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¿Qué se celebra el 5 de mayo en México y EE UU?
Jueves, 4 de mayo de 2023
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En esta fecha se conmemora el triunfo del Ejército mexicano sobre el invasor francés tras la Batalla de Puebla El 5 de mayo se conmemora el triunfo del Ejército mexicano sobre el invasor francés tras la Batalla de Puebla. Una fecha que casi se celebra más al norte del río Grande que al sur.
Los estadounidenses incluso tienen una broma con la fecha: es el sink(o) the mayo (el hundimiento de la mayonesa). Pero, realmente, ¿qué se conmemora? La fiesta, que se celebra con piñatas, tacos, diversión, desfiles y comida (mucha) recuerda una victoria inesperada.
La victoria inesperada
La mañana del 5 de mayo de 1862 comenzó en Puebla (centro de México) una batalla en la que el ejército mexicano (unos 2.000 soldados y unos 2.700 civiles armados) se enfrentó a las fuerzas armadas francesas, unas de las más experimentadas del planeta en ese momento histórico, pero con estrategias no adaptadas al terreno.
El Ejército galo había avanzado en los últimos cuatro meses desde las costas de Veracruz con la intención de invadir México, tras el incumplimiento del pago de 80 millones de dólares en deuda. La batalla de Puebla duró todo el día y los mexicanos resultaron vencedores, por primera vez desde que los franceses habían entrado al territorio.
“Las armas nacionales se han cubierto de gloria. Las tropas francesas se portaron con valor en el combate y su jefe con soberbia, necedad y torpeza”, escribió el hombre al frente de las tropas mexicanas: el general Ignacio Zaragoza.
La pelea en los fuertes de Loreto y Guadalupe
La batalla de Puebla representa la antesala de la invasión a la Ciudad de México. La importancia del enfrentamiento entre ambos ejércitos fue por la cercanía de Puebla con la capital del país (150 kilómetros). El Ejército de México se apostó en los Fuertes de Loreto y Guadalupe, una construcción militar enclavada en un cerro al norte de la ciudad. Desde allí podían observar el avance de las tropas francesas —unos 6.000 soldados— mientras que los mexicanos apenas llegaban a los 5.000 efectivos. Ganaron los mexicanos, pero el Ejército francés volvió un año más tarde, derrotó al ejército nacional y tomó Ciudad de México el 10 de junio de 1863. Allí se quedaron hasta 1866.
Un general frente a un conde
El líder de la batalla entre las fuerzas mexicanas fue el general Ignacio Zaragoza, quien tuvo a su lado a Porfirio Díaz, que después sería presidente de México, para diseñar la estrategia de ataque contra los franceses. Zaragoza y Díaz eran destacados militares con brillantes carreras en las fuerzas armadas. El Ejército galo estaba bajo el mando de Ferdinand Letrille, conde de Lorencez, que había informado a Napoleón III de que se haría pronto con la Ciudad de México porque su ejército era “superior de raza, de organización, de disciplina, moralidad y elevación de sentimientos”.
Las celebraciones
Cada 5 de mayo se conmemora la Batalla de Puebla con un desfile militar y civil en la Ciudad de Puebla. El presidente mexicano participa y pasa revista a las Fuerzas Armadas que acuden para conmemorar la fecha. El Ejército mexicano también hace una representación de la batalla en el Campo Militar de esa ciudad. La celebración se ha extendido a Estados Unidos, donde algunos colectivos de Puebla aprovechan para hacer desfiles y conciertos en los que festejan su origen mexicano con comida típica y mariachis.
Las piñatas y, sobre todo, la mayonesa
Las piñatas, tan populares en México, se han adaptado a los tiempos y a esta fecha. En las redes sociales, las imágenes de botes de mahonesa (o mayonesa), sobre todo de Hellmann´s, y de tacos sirven para saludar y celebrar el día. Todo un error léxico o un juego de palabras: cinco de mayo en español suena en los oídos anglosajones (y lo leen y pronuncian en Estados Unidos) como sink of de may algo así como “se hunde la mayonesa”, una salsa, por otro lado, muy apreciada por los mexicanos. Y la broma se completa con la historia de que el Titanic se hundió con 12.000 tarros de mahonesa Hellmann’s en su interior que hubieran sido despachadas a Veracruz si el trasatlántico de lujo hubiera llegado a su destino en Nueva York en 1912.
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