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Negociaciones a contrarreloj ante una marcha que el Gobierno no puede desactivar
Viernes, 27 de septiembre de 2024
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El Ejecutivo estira la publicación del veto, ofreció un aumento salarial que rechazaron los gremios y aceita el diálogo con la CGT, cuyo sector más radicalizado adhirió a la movilización de la semana próxima. El cambio en el humor social
En medio de un bajón sostenido de la imagen presidencial reflejado en la mayoría de los estudios de opinión pública, y de la publicación del alarmante índice de pobreza del primer semestre, el primero de la era libertaria que trepó al 52,9% -la cifra más alta en dos décadas-, el gobierno tendrá la semana próxima una nueva prueba de fuego con la marcha convocada por la comunidad universitaria en contra del veto a la ley de financiamiento de ese sector, una movilización que, más allá de los gestos y las negociaciones a contrarreloj, en la Casa Rosada consideraron por estas horas de imposible desactivación.
“Es ‘indesactivable’”, planteó un funcionario del rubro que trabajaba en estas horas para tratar de bajar la conflictividad en una disputa que, en abril pasado, y producto de la decisión del Ejecutivo de recortar entonces el presupuesto a las universidades, derivó en una muy masiva movilización a la Plaza de Mayo, y que le propinó a Javier Milei su primera -¿y única?- derrota frente a la opinión pública.
En ese entonces, la popularidad del presidente era mucho mayor a la de ahora, la gestión acumulaba una aceptación más alta y el gobierno podía excusarse incluso en la inexperiencia de sus primeros meses al frente de la administración pública, más allá del sesgo ideológico de la plana mayor del Ejecutivo en torno al rol del Estado. El próximo miércoles, La Casa Rosada enfrentará la segunda manifestación universitaria con un desgaste lógico tras 10 meses de gestión y un severo ajuste presupuestario en todos los rubros pero en un tema caro al sentimiento de buena parte de la sociedad. .
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