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Los peligros de los calzados del verano
Martes, 17 de enero de 2017
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Resultan cómodas y livianas, pero ocultan series problemas para los pies y la postura. Cómo deben utilizarse para que no afecten la salud
Diferentes estudios demostraron cómo el andar descalzo mejora los puntos de apoyo separando los dedos, aumentando así la superficie de la planta del pie y que, las lesiones que hoy en día vemos, son en gran parte producto de un calzado inadecuado para la postura.
"Un calzado inadecuado puede ser el desencadenante de múltiples problemas: juanetes, dolores de columna y en la planta del pie, deformidades en los dedos, callosidades, inflamación del tendón de Aquiles, dolores de gemelo, hinchazón de pies, edemas y pequeñas varices, entre otros", explicó a Infobae el quiropráctico Marcelo Barroso Griffiths (Matrícula 9784).
Chancletas y ojotas
Seguramente resultan cómodas, pero las ojotas son el calzado más peligroso en el verano, ya que "pueden alterar la biomecánica del cuerpo, desde el mismo pie hasta las rodillas, caderas o espalda".
Al caminar con chancletas, no se realiza un correcto apoyo, alterando el arco plantar y por ende, una cadena de lesiones: obligamos al pie a realizar un movimiento inútil ágil, y no se apoya correctamente el talón, estirando demasiado la planta del pie. La falta de apoyo puede causar problemas críticos en el arco y el talón del pie, incluyendo la fascitis plantar, una inflamación del tejido en la parte inferior del pie. En las ojotas, el talón queda totalmente levantado y sin apoyo, que acaba produciendo una deformación conocida como “dedo en garra”, una contracción de las extremidades de manera crónica.
Los talones chocan con el suelo y alteran el ritmo natural al caminar. Y al adoptar una mala postura, esto repercute de forma directa en rodillas, caderas, y columna vertebral. Dificultan el equilibrio y aumentan el riesgo de caídas. Su contención se limita a un par de tiras junto a los dedos pulgares y hay una flexión forzada sobre todo del primer dedo para caminar y sujetar las mismas.
Flexibles y planas, la planta del pie se resiente. No son tan cómodas como parece porque con el calor el material de goma el pie se resiente. Además el calzado totalmente plano no es recomendado porque puede provocar dolor de espalda y lesiones en el pie. Lo mejor es usarlas con moderación para la playa o la pileta. Sandalias con taco alto
"Este tipo de calzado fue creado más de apariencia que de comodidad y ocasiona varios problemas", dijo la especialista. Y enumeró:
En el uso de las sandalias, hay una distribución despareja del peso corporal y tiende a ocasionar molestias en los dedos. Los nervios pueden verse afectados en la espalda baja debido a la postura inadecuada que se adquiere cuando se usan zapatos de taco alto. El dolor del nervio en la espalda baja puede resultar muy doloroso. La altura del taco afecta la postura, ya que como levanta de atrás y envía hacia adelante se debe realizar toda una retroversión de cadera y aumentar la tensión de espalda y cuello, derivando en diferentes afecciones de columna, como rectificaciones, cifosis, contracturas musculares, entre otros.
La articulación que más sufre es el tobillo, aumentando el riesgo de sufrir un esguince respecto al apoyo normal del pie. La rodilla se sobrecarga, porque la tensión de los músculos situados en la porción posterior de la pierna incrementa la tensión sobre la rodilla. Se produce un desajuste en la articulación de la cadera, pudiendo causar dolores en espalda. Toda la postura se ve modificada a causa del desequilibrio en el apoyo y pueden surgir demás deformidades si empleamos tacones todo el día de manera habitual. Su uso prolongado produce problemas a nivel de espalda ya que aumenta la curvatura lumbar provocando lumbalgia severas a causa de una hiperlordosis lumbar. En el caso de las sandalias altas y punta fina, la elevación del talón provoca no sólo una deformidad de la bóveda plantar, sino que sobrecarga de los huesos de los dedos de los pies. Estos se aplastan contra la punta del zapato y se deforman en forma de garra. Tipo crocs
"Aunque son planos, cómodos y muy anchos, por lo que permiten a las personas con pies anchos o con deformidades se encuentren cómodas dentro de ellos, su uso diario no es recomendable. Podría tener consecuencias en la salud de los pies", dijo Barroso Griffiths.
La parte posterior de este calzado es abierta, por lo tanto, no brinda la contención necesaria. A veces no llevan tira posterior y eso genera problemas de sujeción. A veces el talón esta sostenido por una correa; de esta manera el tendón de Aquiles, sufre el riesgo de quebrarse, causar dolor o un esguince. Cuando el talón está inestable, los dedos de los pies tienden a apretarse, lo que puede producir tendinitis, el empeoramiento de las deformidades de los pies, problemas de uñas, callos y ampollas. La poca estabilidad trae consecuencias en la postura. Chatitas
"Los zapatos bajitos o chatitas, sirven tanto para ir al trabajo, como para salir con amigos, pero después de mucho caminar, las suelas muy planas y sin forma anatómica nos pueden generar dolores en la planta del pie, talón o lesiones articulares. Esto se produce porque no amortiguan nuestra pisada y no nos aíslan de las irregularidades del camino. Nuestro pie está casi en total contacto con el suelo y es quien sufre todo", comentó.
Al ser totalmente bajo y sin taco, no proporciona el arco adecuado para el pie, obligándolo a trabajar el doble. Esto deriva en inflamación, dolor de espalda o talones y hasta fracturas. Son los zapatos planos por excelencia tienen la suela muy fina, y casi no sujetan el pie. Generan molestias en el talón porque no estamos acostumbrados a tan poca protección Suele generar calambres, dolores musculares y contracturas. Cómo elegir el calzado
Según el especialista se debe tener en cuenta la anatomía del pie: "Su forma, si tenemos un empeine muy pronunciado, si tenemos pie plano. Sin embargo muchas veces nos dejamos llevar por la estética, el color, el diseño más que en las propias necesidades de nuestros pies".
"Los zapatos deben ser, equilibrados, flexibles y cómodos. Por lo tanto, su función no se debe limitar, simplemente, a proteger nuestros pies sino que también deben servir para ayudar a nuestra columna vertebral a mantenerse alineada. Un calzado adecuado nos va a servir para evitar lesiones y excesos de tensión en los músculos".
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