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Alarma en Italia por el crecimiento del racismo
Martes, 31 de julio de 2018
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Líderes opositores pidieron explicaciones a Matteo Salvini, ministro del Interior del gobierno populista, quien niega que exista una espiral de xenofobia.
Las numerosas agresiones que han sufrido extranjeros en las últimas semanas han disparado la "alarma racismo" en el país, lo que ha motivado que la oposición haya pedido explicaciones al Gobierno, que por su parte niega que exista una espiral de xenofobia.
Son más una decena los casos de agresiones a extranjeros por parte de italianos de los que se ha hecho eco la prensa en los últimos 45 días, que para miembros de la oposición y otros organismos son reflejo del aumento de un clima de odio xenófobo.
El último, aunque aún se tiene que comprobar si se trata de una agresión racista, fue a la lanzadora de disco de la selección italiana sub23 Daisy Osakue, de origen nigeriana, que resultó herida en un ojo después de que el domingo unos desconocidos le arrojaran huevos desde un coche.
La joven, de 22 años, considerada una de las promesas italianas del lanzamiento de disco y del peso, aseguró que los agresores querían seguramente "agredir a una persona de color" ya que, explicó, en la zona donde la atacaron hay algunas prostitutas de color y que quizá la confundieron con una de ellas.
A ese hecho se suman los dos episodios de violencia que se registraron también el domingo, cuando dos italianos mataron a golpes a un marroquí que, según dijeron, era un ladrón, y un senegalés recibió una paliza en el bar donde trabajaba.
Ante el que consideraron el enésimo episodio de odio racista, el progresista Partido Demócrata (PD) instó al ministro del Interior, Matteo Salvini, a comparecer en el Parlamento y explicar cómo se va a actuar "para erradicar estos fenómenos que parecen aumentar, alimentados por la propaganda racista".
"Existe una espiral racista preocupante que hay que reconocer. Quien no reconoce este problema se convierte en un cómplice", afirmó el secretario general del PD, Maurizio Martina, que anunció que se organizará en septiembre una gran manifestación nacional para responder a este clima de odio.
"Lo que está sucediendo en el país no es una invención de la izquierda. En pocos días, algunos inmigrantes han sido víctimas de un verdadero tiro al blanco, agredidos con armas de aire comprimido...Pedimos al Gobierno que actúe inmediatamente para bloquear este nuevo y gravísimo nivel de agresiones", señaló la presidenta del Grupo mixto y senadora de Libres e Iguales (Leu), Loredana De Petris.
"Daisy Osakue es una campeona italiana a la que han pegado salvajemente los asquerosos racistas. Los ataques contra personas de color de piel diferente al nuestro es una emergencia. Es una evidencia que nadie puede negar, especialmente si se sientan en el Gobierno", escribió el ex mandatario y senador del PD, Matteo Renzi, en Twitter.
Para la portavoz en la Cámara de los diputados del conservador Forza Italia, Mariastella Gelmini, "no se pueden tolerar estos episodios" y agregó que "es necesario apagar estos peligrosos fuegos inmediatamente".
Diferentes miembros del Gobierno italiano, apoyado por el partido M5S y la ultraderechista Liga, rechazaron que exista una "alarma racismo" en el país, como han manifestado desde la oposición, a pesar de las últimas agresiones que han sufrido extranjeros.
Salvini dijo "que cualquier agresión tiene que ser castigada y condenada" al referirse al ataque a la atleta, pero calificó de "tontería" que exista una emergencia racismo en Italia y acusó a la izquierda "de no haber ayudado en estos años al permitir la inmigración de masas".
Insistió además en que en los últimos días "la Policía ha arrestado a 95 inmigrantes y otros 414 han sido denunciados".
En el último informe, fechado el 6 de julio, de la comisión parlamentaria italiana sobre los fenómenos de la intolerancia, la xenofobia y el racismo se explica que la mayoría de los italianos creen que los inmigrantes en el país son el 30 %, cuando son el 8 %.
Además, añade, un 56,4 % considera que "un barrio se degrada cuando hay muchos inmigrantes" y un 52,6 % considera "que el aumento de inmigrantes favorece la difusión de la criminalidad y el terrorismo".
Un cuadro, añade el documento, que "demuestra la existencia de una pirámide de odio en cuya base se colocan los estereotipos, representaciones falsas, insultos y un lenguaje hostil y en un nivel superior la discriminación y el lenguaje y los crímenes de odio".
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