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Descubrieron quién es la joven perdida en Roma
Miércoles, 23 de noviembre de 2016
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Su padre la reconoció gracias a que se la confundió con la niña inglesa desaparecida en 2007 en Portugal. Su verdadera identidad y el mal que padece
"¡Esa es mi hija!". Ese fue el grito que pronunció Tahvo Jauhojärvi desde Estocolmo, Suecia, cuando reconoció a su hija Embla en las fotografías que recorrieron el mundo durante las primeras horas de hoy.
Embla Jauhojärvi fue noticia luego de aparecer en un programa de televisión italiano en el cual se trata de dar con los familiares de personas que están sin hogar. El caso de Embla conmovió al mundo. Sobre ella se enumeraban pocas características: no se sabía su nombre –algunos en las calles de Roma la bautizaron "María"–, ni su nacionalidad. Sólo hablaba inglés.
Algunos especularon que podría tratarse de Madeleine McCann, la niña que desapareció de un resort en Praia da Luz, en Portugal, en mayo de 2007. Sin embargo, la pequeña inglesa hoy tendría 13 años, bastante menos que la protagonista de esta historia.
Su padre, Tahvo, la reconoció y comenzó con los trámites para volar hacia Italia para reunirse con su hija de 21 años, quien sufre del síndrome de Asperger. Se fue del hogar paterno hace seis meses para dedicarse al estudio del italiano. Desde entonces que nadie en su familia supo nada más de ella.
"Estuvo perdida durante seis meses desde mayo. Supe que ella se iba a Italia para estudiar italiano. Traté durante seis meses de conseguir la ayuda de la Policía de Suecia, pero no recibí asistencia alguna. Tenía esperanzas de que ella fuera allí para hacer lo que quería. Ahora la quiero de vuelta en casa", indicó Jauhojärvi en declaraciones al diario DailyMail.
Luego de la emisión del programa Chi l'ha Visto, se especuló que Embla podía ser Maddie, la pequeña desaparecida en 2007. También se creyó que podía tratarse de una niña llamada Amanda Adlai, secuestrada en Michigan ese mismo año. Incluso, que sería Maria-briggitte Henselmann, desaparecida en Alemania en 2008.
Durante meses, Embla vivió en las calles de Roma, donde se familiarizó con varios de sus vecinos. No aceptaba nada de ellos, ni dinero ni ninguna otra ayuda. Era educada y sólo hablaba en inglés.
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