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Un avión se partió al aterrizar y sobrevivieron todos
Miércoles, 23 de mayo de 2018
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La nave privada venía de Texas. Al tocar tierra en Tegucigalpa se quebró y terminó en una calle. Un avión privado que viajaba desde Austin, Texas, se accidentó al final de la pista de aterrizaje del aeropuerto internacional de Tegucigalpa partiéndose por la mitad, pero la tripulación y los pasajeros fueron rescatados y al parecer se encontraban fuera de peligro, informó la comisión de manejo de emergencias de Honduras.
El accidente del jet ejecutivo con seis personas a bordo registrado el martes en el Aeropuerto Internacional de Toncontín de Tegucigalpa, sin víctimas mortales, pudo obedecer a un error humano, según opiniones de fuentes hondureñas ligadas a Aeronáutica Civil.
La nave estaba llegando por la cabecera sur del aeropuerto, en condiciones aparentemente normales, con cielo nuboso, sin problemas de visibilidad, pero habría aterrizado casi a la mitad de la pista, que mide unos 1.800 metros, en la que solamente pueden aterrizar aparatos con capacidad para menos de 200 personas.
Imágenes y videos publicados en las redes muestran a residentes de la zona retirando a las personas del fuselaje de un jet Gulfstream blanco, mientras que otras personas rociaban la aeronave con extinguidores de mano Los bomberos llegaron al lugar y rociaron espuma sobre la aeronave. De acuerdo a las imágenes, parte del avión quedó sobre una calle.
Hasta ahora se desconoce oficialmente la causa del accidente, pero según expertos, como Pavel Espinal, el avión, que se partió en dos, aterrizó bien, pero "mucho más adelante de la línea blanca donde las llantas traseras debieron tocar pista".
Una pista corta, y un aeropuerto complicado
Espinal considera que quizá era la primera vez que el piloto aterrizaba en Toncontín y no hizo la lectura adecuada, obligatoria, de todo capitán que llega al aeropuerto de la capital hondureña, del que además señaló que "no es peligroso, sino de mucho cuidado", porque su pista no es muy larga.
Además, el descenso para aterrizar en Tegucigalpa requiere mayor pericia, principalmente para aviones comerciales de mayor tamaño, como los Boeing de líneas como las que vuelan a diario a Honduras: American Airlines, Continental y Delta, y Copa y Avianca, más pequeños bimotores de empresas locales.
Las opiniones oficiales y privadas, sobre si el Toncontín es peligroso, van desde los que dicen que sí y los que creen que no, aunque si la pista fuera más larga, quizá no hubiera ocurrido otros dos accidentes idénticos, uno con uno comercial en mayo de 2008 y otro militar en abril de 1997.
La respuesta a eso está en marcha con la construcción del Aeropuerto Internacional de Palmerola, 75 kilómetros al norte de Tegucigalpa, una obra iniciada hace más de un año por el gobierno que preside Juan Orlando Hernández.
El avión accidentado, con matrícula estadounidense N813WM, con capacidad para unos 20 pasajeros, procedente de Austin, Texas, sur de Estados Unidos- se salió de la pista en la cabecera norte del aeropuerto cuando intentaba aterrizar, hacia el mediodía local.
Las personas que venían en el avión fueron identificadas como los empresarios Alex Castellane Murta (28 años), Nicole Renae Swies (40), Joahn Joseph Page Salcedo (29), John Blair Powell (50), Joseph Louis Rotunda (71) y Robert Albert Kasenter (71), según versiones de medios locales de prensa.
Antecedentes
El aparato cayó sobre una calle justo donde ocurrió lo mismo con un Airbus de la empresa TACA, de El Salvador, el 30 de mayo de 2008, con un saldo de cinco muertos, y un Hércules C-130 de la Fuerza Aérea de EE.UU., procedente de Panamá, en el que murieron tres personas, en abril de 1997.
En el caso de los aviones accidentados en 1997 y 2008, se comprobó que hicieron contacto con la pista cuando estaban a la mitad de la misma, lo que quizá le impidió a los pilotos abortar el aterrizaje y hacer uno o más intentos alzando vuelo.
La necesidad de que Tegucigalpa tenga un nuevo aeropuerto, con capacidad para aviones con mayor seguridad y capacidad para aviones más grandes, es un tema de debate que data de hace varios lustros, principalmente cada vez que se ha producido un accidente, aunque no haya sido en la pista, sino a pocos kilómetros de distancia.
La tragedia más grande en la aviación hondureña registrada hasta ahora es la de un Boeing 727-200, con más de 25 años de vuelo, que impactó en un cerro, unos 25 kilómetros al sur de Tegucigalpa, procedente de Nicaragua, después de haber salido de Costa Rica, el 21 de octubre de 1989.
La cifra de muertos de ese accidente, en el que sobrevivieron quince personas, entre ellos los dos pilotos, fue de 131.
Un informe oficial indicó después que el accidente, ocurrido en el sector de Las Mesitas, fue responsabilidad de los pilotos.
La parte trasera del avión impactó en un cerro, al parecer cuando los pilotos del avión, que se partió en dos, intentaron muy tarde elevarlo al ver el peligro que tenían enfrente.
En el sitio fue levantado un monumento en memoria a las 131 víctimas y cada 21 de octubre se oficia una misa.
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