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Marcos Bazán fue condenado a prisión perpetua
Martes, 2 de junio de 2020
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Fue considerado coautor de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género”, y partícipe necesario de un “abuso sexual agravado por acceso carnal”
Una semana después de que anunciara su veredicto, el Tribunal Oral en lo Criminal 7 de Lomas de Zamora, integrado por los jueces Elisa López Moyano, Roberto Conti y Roberto Lugones, dio a conocer este martes la pena a la que fue condenado Marcos Esteban Bazán por el femicidio de Anahí Benítez, ocurrido en 2017 en la reserva Santa Catalina de Lomas de Zamora.
Bazán, el dueño de la casa donde se cree que la adolescente de 16 años fue retenida, drogada, violada y estrangulada en 2017, recibió la pena de prisión perpetua, al ser considerado coautor de los delitos de “privación ilegal de la libertad agravada, homicidio triplemente agravado por alevosía, criminis causa y por mediar violencia de género”, y partícipe necesario de un “abuso sexual agravado por acceso carnal”.
La pena coincide con lo que habían solicitado en sus alegatos la querella y el fiscal del caso, Hugo Carrión.
La lectura de la sentencia tuvo lugar en los tribunales de Lomas de Zamora y se trasmitió por la plataforma “Teams”, tal como sucedió en las últimas audiencias que se reanudaron tras un parate de casi dos meses por la cuarentena del coronavirus. Bazán siguió todo el juicio por videoconferencia desde la Unidad 9 de La Plata, pero en este caso prefirió no estar conectado.
El debate se inició en febrero con otro imputado en el banquillo de los acusados, Marcelo Sergio Villalba, cuyo ADN fue hallado en el cuerpo de la víctima, aunque este hombre dejó de ser juzgado en la segunda audiencia porque se concluyó que era un “psicótico” que no estaba en condiciones de estar en el juicio.
Durante el juicio, el fiscal Carrión afirmó que Anahí fue “torturada y cosificada”. Y más allá de que ya no estaba siendo juzgado, también se refirió a Villalba –quien tiene una condena por un abuso en Capital Federal–, como autor de la violación de Anahí y coautor del crimen, recordando que el celular de la víctima se halló en poder de uno de sus hijos.
Como prueba clave contra Bazán, Carrión mencionó el olfato del conocido perro rastreador Bruno, de la brigada canina de Escobar, a quien definió como “el detector de femicidas”.
Según el fiscal, el can detectó el rastro odorífero de Anahí dentro de su casa y la presencia del propio imputado en la fosa donde se halló el cadáver de la víctima, a 235 metros de su vivienda.
Otros indicios fueron una tijera secuestrada en la casa del condenado que la chica solía tener en un morral, una llave que Anahí solía colgarse en el cuello y que se comprobó que abría la puerta del domicilio del imputado y una pala del acusado con tierra similar a la del sitio donde fue enterrado el cuerpo.
Antes de saber su condena, Bazán se expresó a través de una grabación con su teléfono celular. “Quiero agradecer a todas los compañeras y compañeros que se sumaron a este reclamo de verdad y justicia. Así, a casi tres años que la policía junto a la fiscalía me quieren condenar sin tener una sola prueba. Esto no es un caso aislado, existen muchos casos de causas armadas, para cubrir los negocios turbios del poder. No permitamos que el femicidio de Anahí quede impune porque sin verdad no habrá justicia”.
La hipótesis de la fiscalía es que Anahí conocía a Bazán por el interés que ambos tenían por la naturaleza y por sus inclinaciones artísticas y que, en ese contexto, el imputado la secuestró, la retuvo en su casa, la drogó con “burundanga” y ahí fue violada por Villalba.
Para los investigadores, luego de ello y al ver la búsqueda policial que se desarrollaba por la joven, los acusados decidieron asesinarla para ocultar los delitos que habían cometido.
Anahí fue vista por última vez el 29 de julio de 2017 cuando salió de su casa de Parque Barón, en Lomas de Zamora, para dar un paseo y el 4 de agosto su cadáver fue encontrado desnudo, con lesiones cortantes y golpes en la cabeza, enterrado en la Reserva Natural Santa Catalina.
La autopsia determinó que fue estrangulada, que le habían suministrado drogas y que en esas condiciones había sido abusada.
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