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Bolsonaro enfrenta su primera huelga general a 6 meses de asumir
Viernes, 14 de junio de 2019
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El acatamiento es parcial. Los sindicatos protestan contra la reforma jubilatoria y recortes en educación. Tránsito complicado.
Estaciones del metro de San Pablo permanecían cerradas y bloqueadas por trabajadores del sistema de transporte con chalecos con inscripciones contra la reforma del sistema jubilatorio impulsada por el gobierno de Brasil, en la primera huelga general convocada por distintas centrales sindicales que se oponen a las políticas liberales de la administración del presidente Jair Bolsonaro.
La huelga, convocada también para reclamar por el congelamiento de gastos públicos en educación y pedir por la creación de empleos en un país con cerca de 12 millones de personas sin trabajo, no logró sin embargo paralizar completamente el transporte en la mayor ciudad de Brasil, y registraba un acatamiento parcial en capitales de al menos 16 estados y el Distrito Federal, donde sindicalistas organizaron piquetes en avenidas y bloqueos a terminales de colectivos.
Reportes indicaban también paralización de tareas en industrias automotrices y metalúrgicas, y la poderosa Federación Única de Petroleros (FUP) informó que empleados de la estatal Petrobras se plegaron a la huelga en refinerías y terminales en ocho estados brasileños.
La huelga fue convocada por distintas centrales sindicales, algunas vinculadas al Partido de los Trabajadores (PT) y otras que respaldaron la destitución de la presidenta Dilma Rousseff en el 2016 pero que se oponen a reformas de leyes laborales y del sistema de pensiones del país.
Uber y Cabify, a pleno El transporte a través de aplicaciones como Uber y Cabify, que cuentan con más de 600.000 choferes en más de 100 ciudades del país, funcionaba a pleno, pero los piquetes y el paro parcial en las líneas de metro afectaron el tránsito en las mayores ciudades brasileñas debido a que muchos empleados prefirieron usar el auto particular para ir al trabajo.
“Las personas no quieren jubilarse más viejas y con menos dinero, que es lo que quiere el gobierno. Entonces nuestra previsión es parar el día entero.”
Operario de subte SAN PABLO Vagner Freitas, presidente de la central sindical CUT, vinculada al PT, dijo que la huelga tiene el papel de demostrar la insatisfacción de los asalariados con el gobierno. “Es para dejar claro que el trabajador no quiere dejar de tener el derecho de jubilarse y es un mensaje fuerte al gobierno, que tiene que tener una política de crecimiento económico”, dijo Freitas.
El Banco Central de Brasil reportó el viernes que la economía del país tuvo en abril una contracción de un 0,47% ante marzo, en la cuarta baja consecutiva del Índice de Actividad Económica (IBC-Br) que publica la autoridad monetaria. La retracción fue de 0,62% ante abril del 2018.
El gobierno y aliados en el Congreso apuestan a que los debilitados sindicatos del país no conseguirán un masivo acatamiento a la huelga ni tampoco generar grandes movilizaciones.
Embotellamientos La Compañía de Ingeniería de Tráfico (CET, por sus siglas en portugués), que asiste el monumental tránsito en San Pablo, informó que la ciudad tenía la mañana del viernes casi 120 kilómetros de embotellamientos, un registro superior al promedio, principalmente debido a algunos bloqueos. Curitiba, Porto Alegre, Salvador, Joao Pessoa y Goiania, además de Brasilia, eran algunas de las ciudades con problemas por la disminución de los servicios de transporte. Algunas manifestaciones sindicales están programadas para la tarde del viernes.
“Las personas no quieren jubilarse más viejas y con menos dinero, que es lo que quiere el gobierno. Entonces nuestra previsión es parar el día entero”, dijo un operario del metro de San Pablo a TV Globo.
Bloqueos organizados por sindicatos fueron registrados en varias terminales cabeceras de autobuses. En la populosa zona norte de Río de Janeiro un acto de protesta terminó con tumultos entre manifestantes y policías, que usaron gas para dispersar la concentración. Piquetes también interrumpían el tránsito en la Avenida Brasil, una de las principales vías de comunicación con el centro de la ciudad.
Los bloqueos que afectaban el puente Río-Niteroi, que conecta la capital carioca con el vecino municipio de Niteroi a través de la bahía de Guanabara, obligaron a usuarios de colectivos a dejar las unidades y continuar caminando.
En Porto Alegre, capital del estado de Rio Grande do Sul, en el extremo sur del país, sindicalistas se enfrentaron con policías que intentaron despejar un bloqueo a una terminal de autobuses y se registraron algunas detenciones por intentos de daños a coches del metro, informó la policía estatal.
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