionador, enjuague y luego limpiar la piel", aclaró.

7- Secarse sin frotar

El frotamiento puede causar irritación y picazón. El secado es mejor realizarlo al aire y debe centrarse fundamentalmente en zonas específicas: "Recuerde especialmente áreas de pliegues cutáneos, entre los dedos de los pies, en la zona de la ingle y debajo de los brazos, para reducir la erupción y el riesgo de infección en el futuro", puntualizó Krant. Y es clave el material de la toalla, debido a que si es áspero contribuirá al desgaste de la epidermis. La suavidad es importante para no perjudicar la piel.

8- Usar cremas hidratantes

Apenas dos o tres minutos luego del baño, aplicarse cremas hidratantes para crear una barrera que prevenga la pérdida de agua transepidérmica. Repetir el proceso dos veces al día, durante el invierno y sobre todo en caso de tener piel seca. Krant sugiere productos sin fragancia, mientras que Ploch alaba aquellos hidratantes que contienen ceramida o hidratantes alfa-hidroxiácidos.


     
 
 

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