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Comenzó el juicio a un hombre que mató a otro y luego enterró el arma
Martes, 26 de mayo de 2020
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Se trata de Darío César Encina, de 38 años, quien está acusado de asesinar de un disparo en el pecho a Pablo Sebastián Correa, alias “Sonrisa”, de 33 en una pelea ocurrida el 12 de mayo del año pasado en una zona de pasillos del barrio Molina Punta.
Comenzó en el Tribunal Oral Penal N° 2 de Corrientes el juicio a un hombre que asesinó a otro con antecedentes penales de un disparo en el pecho, luego de una violenta discusión en el barrio Molina Punta de la capital correntina. Tras el crimen había enterrado el arma homicida en la casa de su hermano.
El imputado es Darío César Encina, de 38 años, quien está acusado del delito de homicidio y permanece alojado en la Unidad Penal N° 6 de San Cayetano. La persona fallecida fue identificada como Pablo Sebastián Correa, alias “Sonrisa”, de 33 años, domiciliado en el barrio Industrial.
El Tribunal está conformado por los jueces Juan José Cochia, Ariel Azcona y Román Facundo Esquivel. El representante del Ministerio Público es Gustavo Schmitt.
Cabe recordar que el homicidio se produjo el 12 de mayo por la mañana frente a una vivienda situada por calles Caá Catí y Las Dalias, en la zona de pasillos del asentamiento Conin, en inmediaciones del Colegio John F. Kennedy, del barrio Molina Punta, donde se habían reunido un grupo de personas.
De acuerdo a las primeras averiguaciones por causas que se tratan de establecer, se produjo una fuerte discusión entre Correa y Encinas. El hermano de Correa salió a pedir presencia policial para que cese la violencia y cuando regresó lo encontró tendido en el piso. Quiso auxiliarlo, pero ya estaba muerto. Presentaba un disparo en el pecho.
A los pocos minutos llegó al lugar un patrullero de la Comisaría Décimo Séptima. Fue socorrido por los efectivos que decidieron trasladarlo de inmediato hasta el Centro de Asistencia Primaria de la Salud (Caps) 10, situado a unas siete cuadras.
El personal médico que recibió al herido constató de que ya no presentaba signos vitales. El balazo en el lado izquierdo del tórax dañó órganos vitales.
Entre Correa y Encinas, al parecer, existía un antecedente de violencia. El homicida habría manifestado que para llegar a su domicilio debía pasar por ese pasillo en el cual en una ocasión trataron de cobrarle “peaje”.
Ocurrió una situación similar que derivó en una pelea a trompadas en la que Encinas resultó herido. Por ello se fue y, al rato, volvió portando el arma con la cual mató a su rival.
Las autoridades actuaron con suma rapidez en la búsqueda del homicida, para detenerlo y evitar nuevos enfrentamientos.
Encinas estaba en la casa de su hermano, que también vive en esa populosa barriada. Lo apresaron sin que opusiera mayor resistencia. A su familiar también lo demoraron, puesto que en el fondo de la propiedad los investigadores encontraron enterrado el revólver calibre 38 usado para cometer el crimen.
Con directivas judiciales, fueron realizados los peritajes pertinentes, toma de testimonios e, incluso, el allanamiento a la propiedad del hermano del acusado como autor material del crimen.
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