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Liberaron a dos policías presos por recibir coimas del jefe narco "El Bolongo"
Jueves, 29 de diciembre de 2016
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 Son un subcomisario y un subteniente: el juez Bonadio los acusa de recibir 40 mil pesos semanales de un capo peruano que operaba desde la cárcel de Devoto para no arrestar a sus dealers en Villa Fiorito El 20 de septiembre pasado, luego de más de seis meses de escuchas telefónicas y seguimientos de inteligencia, el juez federal Claudio Bonadio ordenó a la Policía Metropolitana y la división Asuntos Internos de la Policía Bonaerense allanar más de quince objetivos.
La lista para el ariete fue al menos ambiciosa: los efectivos ingresaron en la Comisaría 5ta de Lomas de Zamora en el corazón de Villa Fiorito, en la Villa 1-11-14 del Bajo Flores, junto a varias casas de oficiales bonaerenses. El punto más sensible de todos el penal de Devoto. La sospecha para entrar en la cárcel era por lo menos grave: Edwin Lener García Jara, alias "El Bolongo", un presunto capo condenado a seis años por robo a mano armada comandaba una organización de transas desde el pabellón 8 del lugar, que compartía junto a 70 presuntos delincuentes, muchos de ellos de su nacionalidad.
Con 27 de edad, "Bolongo" fue en Perú un delincuente de agallas considerables. Había sido detenido por intentar entrar a una casa en Trujillo a mediados de 2011. Un año después, en mayo de 2012, "Bolongo" se vio involucrado con una banda que intentó extorsionar al alcalde en la localidad de Quiruvilca, provincia de Santiago de Chuco; le exigían cien mil dólares para no masacrarlo a él o a su familia. Repareció en mayo de 2015, condenado la Cámara de Casación Penal le confirmó una condena de seis años por robo con armas y lesiones leves junto a dos cómplices. Ese mismo año, estando preso, Bonadio lo procesó por drogas y empezó a rastrear sus nuevas operaciones.
Según fuentes judiciales, "Bolongo" tuvo vínculos en el Bajo Flores con el máximo capo del territorio, el célebre Marcos Estrada González, recientemente detenido en el country La Celia de Ezeiza. Sin embargo, a pesar de Marcos, García Jara no duró demasiado en el lugar. En el medio, cayó preso por robo. Luego de que su banda dejara la 1-11-14 con su mujer y su madre como parte de la estructura, "Bolongo" encontró una nueva base de operaciones: la Villa Fiorito, con diversos dealers apostados en una zona aledaña a una cancha de fútbol y al menos un búnker. Para trabajar en paz, sostiene la imputación hecha por el juez Bonadio, "Bolongo" pagaba su tributo a la Comisaría 5ta de la zona. El número: 40 mil pesos semanales.
Los acusados de cobrar este dinero fueron las dos principales figuras de la Comisaría 5ta, el subcomisario Adrián Alberto Castillo, jefe de la seccional y el subteniente Rubén Darío Donato. Ambos fueron arrestados en el operativo de septiembre y sus casas fueron allanadas. Quedaron desafectados de la Bonaerense poco después.
Hubo una tercer figura policial en la Comisaría 5ta que también fue detenida, un personaje un tanto más oscuro. Alejo Jacinto Romero, ex policía, prestaba servicios en la 5ta pero había sido exonerado de la fuerza años atrás. Sin embargo, todavía se hacía ver en la seccional de Villa Fiorito, de acuerdo a seguimientos policiales, con una pistola reglamentaria al cinto y hasta se habría presentado como policía activo.
Bonadio acusó a Romero de ser el encargado de juntar la recaudación cada semana, recolectada por un prófugo apodado "El Gaucho", que fue también visto junto a Donato y que estaba a cargo de las cobranzas que contactaba a un intermediario de la banda de "Bolongo". Tras detenerlos, Bonadio procesó a Romero, Donato y Castillo y ordenó la prisión preventiva para el trío. Sin embargo, hoy hay una nueva polémica alrededor del caso, que se suma al creciente número de expedientes de corrupción policial investigados por la Justicia tanto en territorio porteño como en la provincia de Buenos Aires.
El día 20 de este mes, la Sala I de la Cámara Federal integrada por los jueces Freiler, Ballestero y Bruglia falló sobre el caso, con un documento publicado por el Centro de Información Judicial. Consideró que el ex policía romero Romero debía quedar preso, así como "Bolongo" mismo y los supuestos miembros de la banda del capo peruano que realizaban los pagos.
Sin embargo, la Sala liberó al subteniente Donato, ya que consideró que podía seguir el proceso en libertad sin riesgo de fuga a pesar de que, según afirmaron los jueces en el mismo fallo, "las pruebas reunidas durante el transcurso de la investigación, permiten sostener que la interpretación de los elementos de cargo efectuados por el magistrado de grado resultó adecuada para tener por acreditada, con el grado de probabilidad requerido para esta etapa procesal, la comercialización de estupefacientes".
El subcomisario Castillo, el mayor responsable de la dependencia, no solo fue liberado: la Sala I le dictó la falta de mérito, aunque con un dejo de duda. Los jueces, aseguraron, tomaron un temperamento "expectante".
Freiler, Ballestero y Bruglia apuntaron en su fallo a un encuentro que, según ellos, Bonadio considera clave para acusar al subcomisario: "Finalmente, en relación al imputado Adrián Alberto Castillo, el señor juez de grado ha fundado su participación en el hecho investigado, en particular, a partir del encuentro que habría tenido lugar el día 18 de agosto en la Comisaría 5° entre agentes de la Policía Metropolitana y personal de esa dependencia, entre los cuales se habría contado con la presencia de aquél y las circunstancias derivadas a partir de ella".
Sigue el escrito: "La defensa, haciéndose eco de las manifestaciones de su pupilo, dijo que el imputado no mantuvo tal conversación con personal de la Policía Metropolitana y señaló que ese día tampoco estuvo en la dependencia policial para lo cual ha presentado distintas pruebas y ha solicitado, en su momento, la producción de otras". Es decir, según la Sala I, no hay pruebas suficientes para acusarlo. El tribunal sugirió, por ejemplo, que se escuchen los testimonios de los efectivos de la Metropolitana que asistieron al encuentro del 18 de agosto.
De vuelta en la causa, una fuente asegura: "La Sala I no tomó en cuenta meses y meses de investigación, de tareas de inteligencia, de seguimientos y de escuchas que evidencian la participación del personal policial y el pedido de dinero".
Por lo pronto, a pesar del fallo de la Sala I, el subcomisario Castillo y Donato no vuelve a la Bonaerense: según fuentes en la fuerza, ambos oficiales continúan desafectados y las investigaciones internas en su contra siguen en curso.
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