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El asalto a dos bancos del nordeste deja un saldo de 12 muertos
Viernes, 7 de diciembre de 2018
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Seis de las víctimas son los asaltantes. El resto, sus rehenes, incluidos dos niños. No es claro si los mataron los delincuentes o cayeron durante la represión policial.
La tragedia ocurrida la madrugada de este viernes, que conmovió a la pequeña ciudad de Milagres en el interior de Ceará, en el nordeste de Brasil, se propagó a medida que avanzaba el día con un fuerte voltaje político. Que en un intento de asalto a sucursales bancarias mueran 12 personas ya es, en sí mismo, un drama pesado. Peor aún si los fallecimientos ocurrieron por la balacera policial y si en la acción de los agentes, resultó como la víctima principal una familia brasileña de clase media con un niño de 12 años y una adolescente de 14. Pero el cuadro se convierte en una catástrofe por ocurrir en un estado provincial gobernado por Camilo Santana, del Partido de los Trabajadores, reelecto en octubre último con 79% de los votos.
Los hechos dejan pocas dudas, aun cuando las autoridades estaduales pretendan menguar las responsabilidades de las fuerzas de seguridad. Una gavilla muy armada buscaba robar una agencia del banco Bradesco, en un municipio de 30.000 almas. Lo primero que hizo la banda fue bloquear con un camión de Federal Express la ruta de acceso a ese pueblo. Luego, a modo de protección, secuestró a seis personas, cinco pertenecían a la misma familia que incluía a los dos niños. Todos ellos murieron en el tiroteo con la policía. Con armas pesadas, que incluían diversos tipos de explosivos, los delincuentes fueron sorprendidos por los agentes de seguridad.
En la versión policial, la familia “fue asesinada por los ladrones”. Pero en Fortaleza, la capital cearense, los medios periodísticos plantearon infinidad de dudas. El secretario (ministro) de Seguridad y Defensa Social, André Costa, declaró que es preciso aguardar la investigación de los hechos: “Es el momento de ser responsables”, predicó. Otro tanto hizo el propio Santana: “El hecho es que (los delincuentes) estaban preparados para asaltar dos bancos y no consiguieron robar en ninguno”. La pregunta que todos los medios de prensa se formularon fue: ˝¿La vida de seis inocentes no valía nada?”.
Santana justificó: “Es extraño que existan rehenes en la madrugada para robar bancos. Vamos a aguardar las investigaciones”.
La família volvía del aeropuerto Juazeiro do Norte (en Ceará) y seguían camino a una villa de Pernambuco, Serra Talhada. Joao Batista Magalhaes, el padre, tenía 46 años y había salido con su hijo Vinícius a buscar a su cuñada que había aterrizado junto con el marido y el sobrino. El hombre tenía un negocio de informática.
En el camino se toparon con un camión atravesado en la ruta, que los delincuentes habían utilizado para tomar rehenes. Los cinco inocentes fueron introducidos a la fuerza en un vehículo robado por la banda. Poco después se desataba el tiroteo con la policía.
El secretario de Seguridad Costa declaró luego sin medias tintas: “Nosotros ofrecemos dos cosas para el delincuente: si se quiere entregar, irá a la Justicia. Si quiere sacar el arma, va para el cementerio”. Así figura en una nota que emitió a modo de explicación de los acontecimientos.
Los delincuentes usaron explosivos. (Diário do Nordeste) Los delincuentes usaron explosivos. (Diário do Nordeste)
No deja de ser llamativo que esta estrategia sea desplegada por un gobernador del Partido de los Trabajadores que hizo campaña contra el gatillo fácil. Esas declaraciones están en línea con las políticas del próximo presidente brasileño, Jair Bolsonaro. El PT había planteado su oposición a estas prácticas para las estrategias de seguridad pública. Y con justificadas razones: los resultados quedaron a la vista en Milagres. En las últimas elecciones, un eje del choque con Bolsonaro fue la propuesta del presidente electo para quien las fuerzas policiales deben contar con inmunidad legal para casos como éste. Pero todo sugiere que los planteos de campaña se dan de bruces con las realidades. También en Ceará.
Para el ministro Raúl Jungmann, jefe de la cartera de Seguridad Pública, “tragedias como esta suelen suceder”. El funcionario, que optó por permanecer hasta el final en el gobierno de Michel Temer y no renovar su banca de diputado, sostuvo: “A medida que podamos anticipar y evitar (estos hechos) la sociedad agradecerá que ahorremos vidas, que sin sombra de dudas es el bien más importante que debemos proteger”. Dijo esto cuando inauguraba en Fortaleza el Centro Integrado de Inteligencia de Seguridad Pública Regional, que abarca todo el Nordeste. Los estados provinciales nordestinos habían elegido justamente a Ceará como la sede de ese centro, debido a las políticas de inversión que desarrolló el gobierno de Santana en inteligencia policial.
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