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Tras inundaciones, Amazonia brasileña enfrenta sequía severa
Jueves, 20 de octubre de 2022
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Apenas unos meses después de soportar unas inundaciones que destruyeron cultivos y dejaron comunidades enteras sumergidas, miles de familias de la Amazonía brasileña se enfrentan ahora a una sequía severa. El bajo nivel del Amazonas, en el centro del sistema fluvial más grande del mundo, ha puesto en alerta a decenas de municipios.
Este año, 53 de 62 municipios se han visto afectados tanto por las inundaciones como por la sequía sólo en el estado de Amazonas, según la autoridad de defensa civil.
La rápida disminución del nivel del agua de los ríos obedece a lluvias menores a las esperadas durante agosto y septiembre, según Luna Gripp, investigadora de geociencias que monitorea los niveles del occidente del río Amazonas para el Servicio Geológico de Brasil.
Como la mayor parte del estado de Amazonas no está conectada por carreteras, la preocupación principal para la población es la escasez de alimentos, combustible y otras mercancías que normalmente se transportan por las vías fluviales.
En Tefe, una ciudad de 60.000 habitantes junto al río Amazonas, los grandes barcos no han podido llegar al puerto en el centro.
La situación es aún más crítica en las decenas de comunidades esparcidas por la región que rodea a Tefe, donde unas 3.500 familias se han visto afectadas. Muchos lagos y arroyos se han secado, eliminando el acceso al río Amazonas y, por lo tanto, a las ciudades cercanas, que funcionan como ejes comerciales.
En la comunidad de Sao Estevao, los pescadores postergaron la pesca del pirarucú, el pez más grande de la Amazonía, porque la lancha que transporta su captura a la ciudad no puede atracar. La temporada de pesca legal se extiende hasta finales de noviembre. Si el nivel del agua no sube pronto, la comunidad de siete familias perderá una fuente importante de ingresos, advirtió el pescador Pedro Canizio da Silva a The Associated Press en un mensaje de audio.
Hace unos seis meses, la comunidad sufrió pérdidas debido a una temporada de inundaciones más fuerte de lo esperado.
“Perdí mis cultivos de plátano y yuca. Además, los caimanes y las anacondas se acercaron a nosotros debido a la inundación y se comieron algunos de mis patos y gallinas. El agua debajo de mi casa sobre pilotes casi llegaba al piso”, recordó Canizio.
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