Miércoles, 9 de Julio de 2025 | Corrientes - Argentina
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Corrientes celebra a su patrona Nuestra Señora de Itatí
Miércoles, 9 de julio de 2025
Cada 9 de julio se celebra a la Virgen María bajo la advocación de Nuestra Señora de Itatí, patrona de las provincias de Corrientes y Misiones en Argentina.
Los orígenes de esta devoción mariana datan del siglo XVI, a propósito de la llegada de los misioneros franciscanos, en 1528, a las tierras gobernadas por el cacique Yaguarón, jefe de una de las tribus guaraníes de la región. Los dominios de Yaguarón abarcaban buena parte del territorio que se extiende a orillas del río Paraná (hoy, Alto Paraná, en la provincia de Corrientes).

Los franciscanos arribaron al lugar llevando consigo una hermosa imagen de la Inmaculada Concepción, la que fue colocada en un sencillo oratorio construido por los mismos frailes. Aquel oratorio sería, además, el primero de muchos dedicados a la veneración a la Madre de Dios en esa región.

Lamentablemente, el lugar donde se habían asentado los misioneros fue atacado por un grupo numeroso de nativos, y el oratorio fue destruido. Cuando el ataque terminó, los frailes se percataron de que la imagen de María Inmaculada había desaparecido sin que hubiera algún rastro de ella.

Poco tiempo después, la Virgen Inmaculada fue encontrada por un grupo de indios convertidos al catolicismo. La hallaron no muy lejos del lugar donde había desaparecido, en plena selva, al pie del río Paraná. La imagen estaba sobre una ‘piedra blanca’, algo que en guaraní se dice ‘itatí’. El hallazgo, además, tuvo carácter prodigioso: quienes la vieron hablaban de un extraño brillo que envolvía la imagen y de una bella melodía que podía escucharse alrededor, pero cuyo punto de origen no pudo ubicarse.

Tras estos acontecimientos, la Inmaculada fue devuelta a su lugar original, pero volvió a desaparecer hasta en dos oportunidades más, a pesar de los cuidados y la vigilancia impuesta por los frailes. La imagen sería ubicada nuevamente sobre la piedra blanca, en el mismo lugar donde había aparecido la primera vez. Las rocas blancas suelen ser de piedra caliza, itá morotí en guaraní. Así la Virgen Inmaculada empezó a ser denominada ‘Virgen de Itatí’ [el término también puede querer decir a veces ‘punta de piedra’ o ‘piedra puntiaguda’ y puede ser considerado una contracción].

Los misioneros franciscanos decidieron entonces dejarla allí, convencidos de que la Madre de Dios, de manera misteriosa, les estaba comunicando su deseo de que en ese lugar se le conozca y venere. Por eso, los frailes se trasladaron a la zona de los hallazgos, donde más tarde edificarían su nuevo hogar. Poco a poco, en torno a los hermanos, se fue erigiendo un poblado que llevaría el nombre de ‘La Pura y Limpia Concepción de Nuestra Señora de Itatí’.

Entre los misioneros, Fray Bolaños y Fray Alonso de San Buenaventura, lograron auténticas proezas evangelizadoras con los aborígenes gracias a la intercesión de la Inmaculada. Luego la construcción del templo y la casa parroquial se hicieron efectivas.

Cien años de devoción
Un siglo después, se construyó un nuevo oratorio a unos metros del río. El lugar se hallaba más poblado y devino en la fundación del municipio de Itatí, el 7 de diciembre de 1615. De pronto, otros acontecimientos milagrosos empezaron a suceder. La tradición alude a una suerte de ‘transfiguración de la Virgen’, presenciada por Fray Luis de Gamarra, sacerdote del lugar. Su testimonio fue debidamente recogido y en él destacan estas impresionantes palabras: "Se produjo una extraordinaria mudanza del rostro y estaba tan linda y hermosa que jamás tal la había visto".

La transfiguración duró varios días y se repitió en los años siguientes. En cada una de esas oportunidades se oyó una hermosa melodía, igual como sucedió cien años antes.

El milagro de la zanja
La devoción a María de Itatí se fue fortaleciendo con el correr del tiempo, impulsada por la gratitud de los lugareños, quienes le atribuían toda suerte de milagros a su intercesión: curaciones de enfermedades, protección ante los embates de la naturaleza, y la paz y calma que habían prolongado por años. No obstante, esa paz fue interrumpida en 1748 cuando tribus de indios abipones organizaron otro ataque violento.

Los contingentes indígenas se disponían a ingresar al poblado con el propósito de destruirlo, y el primer objetivo era acabar con la sagrada imagen; sin embargo, cuando un grupo de ellos se acercó a las puertas de la ciudad, el suelo que la rodeaba se abrió frente a sus ojos, dejando una zanja imposible de sortear en ese momento. Además, como podía esperarse, lo sucedido dejó completamente aterrorizados a los invasores, quienes no tuvieron otra alternativa que huir. Vuelta la calma, los lugareños acudieron al santuario para agradecer a la Virgen de Itatí que los hubiera salvado con ese milagro. Su "reina" los había protegido una vez más.

Símbolo de unidad
En 1768, el jesuita Fray José Antonio de Acosta construyó el sexto templo dedicado a la Virgen de Itatí a orillas del río Paraná, donde hoy se encuentra la Basílica y el Museo de Arte Sacro.

Hoy por hoy, la Basílica es una de las más importantes de la región, y convoca todos los años a gran número de devotos entre argentinos, paraguayos, uruguayos y brasileros, quienes suelen trasladarse desde las lejanías para venerar y honrar a quien reconocen como madre y protectora.

El 16 de julio de 1900 el Papa León XIII dispuso la coronación a la Virgen de Itatí. La ceremonia fue presidida por su delegado, el obispo de Paraná en ese momento, Mons. Rosendo de la Lastra y Gordillo.

La imagen
La imagen está tallada en madera, mide 1,26 metros de altura; tiene el cabello negro y la piel ligeramente morena; aparece de pie sobre una media luna, con las manos juntas sosteniendo un rosario. Viste una túnica azul y su cabeza está cubierta por una mantilla blanca.

Sujetando la mantilla está su corona, concebida al estilo de las coronas imperiales del Renacimiento, hecha de oro, con incrustaciones de amatistas y topacios de gran tamaño, circundados por grabados de delicada expresión.

El 23 de abril de 1918, Nuestra Señora de Itatí fue proclamada Patrona y Protectora de las provincias de Corrientes y Misiones en Argentina.


     
 
 

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