El río bajó hasta casi los 7 metros pero se mantiene la cantidad de evacuados

Jueves, 31 de diciembre de 2015

En 24 horas el Paraná registró una merma de 20 centímetros en su caudal y ayer se mostró en los 7,08 metros. A pesar del cambio, la Municipalidad mantiene la asistencia a las 73 familias que se encuentran relocalizadas.

El río Paraná ayer registró un notable descenso en su caudal de las costas capitalinas, lo que se tradujo en una tregua para los pobladores ribereños: en 24 horas el cauce fluvial pasó de 7,29 a 7,08 metros, aproximándose a salir del nivel de evacuación de los 7 metros. Desde la Municipalidad manifestaron que continuarán asistiendo a las 73 familias que se encuentran evacuadas en distintos puntos de la Capital y recién el sábado podrán comenzar a regresar a sus hogares.
Estiman que para el sábado el Paraná descenderá y saldrá del nivel de evacuación.
En tanto, los grupos familiares que se encuentran evacuados (principalmente en las zonas de La Tosquera, Caridi y en el barrio Itatí) y autoevacuados, pasarán el Año Nuevo en los centros asistenciales.
Según los registros diarios de la Prefectura Naval Argentina, ayer el río Paraná registró una bajante considerable situándose en los 7,08 metros, es decir muy cerca de salir del nivel de evacuación de los 7 metros para esta ciudad.
En 24 horas el caudal descendió unos 20 centímetros y durante los próximos días seguiría bajando, trayendo alivio a las comunidades ribereñas.
En tanto, desde la Municipalidad manifestaron que las 73 familias más afectadas por la creciente continuarán evacuadas y asistidas durante los próximos días hasta que estén garantizadas las condiciones sanitarias y de seguridad para que regresen a sus hogares. En el caso de que el Paraná continúe bajando, en la Comuna estiman que para el sábado las familias comenzarían a regresar a sus hogares.
Desde la Dirección de Acciones Directas y Compensatorias manifestaron que a pesar de que las familias puedan retornar a sus casas, continuarán desplegando el plan de contingencia y el asistencial debido a los inconvenientes con los que se encontrarán una vez que el río baje, como la presencia de alimañas, mosquitos y vectores de enfermedades, casas afectadas por el agua, así como también los residuos y pastizales que quedan en las zonas ribereñas una vez que el cauce fluvial se retira.